La Tecla
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Los contagios de coronavirus aumentan a un ritmo que genera preocupación en todas las aristas del Estado. En Nación, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y en Provincia. En ese marco, la política se debate en qué medidas tomar para buscar mitigar los casos positivos y lograr, una vez más, “aplanar la curva”.
Vale destacar que, como si fuera poco, el incremento se produce en plena temporada estival. En más de una oportunidad se marcó al verano y el incremento de las temperaturas como un buen antecedente para mantener los positivos en niveles controlables.
No obstante, la aglomeración de personas en diferentes regiones y el relajamiento de las medidas sanitarias de prevención, se convirtieron en un combo que disparó los positivos a más de 13 mil por día. Además, las festividades finales de 2020 y las reuniones sociales, hicieron lo suyo.
En ese marco, fue el propio presidente, Alberto Fernández, quien alertó que si el ritmo de contagios se mantenía elevado existía “la posibilidad de cerrar todo”. El costo político de retroceder en el distanciamiento social para retomar el confinamiento es más que elevado y el Gobierno lo sabe.
Una muestra de ello fue lo ocurrido en los últimos días. La Casa Rosada esquivó un cierre total y puso sobre la mesa la posibilidad de restringir la nocturnidad. Incluso, fue anunciado públicamente por el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. El rápido malestar que generó el toque de queda sanitario hizo que el decreto anunciado para el viernes pasado, no saliera a la luz y sea modificado sobre la marcha.
Similar fue el accionar de la administración de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires. Es que, según diferentes alcaldes comentaron a LaTecla.info, el mandatario esquivó la toma de decisiones para aguardar los movimientos de Alberto y ahí evaluar el camino a seguir.
“Axel no quiere tomar medidas, no quiere decidir él”, liquidó uno de los jefes comunales que cumple su segundo mandato, ahora bajo el rótulo de Todos. El interior radical sostiene la hipótesis: “Igual que cuando empezó el confinamiento, Alberto decía y Kicillof acataba”. Claro, el mandatario convocó a una reunión de urgencia con los 135 jefes comunales y no ofreció alguna medida sanitaria.
Por su parte, desde la Ciudad, con Horacio Rodríguez Larreta en aislamiento por dar positivo de covid-19, se anunció que no se avanzaría en la restricción nocturna. El posicionamiento porteño fue uno de los motivos que llevó a Nación a dar marcha atrás y modificar el decreto para que sea libertad de cada distrito.
La política sabe que el relajamiento de las medidas de prevención son un espejo del cansancio social. Así, la toma de decisiones que impacten con fuerza en la circulación caen víctimas del agotamiento. El costo, en un año electoral, es más que elevado.
“Los Gobiernos no tienen la fortaleza para sostener las consecuencias”
Con el escenario de incertidumbre y las restricciones severas guardadas bajo siete llaves, el consultor político, Pablo Romá, titular de Circuitos, consideró que para el tridente de mandatarios, “el costo político de avanzar sobre medidas sanitarias restrictivas está vinculado a la responsabilidad que les puede caer por profundizar una crisis económica, que ya es grave, en un año con calendario electoral”.
Así, consideró que “el rebrote de casos de coronavirus pone en cuestión, en primer lugar, la preocupación por la posibilidad de avanzar hacia la recuperación económica y cómo una medida restrictiva puede afectar a la economía en el sector turístico en este momento, sobre todo en la provincia de Buenos Aires”.
“En segundo lugar, el rebrote también pone de manifiesto las dificultades para superar la crisis sanitarias con el plan de vacunación ya iniciado e implica una afectación subjetiva que es difícil gestionar porque incide sobre la moral de una sociedad que está desgastada y segmentada políticamente lo que complica aún más las cosas”, explicó Romá a LaTecla.info.
De esa manera, sostuvo que “en este contexto, no podría descartar que no sea necesario tomar medidas restrictivas y se asuman los costos políticos, pero entiendo que los gobiernos no tienen la fortaleza para sostener las consecuencias económicas que hoy puede provocar la implementación de medidas sanitarias restrictivas. Pero dependerá de la evolución de los casos y de la capacidad de los gobiernos para hacer más efectivas las medidas de prevención”.
“Una restricción total te deja sin empleo a 4 millones de personas”
En conversación con LaTecla.info, el economista Iván Carrino, remarcó que en caso de avanzarse en un cierre de actividades, “el costo es el que ya vimos. Un desastre económico, con pérdida de millones de puestos de trabajo, cierres de empresas y aumento de otras enfermedades derivadas del encierro”.
De esa manera, consideró que “si las medidas son menos duras, entonces menor será el costo. Si las medidas son solo sobre los viajes, entonces lo que va a morir es el sector turístico. Si las medidas son solo sobre los espectáculos con público, entonces morirán teatros, cines y estadios de fútbol, de la misma forma que se está dañando a la educación al no abrir escuelas”.
“No hay mucha forma de medir el daño salvo que se conozcan cuáles serán las restricciones. Pero es claro que, una restricción total te deja sin empleo a 4 millones de personas, como ya ocurrió”, señaló Carrino y liquidó: “restricciones menos graves pueden destruir solo a algunos sectores específicos”.
“Quienes deben aplicar las medidas son las autoridades provinciales”
En conferencia de prensa, el Jefe de Gabinete de la Nación, Santiago Cafiero, dejó en claro que la toma de medidas restrictivas no será orden nacional y aseguró que “quienes deben aplicar las medidas son las autoridades provinciales”. Para ello, luego de dar marcha atrás con el toque de queda, Nación lanzó una serie de pautas epidemiológicas para poner en cuestión la posibilidad de cierres nocturnos.
Así, sugieren avanzar en restricciones cuando el cociente entre el número de casos confirmados acumulados en los últimos 14 días y el número de casos confirmados acumulados en los 14 días previos, sea superior a 1,20, es decir, que los casos aumenten un 20% de una quincena a la otra; o que cuando el número de casos confirmados acumulados de los últimos 14 días por 100 mil habitantes, sea superior a 150
En ese marco, la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, remarcó que se está atravesando "un momento muy relevante" en el país y en el mundo en relación al aumento de casos de coronavirus, y destacó que acciones como la restricción de las actividades nocturnas "pueden impactar positivamente en ralentizar el aumento de casos".
"De esta manera, podemos captar a las personas con condiciones de riesgo para que reciban la vacuna y así minimizar el impacto en la mortalidad", sentenció la funcionaria sanitaria.