Al margen de la cantidad de infectados y la triste cifra de fallecidos en el país a causa del coronavirus, existen otros indicadores alarmantes en el país y que requieren atención e intervención inmediata. Son muchísimas las empresas con dificultades y otros tantos más los trabajadores que sufren las consecuencias de la pandemia y el aislamiento. Datos de cierres, despidos y suspensiones.
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A casi 50 días del comienzo de la cuarentena y en vísperas al inicio de una nueva etapa del aislamiento social, preventivo y obligatorio en el marco de la pandemia del coronavirus, es preciso abordar unos indicadores alarmantes, que no tienen que ver con enfermos de covid-19. Se trata de los efectos colaterales del confinamiento, cómo ha afectado el encierro a la economía del país, en especial al sector pyme e industrial, pero sobre todo a los trabajadores. Los números negros de la cuarentena.
No es ninguna novedad que la situación financiera de los sectores productivos de la Argentina es agobiante, con el agravante de que la crisis económica tiene años de arrastre, por lo que el impacto del coronavirus ha sido letal en muchos casos y está a punto de dar el golpe de gracia en otros tantos. No era difícil de imaginar que si hasta los municipios tienen dificultades para abonar el pago de los salarios, las empresas, en buena parte cerradas o con facturación 0 desde hace casi dos meses, iban a correr la misma suerte.
Distintos estudios dan cuenta de la gravedad de la situación a lo largo y ancho del país. Desde las Cámaras industriales y empresarias se han abocado a realizar relevamientos para tener números precisos del impacto de la crisis del coronavirus en los actores de la economía nacional.
En este sentido, de acuerdo al último estudio de la Unión Industrial Argentina (se encuestó a más de 1.300 empresas entre el 24 y 28 de abril), continúa siendo muy significativa la cantidad de empresas con serias dificultades financieras y operativas. En líneas generales, las empresas atraviesan una fuerte interrupción de la producción y de las ventas. Esto se refleja tanto en las empresas que fueron declaradas afectadas en los términos del Programa de Asistencia a la Emergencia y a la Producción (Programa de ATP) como en el resto (no afectadas o esenciales), por lo que empresas de todos los sectores, tamaños y regiones están en problemas.
Del informe de la UIA se desprende que el 71% de las empresas encuestadas se encuentra dentro de los sectores declarados afectados por el Programa de Asistencia a la Emergencia y a la Producción (Programa de ATP), de las cuales el 64% están sin producir, el 71% registra caídas de las ventas superiores al 60% y sólo el 2% no tuvo caída de ventas.El otro 29% se encuentra dentro de los sectores no afectados (o esenciales). En este grupo existen también numerosas dificultades: el 35% de las empresas se encuentra sin producir. El 43% registra caídas de sus ventas superiores al 60% y solo el 15% no sufrió menor demanda.
Al respecto, el dirigente de la UIA, José Urtubey, manifestó a LaTecla.infoque "es importante resaltar cómo entramos al aislamiento. Previo a la pandemia, había un 40% de capacidad industrial en capacidad ociosa, porque veníamos de 4 años de gobierno anterior dedicado a respaldarse en lo especulativo financiero y no en lo productivo, con años de recesión industrial. Entramos al aislamiento forzoso y necesario, con el que estoy de acuerdo, pero que nos llevó a un 25% de funcionamiento y capacidad industrial, por lo que hay un 65% en capacidad ociosa".
Asimismo, Urtubey apuntó que "el 82% de las empresas manifiesta que tuvo problemas con cheques y el 40% tuvo rechazo del más del 30%. Esto es algo que seguramente va a dar lugar a nuevas medidas que tengan que ver con contemplar los cheques que fueron emitidos durante el aislamiento y resolver un tema de capital de trabajo para que no dañe la cadena de pagos. Este es un tema a resolver en lo inmediato".
En tanto, el referente industrial señaló que "creo que los objetivos del gobierno son productivistas, las asistencias son muy bien intencionadas. Las primeras medidas estuvieron orientadas a una cuarentena de 14 días y luego tuvieron que profundizarlas. Las primeras líneas de crédito del 23%, luego los decretos que establecieron los programas de asistencia y producción.Tenemos un muy buen diálogo con el gobierno, con un contacto permanente. Charlas con los ministros, con el Presidente".
Por su parte, la Asociación de Empresarios Nacionales realizó una encuesta entre 500 empresas de 21 provincias para identificar a los sectores afectados y dimensionar el impacto empresarial de la segunda cuarentena decretada por el Gobierno Nacional y establecida entre el 13 y el 26 de Abril. Los resultados establecen que el 64% de las empresas tiene un nivel de operación de hasta un 20% de su capacidad, es decir, se encuentra en una zona donde se producen daños irreversibles en caso de sostenerse el “aislamiento productivo”. Del total de las empresas, 4 de cada 10 se encuentran totalmente sin actividad . Cabe destacar que un 13% reinició actividades respecto del período de cuarentena anterior.
En cuanto a los salarios, la situación es de extrema gravedad. En lo que concierne al mes de Abril un 25% de las pymes no podrá abonar salarios, aún con asistencia del Estado, mientras que un 35% lo hará solo si obtiene asistencia parcial o total del programa ATP. Solo un 40% podrá abonarlos de manera normal. De cara a lo que viene, las pymes responden que un 89% ya no podrá abonar los meses de Mayo en adelante.Respecto del programa ATP, el 22% accedió al beneficio de postergar las cargas sociales y recibir una asistencia directa al salario de los trabajadores.
"Un 60% de las pymes de las provincias están sin producir. Y solo el 9% produce igual que antes. Es un dato muy desalentador, evidencia un corte en la cadena de valores. Casi la mitad de las empresas no van a poder hacer frente al pago de proveedores. Necesitamos que el gobierno acelere un poquito el tema del ATP porque muchas empresas no tuvieron respuesta. Más del 80% han tenido problemas con el cobro de cheques", afirmó el presidente de la Asociación de Industriales de la Provincia de Buenos Aires, Silvio Zurzolo, en diálogo con LaTecla.info.
En esta línea, el titular de ADIBA señaló que "la estamos pasando mal, pero no es de ahora. Hace 2 años que la industria venía mal y esto nos pone en estado crítico. En la provincia y más que nada en el conurbano esta situación va a empeorar porque la cuarentena va a seguir. En el interior puede repuntar un poquito porque parece que va a haber una apertura. Pero no tenemos grandes expectativas porque los comercios que están abiertos están funcionando con muy poca venta, exceptuando los comercios de alimentos. Entonces estamos complicados".
Respecto de iniciativas, Zurzolo informó que "hemos llevado una propuesta para recuperación de empresas con líneas de créditos, programas y asistencias. Hace 3 años que venimos hablando de la transformación digital, hemos hecho congresos internacionales. Buscamos que se hagan grupos por sector, cadenas de valor, para empezar a entender cuál es la tecnología que hay que empezar a tener. Y necesitamos que el Estado acompañe todo esto. Han sido muy receptivos y quedamos en armar mesas en conjunto para empezar a armar todo esto".
Al respecto, el presidente de la ENAC, Leo Bilanski, aseguró a este medio que a pesar de la crisis del aislamiento, tampoco es una solución inmediata levantar la cuarentena. "Hoy hay un 46% de empresas abiertas parcialmente que no están vendiendo. Abrir no garantiza subsistir. La idea es que se empiece a dinamizar el mercado, que se vea cómo se va a consumir. Hay una desesperación de los pequeños comerciantes de abrir pase lo que pase. Depende de la región, abrir es una irresponsabilidad absoluta. Tiene que haber mucha articulación", señaló.
En la misma sintonía, el empresario remarcó que "todas las semanas hablamos con el ministerio de Desarrollo Productivo, con funcionarios del gabinete de Alberto, para plantear la realidad que visualizamos, y también hacemos propuestas", aunque apuntó que "debería haber una permeabilidad mayor para hacer propuestas y debería haber un espacio mayor de diálogo con el sector empresarial y productivo. No solo hablar con la UIA y la CGT. Esta falta de contención debería resolverse en el Consejo Económico y Social, que para eso se constituyó. Si se dejan afuera realidades, se generan microproblemas".
En tanto, Bilanski indicó que "Nosotros estamos proponiendo que se amplifique un canal que ya existe en el Estado que es crédito no bancario. Existe una comisión nacional de microcréditos, por la que se entregan hasta 12 salarios mínimo vital y móvil a través de organizaciones sociales y civiles, no a través de bancos. Esa herramienta amplificada para que se puedan otorgar créditos a pymes y trabajadores por un monto de 35 salarios mínimos vitales y móviles, alrededor de 500 mil pesos, a tasas razonables, sería muy positivo".
En la misma línea, el titular de la ENAC explicó que "los bancos tendrían que haber entregado hace 10 días 100 mil créditos y entregaron solo 25 mil. Por eso, hay que lograr que una organización civil pueda entregar 500 créditos, armar una red federal de organizaciones, que van a estar a la misma altura de operatividad que los bancos. Es una propuesta realista y de implementación en el corto plazo. Pero por ahora no está avanzando. Es tan mala la performance del sistema bancario parasitario que tenemos, que estas alternativas podrían llevarse adelante tranquilamente. Hay que potenciar el esquema de financiamientos a través de cooperativas y mutuales. No hay márgenes en la pandemia para ponerse en selectivos. Los bancos fallaron".
En virtud de este complejo escenario, desde el Centro de Economía Política Argentina elaboraron un informe que analiza las transformaciones experimentadas en el mercado de trabajo y el impacto del covid-19 en el mes pasado. En este sentido, se analizan –por un lado- las rupturas de contratos laborales (despidos) y los riesgos de ruptura de estos contratos (suspensiones), ante la imposibilidad de retornar al nivel de actividad preexistente al aislamiento. En lo que refiere a los ingresos, se engloba dentro de riesgo salarial a aquellas situaciones de reducción de ingresos(ya sea por decisión unilateral del empleador o por acuerdos con los sindicatos), atrasos de pago y combinación de suspensiones con reducción de ingresos
En total, entre ruptura contractual o riesgo de ruptura contractual y riesgo salarial, en el período seleccionado se detectaron 511.162 trabajadores. Asimismo, se registraron 18.063 casos de despidos y suspensiones, siendo 6.648 y 11.415 respectivamente. En el segundo caso, relativo al riesgo salarial, se registraron 493.099 casos, que se corresponden con atraso de pago de salarios (39.723), reducciones salariales (103.410), suspensiones con reducción salarial (14.162) y acuerdos entre partes para la reducción salarial (335.804).
Al respecto, el economista e integrante de CEPA, Hernán Letcher, manifestó en diálogo con LaTecla.info que "hay una decisión del gobierno que me parece muy correcta que es tratar de mantener el nivel de empleo y que las empresas no quiebren. Ese es el piso para salir de la cuarentena. Si el día de mañana tenés 10 puntos de desempleo adicional, cuando abrís contratan un 2%. con lo que ya tenes un 8 adicional. Lo mismo las empresas, las que cerraron ya no abren. Y eso es lo que busca evitar el gobierno".
En tanto, Letcher apuntó que "quizás el acuerdo de la UIA con la CGT apresuró y generalizó el escenario en lo salarial. La realidad es que hay escenarios distintos en cada sector y en cada empresa. Entonces generalizarlo no es lo más razonable. Pero bueno, se privilegió la cuestión de no perder los empleos".
La salida de la cuarentena
"Esto va a depender mucho de dos cuestiones: primero la evolución del coronavirus. Si se abren actividades y se multiplican los casos, se vuelve hacia atrás. Ahora o en agosto. Eso es una moneda al aire, imposible saberlo. La otra cuestión es lo que pase con la renegociación de la deuda. El eje de esa gestión es resolver en parte el problema de liquidez de la Argentina y no pagar durante 3 años intereses. Con eso, yo creo que sería suficiente para volver a una senda de crecimiento, en condiciones normales. Este año ya no, pero el año que viene con coronavirus, tendría que haber un muy buen crecimiento, sobre todo comparado con este año y el anterior que son malos", sentenció Letcher.
Por su parte, Bilanski apuntó que "el 59% de los empresarios considera que el gobierno va a poder reactivar la economía en un plazo mayor a un año. Yo entiendo que si hacemos las cosas bien, podemos arrancar un diciembre y un verano con todo en la Argentina. Pasar las fiestas con un consumo muy alto. Impulsar un turismo interno desde el Estado. Sería un buen inicio. Cuatro meses de potencia de consumo volverían a prender todos los motores productivos del país para arrancar el 2021 con todo".
Aunque aclaró: "no podes llegar a diciembre con las empresas sin capital de trabajo, mega endeudadas. Tenes que tener todo listo para salir con créditos accesibles, tasas muy bajas, procrear, ahora 18. Si eso sucede, arranca la rueda y no para más. Pero lo peor que nos puede pasar es empezar a desarmar la cuarentena y que el pico empiece a subir porque un comerciante que no va a vender, desesperado por abrir contagie a 100 personas. Abrir no es vender".
En tanto, Zurzolo resaltó que "creo que tenemos que animarnos a salir a trabajar, con todos los protocolos y niveles de seguridad. Que el trabajador llegue al trabajo con medio particulares. En el interior evidentemente hoy se puede, con protocolos y mucha conciencia, salir a trabajar. Obviamente no va a ser igual que antes. El mundo va a cambiar después de esta pandemia, las formas de trabajar van a ser distintas. El interior puede ser una prueba piloto para arrancar. En el conurbano habría que ver la forma para hacerlo. Hay que hacer algo más puntual en cada localidad".
Por último, Urtubey indicó que "sabemos que hay empresas que han presentado protocolo y la flexibilización que se van a dar en algunas ciudades con pocos habitantes y circulación del virus. Con todos los cuidados y protocolos que indiquen los sanitaristas, creo que es tiempo de calentar motores y volver a una realidad que va a ser dura, pero que en la medida que podamos estar todos juntos, cuidándonos, va a ser un poco más llevadera".