Argentina
Jueves, 28 marzo 2024
POLITICOS EN PIJAMA
14 de marzo de 2021

Guillermo Montenegro: “La cuarentena me alejó del asadito con los muchachos”

Entre recuerdos de su infancia y una gran mesa llena de hijos, el intendente de General Pueyrredón expresó que aprendió que lo más importante siempre es escuchar. Entre reflexiones y anécdotas de un padre de grandes y muy chiquitos, Montenegro se mostró abierto a compartir una parte de su vida.

Guillermo Montenegro: “La cuarentena me alejó del asadito con los muchachos” - La Tecla
Guillermo Montenegro: “La cuarentena me alejó del asadito con los muchachos” - La Tecla
Guillermo Montenegro: “La cuarentena me alejó del asadito con los muchachos” - La Tecla
Guillermo Montenegro: “La cuarentena me alejó del asadito con los muchachos” - La Tecla
Guillermo Montenegro: “La cuarentena me alejó del asadito con los muchachos” - La Tecla
Guillermo Montenegro: “La cuarentena me alejó del asadito con los muchachos” - La Tecla


Entre obligaciones laborales y la paternidad, Guillermo Montenegro siempre intenta encontrarle el gustito a disfrutar de los suyos. El intendente de General Pueyrredón puso en palabras lo que cada uno de sus hijos representa para él, y compartió algunos recuerdos, entre ellos la memoria de su papá.


- Sos papá de 6 hijos, algunos grandes y otros muy chiquitos, Tomás uno de ellos, que es el último ¿Sentís que fue cambiando tu manera de encarar la paternidad con cada uno de ellos?
 
Mirá, yo tengo a Guada que es la más grande, que tiene 27 y es médica, y Tomás que ese el más chico, que tiene 7 meses. En el medio está Caco con 22, el Chino con 21 y los mellizos con dos años. Siempre le puse la misma energía, disfruto mucho de mi familia, todos los momentos siempre trato de meterle mucha calidad de tiempo.
 
Por ahí lo que a uno le cambia es esto de que cuando sos más grande ordenás un poco mejor las prioridades, pero también tenés otras responsabilidades, con lo cual yo no sentí en ningún momento que haya cambiado mi forma de encarar la paternidad con ninguno.
 
Cada uno de ellos es un mundo diferente, incluso hasta los mellizos, con cada uno llegás de una manera distinta, no son ni parecidos, en el buen sentido, y esto creo que también es lo bueno de la diversidad de ser padre, que tenés que ir construyendo tu relación con cada uno de tus hijos.

Guillermo Montenegro: “La cuarentena me alejó del asadito con los muchachos”
 
- ¿Y qué sentís que aprendiste?
 
Sobre todo, a escuchar. Escuchar a los chicos es clave, y que tengan claro su lugar, a partir de ahí construís algo que tiene que ver mucho más que con la relación padre hijo, sino que tiene que ver con una construcción de la familia. Ahí lo más importante es la vida también. Uno con los años escucha más, y puede tomar mejores decisiones en la vida y como padre también, en ese sentido los más grandes colaboran mucho en mi cabeza también, mi mujer también.
 
Poder charlar, discutir, disentir y llevar todos juntos un barco en el que estamos todos. El mayor crecimiento que uno tiene, tiene que ver con eso, con aprender a escuchar, a quedarse callado, de los silencios. Eso lo vas construyendo permanentemente.
 
- ¿Y cómo se llevan entre ellos, teniendo en cuenta la diferencia de edades? Vos me decías que los grandes aportan a tu calidad como papá, ¿Y a su calidad como hermanos?
 
La verdad que ver a los 6 juntos a mí me llena de emoción. Todos juegan entre todos, se acompañan, los más chicos siguen a los más grandes, los más grandes los llevan a todos lados. Uno como padre, cuando mirás desde afuera la imagen, es maravillosa, se te llenan los ojos de lágrimas. Cuando los ves que están todos en la mesa desayunando, uno tiene el bebé y los otros interactúan con los dos que están sentados en la mesa. Lo ves desde afuera y casi no participás, ese mundo es de ellos, eso para mí es todo. 
 
Ahora justo que vinieron todos para el cumpleaños de dos años de los mellis, uno los veía desde afuera y ves que entre todos, porque no tiene que ver conmigo, estamos haciendo bien las cosas para que eso sea así. Se buscan mucho entre ellos, eso es buenísimo, lo más grandes con los más chicos, los siguen, los imitan: la forma de caminar, de hablar, es muy divertido verlos, es buenísimo.
 
- Me dijiste que cada uno de ellos es diferente. Si tuvieras que decirme una característica que distinga a cada uno de ellos, puede ser en una palabra ¿Cuál usaría para cada uno?
 
Uf, ¿una sola?
 
- Te podés explayar más, no hay problema con eso
 
Guada es por un lado la libertad, y por el otro la comprensión. Es la que siempre escucha. Caco es el compañerismo, siempre está pensando en el otro. El chino es el bohemio de la familia: es músico, es el descontracturado. 
Simón, lo que demuestra es mucha vitalidad, una intensidad espectacular, mucha alegría. Martina es muy observadora y comprensiva, porque cuando le pasa algo al otro, enseguida viene a dar un abrazo, por más que haya sido ella la que produjo la cagada. La imagen de Martina en la playa es ella poniendo una patita, después la otra, mira. Y Tomás es la sonrisa constante.

Guillermo Montenegro: “La cuarentena me alejó del asadito con los muchachos”
 
- ¿Los llevás mucho a la playa a los más chiquitos?
 
Ellos van mucho, yo voy cuando puedo. No todos los días, pero casi todos, dos o tres horitas van de acuerdo a la posibilidad de que puedan llevarlos.
 
Yo trato de acompañarlos los fines de semana, aunque sea dos o tres días, cuando me deja el laburo, porque es muy divertido verlos interactuar entre ellos y en el mar, que para mí es maravilloso que ellos puedan crecer de la misma manera que crecí yo, me encanta estar en la playa y que ellos se junten con amiguitos, que es maravilloso.
 
- ¿Cuáles fueron los desafíos de tener que criar a dos a la vez? porque si bien ya tenías otros hijos, imagino que no habrá sido lo mismo criar a dos al mismo tiempo
 
Es otro deporte. Es maravilloso, con muchísima intensidad, no es que se duplica, sino que se cuadriplica. Entiendo a los padres de mellizos, gemelos, que te lo dicen. Es muy lindo verlos, es espectacular, es todo, pero es un desafío importante. 
Guillermo Montenegro: “La cuarentena me alejó del asadito con los muchachos”
 
- ¿Hay alguna pregunta que te hagan tus hijos y que aunque pase el tiempo, te siga incomodando responder?
 
La verdad no. Siempre fui muy realista, en eso los chicos me enseñaron. Uno intenta cuidarlos, y creo que la mejor forma de cuidarlos es planteándole las cosas tal cual son. Obvio que a veces te sentís más o menos incómodo, en el momento que quizá te descolocan, pero no, siempre tuve un diálogo muy franco con los tres mayores y eso hace que tenga la relación que tengo con ellos, y obviamente la que proyecto con los 6, porque me parece que es una construcción permanente.
 
- ¿Tus hijos más grandes te cargan, te imitan por alguna frase que suelas repetir?

 
Uf, sí, me vuelven loco. A mí me joden con que me hago cargo de todo. "Yo me ocupo", ellos se ríen de eso. Del asado, de ir a comprar algo, ir a llevar a alguno, "yo me ocupo, yo me ocupo". Pero tiene que ver con estar presente, a mí me gusta estar presente con ellos, de hecho trato de no meterme mucho porque cada uno tiene su lugar, pero me encanta estar cerca de ellos.
 
- ¿Y te recriminan por algo que a ellos no les permitiste y a los chicos les des pase libre?
 
No. Fui bastante malcriador en el buen sentido, de generar mucha libertad en todo lo que hagan, haciéndoles ver cuáles son los límites, hablándolo también. Por ahí se ríen, dicen "Ah, estás más viejo",  entonces permitís que en vez de ver lo que vos querés ver por tele, termines viendo los dibujitos animados. A ellos también los dejaba ver dibujitos animados, pero ahora ellos se ríen de esa situación, que estoy viendo un partido y me cambian de canal y me pongo a ver Cars por vez número 32.
Guillermo Montenegro: “La cuarentena me alejó del asadito con los muchachos”
 
- ¿Alguno te manifestó que quiere seguir tus pasos en política? 
 
No, para nada, cada uno tiene su particularidad. Nunca lo hablamos tampoco, yo soy muy respetuoso de las decisiones que toman mis hijos. Yo puedo aconsejar, pero muy tranquilo en cuanto al laburo, la carrera, si tienen que comprar una cosa u otra, pero siempre dejando abierta la decisión, que sea de ellos, acompañándola desde ese lugar.
 
- ¿Crees que en parte puede llegar a ser porque a vos te ven siempre muy ocupado, muy pendiente, muy atareado?
 
No, creo que tiene que ver con las vocaciones. Cada uno tiene una vocación muy marcada. Lo que siempre me reconocen es que si ellos me ven bien, dicen "está bueno lo que hace papá", que es lo mismo que yo les planteo a ellos. Guada es médica y anda con una hélice en el traste las 24 horas, pero es su vocación, y la ves feliz. Y el otro (el Chino) cuando tiene que practicar para una obra, lo mismo, te desarma con el mismo acorde hasta que le sale, y el otro (Caco) con el Periodismo deportivo, viendo todo, anotando todo, siguiendo las estadísticas. Cada uno con su locura, pero tiene que ver con la vocación que tiene cada uno.
 
- Hay cosas buenas y malas en todo trabajo
 
Sí, somos todos bastante “obse”, de ser obsesivos en la búsqueda de los resultados, y a veces eso te genera también la frustración, si no sale como uno quiere, pero hay que saber salir de ahí, uno se tiene que quedar tranquilo con que hizo el mejor esfuerzo para lograrlo, que es algo que les planteo a ellos (a mis hijos) y a mí mismo. Cuando terminás muy cansado quiere decir que hiciste las cosas bien.
     
- Tenés un perro que se llama Paco, ¿tenés más mascotas?

No, ahora quedó sólo Paco y no tenemos capacidad para tener más (risas)
 
-Está sobrelimitado
 
Sí, los chicos tienen en Buenos Aires otro perro y el gato y a veces vienen todos. Doris se llama el perro, y la gatita que tiene Guada. Traen todo y son dos perros, el gato y seis pibes, es un número.
 
- Pero te gustan mucho los perros por lo que veo en las redes sociales
 
Sí, siempre me gustaron. Tuve perro siempre que tuve la posibilidad, siempre me encantaron. Tuve un perro muchísimos años que me acompañaba a todos lados, y este (Paco) ya está hace cinco años con nosotros. Paco es parte de la familia. Vos organizás tu vida familiar y la mascota es parte de ella, en las vacaciones te vas con la mascota o te organizás, y si salís un día ves con quién se queda, es parte de la familia, así también interactúa con los chicos, es parte integrante de todo, duerme por acá, por allá, con uno, con otro, va, viene, es parte de todo lo que tiene que ver con una familia, yo entiendo así a una mascota, no la entiendo como "el perro, afuera, el perro adentro"; el perro es parte de todo y convive con nosotros.
 
- Y siempre está entretenido supongo, porque al ser tantos, siempre tiene con quien estar
 
Sí, siempre, permanentemente. Obviamente siempre está buscando a ver a quién se le cae comida, y los mellizos sobre todo comen con una mano colgada de la sillita tirándole comida permanentemente, el otro está barriendo abajo
 
- La pasa bien Paco
 
Si, y los mellizos imitan (el darle comida) porque también lo hacíamos nosotros. Sé que está mal, tratás de no hacerlo pero lo imitan y le dan comida al perro, obviamente cuidando que no le den cualquier cosa porque después se descompone, pero es parte de la dinámica familiar.
 


 
- Te pregunto ahora sobre tu rol como intendente ¿Hay algo que extrañes hacer que ahora no puedas por la falta de tiempo?
 
Más que por mi rol como intendente, creo que la cuarentena me alejó del asadito con los muchachos, de ir al club, que para mí es parte importante de mi vida; juntarme más con mi familia, y que venga el viejo antes de que falleciera, mis suegros, mi hermana, los hermanos de Euge (su pareja).
 
Juntarme con los muchachos a comer un asadito en la peña o ir a ver algún partido de fútbol a Alvarado con el otro grupete. Yo le busco siempre un lugarcito a mis amigos porque son parte de mí. Esto de la cuarentena y la pandemia nos alejó, ahora tratamos de reconstruirlo con los cuidados, juntarnos afuera, pero es lo que más extraño.
 
Justo se dio que prácticamente fui intendente con la pandemia, con lo cual tiene que ver más con la pandemia que con mi cargo de intendente, porque sino me organizaría y llegaría tarde, pero aunque sea me juntaría igual con los muchachos.
 
- Además vos ya estabas participando activamente en otros roles...

Absolutamente. El haber perdido esos momentos fue bravo, pero nos pasó a todos, de perder las relaciones humanas que son tan importantes.
 
- ¿Vos eras el encargado de hacer el asado?

Siempre fuimos uno o dos que nos ocupábamos del asado. A mí me gusta mucho hacerlo. Obviamente que cuando empecé a tener más laburo y más hijos, como me joden a mí mis amigos, que me dicen "Ahora tenés más hijos, entonces te queda sólo el pucho", dejé de ser el responsable del asado, pero cuando puedo lo hago, porque lo disfruto mucho, sobre todo el asado familiar, hacerlo con Caco, que también es un gran asador, y digo también porque yo me considero un buen asador.
 
Hacer el asado es muy divertido, nos peleamos por cómo se hace mejor, es muy gracioso, la pasamos bien.
 
- ¿Tenés alguna técnica para hacer el asado?
 
Que no me falte fuego
 
- ¿Usás carbón o leña?
 
Habitualmente intento hacerlo con leña, pero ahí tiene que ver con el tiempo que tenga, siempre tengo leña y carbón, si tengo tiempo leña, me gusta mucho más el sabor, queda con menos gusto a...carbón. Le gusta mucho a la familia también, es un mimo, intento hacerlo así.
 
- Volviendo un poco a tu rol previo a ser intendente, fuiste juez federal hasta el 2007 cuando renunciaste para tomar el puesto de Ministro de Justicia y Seguridad en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ¿Cómo fue ese proceso y cuáles considerás que fueron los motivos que te llevaron a ir por otro camino?
 
 La verdad es que yo nunca había participado en política. Fui más a integrar un rol técnico que tenía que ver con la creación de una policía y después me di cuenta que también tiene que ver con la vocación de querer hacer por el otro, yo lo hacía previamente desde otro lugar, con comedores infantiles con amigos, o incluso desde la Fiscalía o el juzgado, pero me parece que tratar de buscar soluciones a grupos de gente más grande, saber que una decisión no le modifica la vida sólo a una o dos personas, sino a un barrio, una ciudad, es el laburo por el otro, vino por ese lado y me fui convenciendo cada vez más de que la  política es más que una función, es una vocación, cuando la perdés te tenés que correr , porque esto tiene que ser así, vocacional 100%, no hay otra forma que uno intente de hacer política por otra cosa, yo no lo veo.
El día que yo no sienta que puedo construir mejores cosas para mi ciudad, que es donde vivo, que quiero que también vivan mejor mis amigos, mis vecinos y todo, es el día que no lo voy a hacer más, tiene que ver con la vocación que tiene cada uno.

- Y en el proceso posterior a desempeñarte como ministro, cuando fuiste Embajador argentino en Uruguay y diputado Nacional, ¿Cuáles son las herramientas que dirías que más te llevaste de cada experiencia? a nivel profesional como personal.

Siendo embajador, el contacto con personas, embajadores de todo el mundo, que creo que a uno lo enriquece, y segundo haber estado en un país como Uruguay, que lo amo y la pasé realmente muy bien, lo siento particularmente como mi casa, es una ciudad muy parecida a Mar del Plata. 
Creo que te abre la cabeza estar con personas de distintos lugares del mundo que te cuentan sus realidades y su cultura que no tiene nada que ver con la tuya.

Como diputado, lo que más rescato siempre es el diálogo. Es trabajar buscando el consenso para tomar mejores decisiones.

- Pasamos a tu niñez ¿Hay alguna imagen que te venga a la memoria ahora, algún recuerdo lindo?

Hay dos cosas que siempre me acuerdo. Una es que mi vieja tejía para Casa Gesell y Stella Maris, eran dos casas de bebés que estaban acá en Mar del Plata. La imagen es la de mi vieja tejiendo y todos ayudando. Mi hermana con el devanador, yo con la madeja para hacer los ovillos, mi viejo. Los sábados y domingos era de todos compartiendo con la vieja.

El otro recuerdo es en el Parque Camet, de ir con toda la familia ahí, era la fija familiar, terminábamos siempre en el Parque, son imágenes muy fuertes. 

También tengo recuerdos en la Base Naval, que es donde el viejo laburaba, y los hijos de los que laburaban ahí nos juntábamos en la base. De hecho capaz nos cruzamos ahora y decimos "Te acordás cuando íbamos a jugar a la pelota, íbamos a pescar". La base era el lugar de encuentro desde que teníamos 10, 11, 12 años.

- Perdiste a tu papá hace muy poco, ¿Cómo enfrentaste ese duelo? ¿Cómo elegís recordarlo a él?

Mi viejo tuvo una enfermedad muy rápida. A fines de octubre, principios de noviembre le encontramos un tumor, y hace menos de un mes que falleció. Yo tuve la oportunidad de hablar mucho en esos meses. Siempre hablé mucho la verdad.

Lo recuerdo bastante callado, de pocas palabras pero un ejemplo. Sobre todo, uno lo ve desde el lugar de hijo, pero también cuando te encontrás con oficiales o suboficiales que han laburado con el viejo, todos te dicen "Su padre esto, su padre...". Eso lo transmitís.

Las últimas veces que he estado con él, le he dicho: "El orgullo de ser tu hijo no tiene que ver solamente con cómo te recuerdo yo, sino como te ve mucha gente como persona y como profesional".

La foto de mi viejo es en un lugar de comando, pero no porque él está por arriba del resto, sino por el comando de la escucha, siempre hablando desde un lugar muy comprensivo, eso era mi viejo. De pocas palabras, pero siempre escuchando y dándote la palabra justa.

Guillermo Montenegro: “La cuarentena me alejó del asadito con los muchachos”

- En tu niñez también jugaste al rugby, ¿Desde qué edad?

Sí, desde los 11, 12 años

- ¿Qué lugar tiene ahora el deporte en tu vida? ¿Dónde quedó esa faceta?

La verdad que creo que el deporte en general, más allá de lo que elijas, lo que te genera el deporte en conjunto es el compañerismo, la lealtad, el jugar con el otro y no contra el otro, el respeto a las reglas, al réferi. Creo que tiene que ver con eso, con los valores que te genera el deporte en sí y el compañerismo, el estar con tus amigos, es lo que más rescato.

Obviamente que me gusta ver todos los deportes: fútbol, voley, básquet, rugby. Me gusta ver todo, soy bastante fana de todos los canales deportivos, me pongo a ver cualquier cosa. Mi mujer me dice  "¿Qué estamos haciendo viendo fútbol de Nicaragua?". Me engancho, cuando no me puedo dormir a las 3 de la mañana, pongo un canal de deporte y veo cualquier cosa, realmente me gusta mucho, y además soy bastante de estudiarlo, mirarlo.

Caco agarró eso para el lado de la veta del periodismo deportivo también

- Él jugó al rugby ¿Sigue jugando?

Sigue jugando

- ¿Crees que algo cambió desde el momento en que vos jugabas a ahora? 

Sí, era mucho más amateur. Antes era de corazón y punto. Ahora uno ve cómo se cuidan en la comida, con el entrenamiento, es distinto, pero era otro momento antes, ahora se toman con más seriedad, y me parece bueno para muchas cosas, como las revisiones médicas.

Cuando ibas a jugar al fútbol a un club cuando eras pibe, nadie te pedía nada. Hoy llegás, tenés que llevar el certificado médico, un electrocardiogama para ver si estás bien. Eso es bueno porque fue mejorando permanentemente, creo que eso es importante también. 

Cambió mucho porque cambia todo, hay cosas que son buenas y otras no tanto. Antes éramos menos y nos conocíamos todos, era más divertido, ahora al ser más gente por ahí es más impersonal. Antes jugabas 10 veces contra el mismo y terminabas siendo amigo de los del equipo contrario, que eso está buenísimo.

- ¿Y respecto a los valores? ¿Sentís que cambió algo?

Los valores te los da el deporte en general. Me parece que lo más importante es el compañerismo y el respeto. Son los valores que más respeto del deporte, ser compañero incluso con tu rival, que sea todo con mucha lealtad y respeto, al compañero, el rival, el réferi, el público, todos.

 

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