6 de septiembre de 2020
CIUDAD DE BUENOS AIRES
De no creer: los terapistas no dan más y los anticuarentena queman barbijos en el Obelisco
A pocos días de conocerse la carta de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva que pide a la población por favor cuidarse porque las terapias intensivas no dan abasto y el recurso humano está exhausto, un grupo de manifestantes anti cuarentena realizó una quema de barbijos en el Obelisco porteño. Las quejas apuntan a Rodríguez Larreta
Manifestantes identificados como "anticuarentena" realizaron esta tarde una quema de barbijos junto al Obelisco porteño, y tal como puede verse en las imágenes que circulan a través de las redes sociales, nadie hace nada para impedirlo ni intenta hacer entrar en razón a este gupo de personas.
"Por las marchas anticuarentena hay 316 detenidos en Alemania, 200 en Corea del Sur, 26 en Australia. Acá estos mandriles hacen una quema de barbijos en pleno centro y no pasa nada", se quejó en Twitter el presidente del Frente Nacional de Agrupaciones Peronistas, Marcelo Puella.
Y en el mismo tuit, con marcada indignación, apuntó los dardos contra el Jefe de Gobierno porteño: "A Larreta (Horacio Rodríguez) se le cagan de risa en la cara. ¿O Larreta se caga de risa de nosotros?", se preguntó a modo de remate del comentario.
Por su parte, el periodista Juan Alonso, expresó: "Si queman los barbijos (enajenados mentales) se van a contagiar de Covid en una ciudad que tiene la mayor tasa de mortalidad de América por millón de habitantes. El alcalde @horaciorlarreta choca la calesita empezando por su esposa una pésima declarante de festividad de terrazas".
La situación se da al mismo tiempo que cientos de terapistas de todo el país dan a conocer su cansancio, su hartazgo y su malestar por las nuevas aperturas, que no hacen más que incrementar la circulación y por ende la cantidad de pacientes que en algún u otro momento terminan en terapia intensiva.
Por caso, la Jefa de la Terapia Intensiva del Hospital San Martín de La Plata, Elisa Estenssoro, señalaba que "los intensivistas, además de extremadamente cansados, también estamos un tanto enojados. Nos parece un poco desconsiderado el hecho de que la gente se reúna, salga y no respete mínimamente las normas".
"Hace un par de semanas, por ejemplo, estaba todo el mundo hablando de las vacaciones, de lo qué iba a pasar en enero. Y lo cierto es que para enero falta una eternidad. Uno siente que la población está en otra cosa", agregaba.
Y en el mismo sentido, resaltaba que "cuando uno salea la calle y ve gente sin barbijo y amontonada, y se entera de que hay grandes reuniones y fiestas, se siente una sensación de estar viviendo en dos mundos paralelos".
"Por un lado, el nuestro, el de la terapia intensiva, donde todo es trabajo, estar encima de los pacientes, muchos complicados, con situaciones estresantes para los familiares que no los pueden ver; y por el otro la gente que no respeta las normas, que intenta volver presurosamente a la normalidad. Eso genera enojo y una sensación de incomprensión”, remató la profesional.