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Martes, 16 abril 2024
MUNICIPIOS
27 de julio de 2020

La herencia, los números rojos y el disimulado ajuste forzoso de la pandemia

Arrancaron el 2020 con las cuentas muy complicadas. Para colmo de males se cayó la coparticipación y la recaudación propia. Sin embargo, la ayuda de Provincia y el ajuste forzoso de la pandemia terminaron siendo beneficiosos para varios municipios

La herencia, los números rojos y el disimulado ajuste forzoso de la pandemia - La Tecla
La herencia, los números rojos y el disimulado ajuste forzoso de la pandemia - La Tecla
La herencia, los números rojos y el disimulado ajuste forzoso de la pandemia - La Tecla
La herencia, los números rojos y el disimulado ajuste forzoso de la pandemia - La Tecla
La herencia, los números rojos y el disimulado ajuste forzoso de la pandemia - La Tecla

“Recibimos el municipio con una deuda equivalente a una masa salarial completa. Incluso la rendición de cuentas del ejercicio 2019 fue desaprobada.  Achicamos horas extras y el staff político, estamos con menos funcionarios. A diferencia de lo que sucedía en el gobierno anterior, las horas extras se trabajan. Gracias al ajuste hemos ido pagando algo de la deuda que heredamos”, cuenta a La Tecla, Juan Miguel Nosetti, intendente de Salliqueló.

“Nos dejaron una deuda muy grande, estamos estudiando cómo pagarla. Achiqué el uso de combustible, la recolección de residuos se hace día por medio. Todo se achicó, estamos en una etapa de cuarentena. Salvo en Salud no se incorporaron más empleados. El municipio tenía mucho personal, también fue parte de la herencia”, dice a este medio el jefe comunal de Mar Chiquita, Jorge Paredi.

No son pocos los intendentes, sobre todos los nuevos, que arrancaron el ejercicio 2020 con el agua al cuello, prácticamente sin oxígeno. Para salir adelante, indefectiblemente debían concretar un duro ajuste que, claro está, no iba a caer nada bien en la sociedad. Por eso es que se puede decir que aunque no lo quisieran, la pandemia les terminó tendiendo una mano, les sirvió de pantalla para "sincerar los números".

Eso sí, son muy pocos los que lo reconocen en voz alta. "El que no llora no mamá", afirma un peronista de la Cuarta que tiene encima unas mil batallas y sabe que si asoma demasiado la cabeza, directamente se la cortan. Es que si los intendentes tuvieron la posibilidad de sobrevivir a la pandemia e incluso lograron cancelar algo de las obligaciones heredadas, en parte tiene que ver con la asistencia que les envió la Provincia. 

En la mayoría de los distritos chicos del interior esa plata alcanzó para compensar la caída de la coparticipación y en algunos casos la de los ingresos propios también. Por eso es que este alcalde se muestra molesto con aquellos que alardean, por ejemplo, con el pago adelantado de los aguinaldos. "Parece mentira que haya colegas que anunciaron con bombos y platillos el pago del aguinaldo de manera anticipada, para qué", refunfuña. De todos modos, no viene al caso.

La herencia, los números rojos y el disimulado ajuste forzoso de la pandemia

En síntesis, tal como señaló un legislador de Juntos por el Cambio que la tiene clara con las finanzas,  “la caída de la coparticipación fue del 22 por ciento para los intendentes, pero el Gobernador, con la distribución que les dio, les garantizó la coparticipación y un poco más de lo que perdían, que sirvió para compensar también la reducción en el cobro de tasas”. Vale aclarar, un porcentaje de ese dinero tienen que devolverlo en cuotas a partir de agosto.

Empatados (no todos, algunos quedaron un poco por debajo) los alcaldes aprovecharon los ajustes forzados de la pandemia, como son por ejemplo el achique de las horas extras en la gran mayoría de las áreas municipales o  la reducción en los gastos de insumos y combustible, para ahorrar unos pesos y cancelar algo de la deuda de 2019, ya sea propia o de su antecesor. Otros, sin deuda, hasta realizaron alguna pequeña obra. 

“La cuarentena nos sirvió de ajuste forzoso, estábamos bastante endeudados, pero pudimos cancelar todo”, cuenta en off, el asesor de un radical de la quinta, aunque destaca que eso se dio los dos primeros meses. Ya en fase 5 se regresó prácticamente a la normalidad. Volvieron las horas extras y los servicios públicos completos (se recolectaban los residuos día por medio). También retomaron a sus puestos todos y cada uno de los trabajadores municipales. 

“Lo que habíamos calculado que iba a mandar Provincia por coparticipación eran 38 millones de pesos, pero debido a la caída de la coparticipación llegaron unos 20 por mes, o sea 18 millones menos”, explica un mandamás PJ, y detalla que entre los tres desembolsos que llegaron a modo de ayuda, ya sea por ATP o por el Fondo reembolsable se lograron recuperar unos 22 millones, más una plata que mandó el gobierno nacional. “Quedamos empatados”, remata. 

Vale destacar que en estos distritos de pocos habitantes lo que llega desde la Provincia en concepto de coparticipación equivale aproximadamente al 80 por ciento del presupuesto, dinero que se va casi todo en el pago de sueldos. Por eso es que el recorte de horas extras forzoso significó un importante ahorro. “Las horas extras significan acá una masa salarial más al año, en vez de 13 son 14; de los 22 millones de pesos por mes, 2 se van en horas extras”, afirma el alcalde.

Así las cosas, estén o no con las cuentas en rojo, no quedó ni un solo intendente sin pagar sueldos y aguinaldos. Y fueron muy pocos los que tuvieron que abonarlo en cuotas, casi ninguno. Si bien la caída de la coparticipación fue notoria, la asistencia enviada sirvió para compensarla. Por eso es que, salvo al principio, no se escucharon más quejas. Y por si fuera poco, de la mano de la pandemia, varios jefes distritales lograron “disimular” el ajuste que sí o sí tenían que llevar adelante. “Negocio redondo”: real pero políticamente incorrecto.



Asistencia
El dinero que salió de la Provincia para los 135 distritos

Desde el inicio la pandemia, la Provincia asistió a los 135 municipios con unos 13.500 millones de pesos. Estos fondos fueron distribuidos a través de diferentes mecanismos, mediante aportes tanto reintegrables como no reintegrables. La asistencia no reintegrable consistió en Aportes del Tesoro de la Provincia. En total, esos fondos se aproximan al 70 por ciento de la asistencia total. Adicionalmente, se creó el “Fondo Especial de Emergencia Sanitaria de Contención Fiscal Municipal” cuyo objetivo fue contribuir con el pago de sueldos municipales, prestaciones habituales de los municipios y necesidades determinadas por la emergencia. Este Fondo está compuesto con recursos propios de la Provincia, constituyendo hasta el momento una ayuda financiera de más de 4 mil millones de pesos, los cuales, por ahora, tendrán que devolverse a partir de agosto en 18 cuotas.

La herencia, los números rojos y el disimulado ajuste forzoso de la pandemia


Alejandro Federico, Suipacha
“Achique natural” para estar al día

El comienzo fue complicado, pero llegó la ayuda de Provincia y las cosas cambiaron. Más allá de esa mano, el Ejecutivo de Suipacha, obligado por la pandemia, llevó adelante un ajuste importante en las diferentes áreas, salvo en Salud y Desarrollo (según el intendente Alejandro Federico, “son las únicas que tienen carta libre para invertir”), situación que, entre otras cosas, le permite estar al día con los proveedeores y haber pagado en tiempo y forma
sueldos y aguinaldos. “Se hizo un achique natural”, dice el mandamás. De todos modos, como para estar más holgado aún, pide que los municipios no tengan que devolver el fondo para sueldos, el cual empezaría a descontarse (18 cuotas) de la coparticipación a partir del mes que viene.


Jorge Paredi, Mar Chiquita
Fuerte ajuste y obra pública

Mar Chiquita es uno de los distritos más complicados en cuanto a números, así al menos lo asegura el jefe comunal Jorge Paredi. El achique llevado adelante fue muy grande. Por caso, cuando asumió el 10 de diciembre el municipio contaba con 1282 empleados y hoy tiene 1060. Vale destacar que en diciembre de 2015, cuando terminó su anterior mandato (perdió en 2015 con el radical Carlos Ronda, su ahora antecesor), eran 814. De todos modos, pese a la deuda de 96 millones de pesos (todavía no se sabe cuándo empezará a saldarla) y a la emergencia económica, el jefe comunal logró pagar los sueldos y el aguinaldo entre finales de junio y principios de julio. Además, con dinero de Nación y Provincia, acaba de inaugurar una importante obra de cloacas en Santa Clara del Mar y avanza con la construcción de una nueva escuela.

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Números rojos
Carlos Tejedor: entre el ahogo el pago de la deuda 

“En el mes de marzo no nos alcanzó la coparticipación para pagar los sueldos. En abril nos llegó el dinero extra de la Provincia y hasta nos alcanzó para proyectar ciertas compras y obras, además de los salarios”, cuentan a La Tecla desde el Ejecutivo de Carlos Tejedor que conduce María Celia Gianini. Y destacan que si bien el recorte de las horas hizo que se achique el gasto, tampoco es que sirvió de ahorro. Por otra parte manifiestan que al inicio de la gestión se recibió una deuda total de 90 millones de pesos, de la cual antes de la pandemia se habían cancelado unos 17 millones y durante la pandemia un poco menos.


Coronel Suárez
Un ahorro que duró muy poco

“Teníamos que estar recibiendo de coparticipación más o menos unos 85 millones de pesos por mes, y no está llegando a los 55, o sea que estamos unos 30 millones abajo. El primer mes la Provincia nos mandó 25 millones de ayuda y la segunda vez 16. Perdimos 30 o 40 y nos dan 20 o 25. La diferencia la tenemos que sacar con un crédito a pagar en 18 cuotas”, comenta Ricardo Móccero, de Coronel Suárez respecto a la situación de su distrito. Y agrega que si bien recortaron horas extras en algunas áreas, en Salud invirtieron un 30 por ciento más de lo habitual. “Estamos preparados para lo peor en los dos hospitales del distrito”, sostiene. Respecto al resto de los recortes, por ejemplo el de los servicios, señala que se pudo hacer solamente el primer mes, luego se entró en una virtual fase 5 y todo volvió a la normalidad. “La pandemia nos sirvió para tener una ayuda superior de Provincia, pero en crédito. El tema es que hay que devolverla”, se queja el mandamás, a la espera que se revierta la decisión.



 

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