La Tecla
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Haciéndose eco de aquel refrán que sostiene que “el que se quema con leche, ve una vaca y llora”, algunos sectores observan con preocupación la situación de extrema precariedad por la que atraviesa el Instituto de Previsión Social (IPS) bonaerense.
Y no son pocos los que temen que, de tanto ir el cántaro a la fuente, al final termine rompiéndolo, confirmando rumores pasados que indicaban la posibilidad de que las cajas provinciales terminen siendo absorbidas por la madre de todas ellas, el ANSES. Una idea que, según algunos, había estado en la cabeza de la gestión de María Eugenia Vidal al frente del Estado provincial.
Al asumir como titular del IPS, el radical K, Eduardo Santín, advirtió que la caja tenía un déficit mensual de dos mil millones de pesos, denunciando maniobras para desfinanciarlo y convertirlo en inviable.
En los últimos días, la realidad vuelve a dar un cachetazo al organismo, que debió pedir un SOS a ANSES, a través de un Convenio Bilateral de Financiamiento entre la Administración Nacional de la Seguridad Social y la provincia de Buenos Aires.
De esta manera, el IPS recibió un poco de oxígeno para la emergencia, aunque su situación sigue siendo crítica y los temores de que el Estado nacional pueda centralizar las cajas provinciales –no sólo la bonaerense es deficitaria- vuelven a los primeros planos.
La operatoria significa, en la práctica, echar mano al Consenso Fiscal, firmado en los tiempos de la administración de Mauricio Macri, con la entonces gobernadora María Eugenia Vidal, para hacer referencia al Decreto del Poder Ejecutivo Nacional N° 730/18 que aprobó el Régimen de Asistencia Financiera para las provincias cuyos regímenes previsionales no fueron transferidos al Estado Nacional.
En concreto, la provincia de Buenos Aires solicitó al organismo nacional un aporte de 6.000 millones de pesos, “en virtud de las medidas exepcionales dispuestas por la emergencia sanitaria por el coronavirus”, aclara la solicitud.
El convenio firmado entre ambos entes sostiene que “la Anses se compromete a transferir a la Provincia la suma de $6.000 millones en concepto de asistencia financiera a cuenta de los resultados provisorios del sistema previsional bonaerense”.
En diálogo con La Tecla.info, Santín aseguró que “la gestión anterior venía con la idea de que las cajas provinciales no tenían que existir, entonces había que mostrar que esta caja no servía y que había que desarmarla. Entonces empezaron a decir que la caja era inviable. ¿Pero cómo se convierte una caja que funciona en inviable? Cambiando la relación activo/ pasivo. Y eso hicieron”.
“La Provincia empezó a contratar gente como monotributista; no solo acá, sino en los municipios, y además hicieron circular un proyecto de ley que cambiaba todas las condiciones y que generó pánico. De esta forma se triplicó prácticamente la cantidad de jubilados por año”, añadió no hace mucho tiempo.
DEL SUPERAVIT AL DEFICIT
A fines del año pasado, La Tecla publicó un informe en el que se consignó que el déficit de 2019 sería de 20.000 millones de pesos, lo que significa un incremento del orden del 159 por ciento con respecto al año anterior, cuando cerró con un saldo negativo superior a los 7.700 millones de pesos, de acuerdo a los números oficiales dados a conocer por la Contaduría General de la Provincia.
La caja jubilatoria provincial, sin embargo, no siempre fue deficitaria. Es más, durante los dos primeros años de la gestión de María Eugenia Vidal, el instituto registró superávit, lo que le permitió al Gobierno bonaerense financiarse con ese dinero. Pero el pozo tenía un fondo.
El IPS tiene un patrimonio construido por años con una presencia importante de Letras Previsionales, producto de resultados contables acumulados desde 1998, surgidos de deudas y fondos utilizados para otros fines por los distintos gobiernos y reemplazados por dichos títulos. “Se fueron acumulando año tras año, con solamente dos rescates de dicho patrimonio a los efectos de cubrir resultados económicos adversos por las políticas aplicadas en el 2001 por el entonces presidente del IPS, Horacio Rodríguez Larreta”, recordaron desde ATE en un comunicado.
El stock de Letras Previsionales del año 2018 con respecto a 2016 se redujo en 8.084 millones de pesos, mientras los recursos que no están en “Inversión” y que se mantienen en deudas de los organismos estatales empleadores por aportes y contribuciones hacia el IPS aumentaron en más de 2.413 millones de pesos en el mismo período, lo que redujo de manera considerable el patrimonio del instituto.
Como si fuera poco, en los últimos años se incrementaron los ingresos a la administración pública provincial por contratos monotributistas, es decir, que aportan a la caja de previsión nacional (ANSES) y no a la provincial, lo que genera un desequilibrio en las cuentas. Este modo de empleo fue implementado no sólo para los nuevos cargos, sino también para aquellos que reemplazaron a trabajadores que dejaron sus puestos para acogerse a beneficios jubilatorios, llamado por el propio Gobierno “retiro voluntario”. En resumen, hay más jubilados bonaerenses pero menos trabajadores activos que aporten a la caja.