Argentina
Jueves, 28 marzo 2024
NOTA DE GRAFICA
28 de noviembre de 2021

PJ: ¿Partido Nacional o del AMBA?

Después de las legislativas la Provincia quedó prácticamente pintada de amarillo, y desde el justicialismo comienzan a preguntarse por qué. Diferentes visiones y motivos.

“¿Somos un movimiento nacional o un partido del AMBA?”. Esta fue la pregunta que (se) hizo el senador Francisco “Paco” Durañona horas después de darse a conocer los resultados de las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, donde la alianza Juntos se impuso con el 39,81 por ciento de los votos.

Es que si bien el Frente de Todos consiguió acortar la brecha de las PASO y la diferencia fue de apenas 1,3 por ciento, lo cierto es que la oposición se alzó con el triunfo en 94 de los 135 distritos del mapa bonaerense.

Sin embargo, el oficialismo consiguió la victoria en los municipios más densamente poblados de la Tercera sección electoral, como Almirante Brown, Avellaneda, Berazategui, Berisso, Ensenada, Esteban Echeverría, Ezeiza, Florencio Varela, La Matanza, Lomas de Zamora, Presidente Perón y San Vicente, lo que explica los números obtenidos en el resultado provisorio.

“La problemática de la representatividad de nuestro espacio político más allá de los grandes centros urbanos no es una novedad. Tampoco es una novedad el planteo que estoy haciendo, de hecho es la explicación de que exista el Movimiento Arraigo”, señaló Durañona a La Tecla con relación al espacio que conduce y cuyo objetivo es impulsar el federalismo a partir de políticas públicas que desincentiven la migración hacia los grandes centros urbanos.

"Desde adentro del espacio político venimos planteando muy fuertemente la necesidad imperiosa de que se incorpore al interior, en todos los sentidos, electorales, metodológicos, de construcción (hacia adentro y hacia afuera), no solo en cuanto al diseño electoral y la representación de los candidatos, el armado de las listas y los gabinetes, sino principalmente en cuanto a la agenda, a la narrativa, a las propuestas y a los intereses de los territorios del interior, tanto de los municipios como de las provincias”, añadió el legislador de la Segunda sección electoral.

En efecto, el mapa de la provincia de Buenos Aires, pintado prácticamente en su totalidad de amarillo, puso en evidencia la dificultad que tiene el peronismo de penetrar en los sectores del interior; una falencia que, según propios intendentes fuera del AMBA, se viene repitiendo desde 2013, a raíz de la profundización de una fórmula de “ultraconurbanizar” la agenda del espacio político.

Ahora bien, si se toman los resultados de las últimas cuatro elecciones, la tendencia parece revertirse levemente en los comicios donde también se eligen cargos ejecutivos. No obstante, la pérdida de votos continúa en todo el territorio, aunque de manera dispar. Por ejemplo, si se toma como referencia la Tercera sección, el Frente de Todos igualó este año los resultados obtenidos en la elección de 2015, es decir, cuando perdió la Provincia y la Nación. En ambas oportunidades cosechó poco más de un millón trescientos mil votos, cuando hace apenas dos años superó los dos millones.

El mismo escenario sucedió en la Primera sección. Pero donde se observa con mayor claridad la fuga de votos es en el interior, sobre todo en la Segunda sección, donde el Frente de Todos hizo su peor elección desde 2015 a esta parte. No se quedan muy atrás la Cuarta, la Séptima y la Sexta, con niveles de votos muy bajos. Ahora, ¿el motivo es solamente una cuestión de agenda? No para todos.

Hay quienes consideran que la 125 significó un antes y un después para el electorado justicialista que, a trece años, todavía no se ha podido recuperar, por más camino rural y financiamiento que interponga. “Los límites a la exportación de la carne generaron un poco de malhumor y la medida no terminó siendo tan efectiva como debería haber sido. No terminó siendo un beneficio para quien iba a comprar al mostrador y, tampoco, para el productor.

El único que se benefició fue el frigorífico”, afirmó a este medio un intendente del interior. Es importante destacar en este sentido que la provincia de Buenos Aires ha sido gobernada en los últimos quince años por dirigentes de la Ciudad de Buenos Aires (Daniel Scioli, María Eugenia Vidal y Axel Kicillof), y cuyos vices pertenecían al Conurbano (Alberto Balestrini, Gabriel Mariotto, Daniel Salvador y Verónica Magario).

En sintonía con lo anterior, para el politólogo Julio Burdman “hay una idea bonaerense de que para conquistar el poder nacional tenemos que conquistar la provincia de Buenos Aires y la zona metropolitana. Eso deriva en que el peronismo se convierta en un partido del AMBA.

Walter Torchio: “Las elecciones legislativas no reflejan la situación general”

Para el intendente de Carlos Casares, Walter Torchio, “el peronismo sigue siendo un movimiento amplio, y si bien es cierto que en las últimas elecciones hemos ido perdiendo volúmenes de municipios en el interior, seguimos teniendo municipios que hace años, aun con Cristina, con Macri y con Alberto, seguimos siendo del peronismo.

Las elecciones de medio término a veces no reflejan lo mismo que las elecciones del Ejecutivo”. En ese contexto recordó: “Gané las elecciones en 2011, perdí las PASO en 2013 y logré recuperarme en las generales. En 2015 gané con más del 60 % de los votos y perdí las legislativas en 2017. En 2019 volví a ganar con más del 60 por ciento, y ahora, en el cuerpo de senadores tenemos una diferencia mínima.

No siempre las elecciones legislativas reflejan la situación general. Es cierto que desde la 125 a esta parte tenemos alguna situación generada con el sector rural. Tenemos que entender, además, que la situación económica general todavía, más allá de los indicadores que marcan una recuperación, no está bien”.


Francisco Durañona: “Nos vamos achicando cada vez más en superficies densamente pobladas”

Para el senador Francisco Durañona, la conurbanización del peronismo no tiene que ver con nombres sino con un “tema de agenda, de diseño, de proyectos, de horizontes, de metas, de cambiar el sentido de la agenda que le hemos dado últimamente desde el Gobierno nacional y provincial.

Sí, en la cuestión electoral es imprescindible que haya presencia de representantes del interior, pero principalmente un debate que incluya intereses de la gente del interior y que se entienda la función estratégica que tienen los municipios y los gobiernos locales en la implementación de políticas en el siglo XXI”.

En tal sentido consideró que Juntos por el Cambio está haciendo el camino inverso: “Empezó siendo un partido vecinal porteño y fue incorporando la presencia en las provincias. Hay gobernadores importantes en el espacio, hay dirigentes del interior que han tenido un rol fundamental en la elección nacional, por ejemplo, Facundo Manes. Hay una agenda y narrativa que incluyen la agenda del interior a modo de entender de Juntos, pero tienen presencia muy fuerte; cuando nosotros, que venimos de un movimiento nacional, federal, con una raigambre profunda en los territorios, nos vamos achicando cada vez más en superficies muy densamente pobladas, que te pueden garantizar un buen resultado electoral en una coyuntura difícil pero no una victoria. Está agotado eso, como estrategia y para el pueblo argentino, que necesita que lo integremos en la agenda y en la representación del espacio político”.


Julio Burdman: “El sistema electoral está muy centrado en el AMBA”

En diálogo con La Tecla, el politólogo Julio Burdman analizó la “conurbanización” del peronismo a partir de que ”pareciera que no hay otra fuente de candidatos que no sea del AMBA; y eso tiene que ver con el sistema electoral, con el sistema de medios de comunicación, muy centrados en el AMBA”.

Añadió que parte de esto también “hay que atribuirlo a que las provincias no producen proyectos políticos nacionales. Todos los gobernadores están pensando en su provincia, no piensan saltar a la Presidencia, salvo cuando se acaba el ciclo provincial. Urtubey se lanza a la Presidencia cuando se le acaba la reelección. El salto cuando no te queda otra es también una movida poco comprometida”.

El consultor expresó además: “En realidad, parte del problema que propone la política argentina para las carreras nacionales es que es mucho mejor ser intendente o gobernador que ser Presidente, porque un gobernador o intendente administra lo que tiene, trata de sacar todo lo posible, y cuando no le alcanza le echa la culpa al Gobierno nacional. Muchos gobernadores tienen la vida política muy cómoda: maximizan sus ingresos y después de todo, la culpa la tiene el Presidente.

Los gobernadores siguen reeligiendo con altos niveles de aprobación y saben que ir a la Nación es para envejecer diez años el primer mes y terminar siendo odiado por tres cuartas partes del país. La Presidencia es el peor trabajo de la Argentina”.





 

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