La directora del Malba expresó su indignación por el asesinato de su amiga Silvia Saravia
Gabriela Rangel escribió un texto para explayarse sobre el asesinato de Jorge Neuss y señalar su enojo con el tratamiento periodístico. “Inevitablemente, una sentencia de muerte aún pende sobre centenares de mujeres”.
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Gabriela Rangel, directora del Malba, era una amiga muy cercana de Silvia Saravia, asesinada por su marido Jorge Neuss, quien después se suicidó. Rangel necesitó poner en un texto lo que le generó la tragedia y la compartió en Clarín, detalló la sorpresa primero: “El sábado irrumpió funesto con el parte de guerra de la trágica muerte de una amiga muy querida, Silvia Saravia de Neuss, a quien conocí en Nueva York gracias a mi profesión en el mundo del arte”.
En el escrito narra el cariño que le tenía y la profunda amistad que habían forjado, aunque hubiera habido desacuerdos: “Con Silvia desarrollé a lo largo de estos años una sólida y bella amistad que superó la década y, sobre todo, pudo eludir varios desencuentros originados por la discrepancia sobre principios que básicamente abarcan los derechos reproductivos. Aún así logramos evitar que nuestros botes se volcaran en las agitadas aguas del río y continuamos viéndonos”.
En las siguientes líneas habla de los gustos estéticos y artísticos de Silvia y concluye con una contundente postura sobre la muerte de su amiga: “Uno de los aspectos más ominosos de este asesinato, además de su brutalidad, ha sido el tratamiento informativo que se ha dado a la noticia, la centralidad ubicua que el asesino ocupa dentro del relato y el desdén que se ha mostrado por la vida de la víctima, incidentalmente descrita como un apéndice mudo, adosado a la biografía de un acaudalado marido.”
“Ella ha sido caracterizada como una tipología más que una persona: la mujer elegante y pasiva de clase alta asesinada por su marido en un country”, continuó. “Inevitablemente, una sentencia de muerte aún pende sobre centenares de mujeres, quienes dejan de tener rasgos propios para pasar a ser parte integral de una forma extrema y aniquiladora de soberanía masculina. Dichas potenciales víctimas son el elemento sacrificial y por lo tanto descartable de un sistema, no importa el estrato social de pertenencia. Pero a este punto, nada puede restituir la vida a Silvia Saravia”, concluyó.