31 de diciembre de 1969
Nota de tapa
Cuadro de situación la salud Terapia
Las quejas de los usuarios y el
creciente reclamo de los gremios vinculados a la salud encuentran sustento en la difícil situación del sistema. Deficiencias edilicias,
precarización laboral y falta de
especialistas.
No casualmente se las llama salas de espera. No fortuitamente se los llama pacientes. Las horas pesadas caen, una a una, reposadas en frágiles bancos de madera, al compás de un caótico vaivén de enfermeras y una sinfonía de toses, voces, quejas y quejidos. Turnos eternos, colas infinitas y la consabida odisea burocrática.
Polaroids de la locura ordinaria, las postales de la amarga espera se repiten sistemáticamente en los 77 hospitales públicos de la provincia de Buenos Aires, y que en un diagnóstico previo -sin necesidad de radiografía- evidencia una fisura en el sistema de salud público que cojea y necesita más que muletas transitorias; una herida abierta que no se cierra con curitas.
El sistema pierde la paciencia en la sala y espera una orden clara para iniciar una rehabilitación lenta pero necesaria. Ante cualquier duda, consulte a su médico (si es que consigue turno).
Con un presupuesto siempre acotado e insuficiente, existe una crisis crónica en el área de Salud que se evidencia en la falta de personal, en las condiciones precarias de empleo, en la escasez de insumos e instrumental y en las deficiencias edilicias de los hospitales públicos. Los problemas son de larga data, y la responsabilidad le cabe tanto a esta gestión como a varias anteriores.
Pese a ello, desde el ministerio que conduce el doctor Claudio Zin niegan rotundamente que el sistema esté colapsado, y explican cada una de las medidas adoptadas desde que asumieron, el 10 de diciembre pasado.
El viceministro del área, Alejandro Collia; el subsecretario de Planificación de la Salud, Roberto Porcel; y el director provincial de Hospitales, Sergio Alejandré, reciben a La Tecla con el fin de ana-lizar la situación actual de la sanidad provincial.
“Este ministerio tiene como eje cuidar la salud de la población, mejorar el estado sanitario y aumentar los años de expectativa de vida. En ese sentido, la atención está puesta en el primer nivel de atención de jurisdicción municipal. Ponemos el acento en la prevención y en la promoción de la salud”, comienza Collia.
“Además, hoy los hospitales cuentan con absolutamente todos los insumos. El funcionamiento de los hospitales, en lo relacionado a la limpieza, seguridad, cocido y demás, también funciona al día. Asumimos en un estado bastante complejo,y estamos mucho mejor”, prosigue, y se introduce en otro de los aspectos urticantes que rodean al tema: lo edilicio.
“Queremos recuperar un importante porcentaje de la superficie de los hospitales. Estamos llevando adelante una fuerte política en ese sentido. Hay un financiamiento directo para la recuperación de la estructura física y otro para la construcción de hospitales”, comenta.
Precarización laboral
Sin embargo, hay otros aspectos que complican y deterioran el funcionamiento hospitalario. Uno de ellos se vincula a las condiciones laborales de los trabajadores de la salud.
En la Provincia existen tres sistemas de contratación para el área: planta (ley 10.430), carrera hospitalaria (ley 10.461) y becas. Dentro de este último régimen, con salarios que no superan los $ 1.900, están conchabados desde médicos y enfermeros hasta personal de limpieza y empleados administrativos.
Los becarios no poseen estabilidad laboral y perciben remuneraciones un 40% más bajas que los profesionales de planta. Sumado a ello, tienen igual carga horaria que el resto de los trabajadores de Salud, no poseen aportes jubilatorios ni obra social y no les corre la antigüedad. Al mismo tiempo, cuentan con menos días de vacaciones y no gozan del beneficio de carpeta médica por enfermedad.
De acuerdo a los gremios, hay entre 6.500 y 8.500 trabajadores bajo esa modalidad. Sin embargo, desde la cartera sostienen que no son más de 6.000.
“Se deben erradicar las becas. Nos rasga-mos las vestiduras criticando a la década del 90 y las becas son, justamente, esas formas precarizadas de contrato”, señala el secretario adjunto del Sindicato de Salud Pública, Jorge Massucco, a La Tecla.
El subsecretario de Coordi-nación y Atención de la Salud coincide con el planteo. “El tema se viene arrastrando desde hace muchos años. No es fácil resolverlo de un día para el otro. La idea es que a mediano y largo plazo no existan más becas. Será en 2009 o 2010”, señala, quizá con demasiado optimismo.
Así, Collia explica que desde diciembre incorporaron a 1.300 nuevos becarios al sistema público de salud, y que se crearon 1.400 nuevos cargos de planta permanente.
“Los becarios están en pleno proceso de trabajo, formando parte de los planteles de los hospitales. Los planta temporaria están en proceso de ingreso. Y vamos a resolver el problema de precarización del trabajo, para darle una relación estable al recurso humano. Antes de fin de año pasaremos a 1.950 becarios a planta. Ya hay 347 casos que están siendo gestionados”, sintetiza.
Y, en relación con el paro impulsado desde la Cicop, Collia argumenta: “Esta cuestión no se gestó el 10 de diciembre. Todos los trabajadores del sistema público de salud merecen tener una relación estable, y estamos trabajando en ese sentido. Pero necesitamos tiempo”.
Faltante de profesionales
Por bajos salarios y exigencias de muchas horas de guardia, existe una emergencia generalizada de profesionales en áreas clave como pediatría. La situación es especialmente grave en neonatología, que trata a los recién nacidos, donde existen cargos sin cubrir en toda la Provincia.
Pero la pediatría no es la única especialidad de la medicina en la que faltan doctores. Existen carencias de similar envergadura en enfermería, uno de los pilares fundamentales de la salud pública. Todos los sectores consultados coinciden, además, en la necesidad de contar con más anestesiólogos, terapistas, camilleros y emergentólogos.
En ese sentido, Carlos Acosta (secretario administrativo de ATE) plantea: “Un médico que está en neonatología o pediatría becario cobra $ 1.900. Mientras que uno de planta gana $ 3.900. Por eso se van a clínicas privadas, a Capital o a la Nación”.
De acuerdo a las autoridades ministeriales, las soluciones pasan por distintos planos. “Tratamos de dar mejor remuneración en las guardias, en las plantas, y habilitar las vacantes en la formación de aquellas especialidades que consideramos más críticas”, argumenta Alejandré.
En tanto, Collia, considera: “Cuando llegamos había 60 guardias de anestesiología vacantes. Hoy hay apenas 6, lo que significa que avanzamos muchísimo”.
Luego, continúa: “Queremos incrementar la capacitación del recurso humano. Ya aumentamos el 23% de oferta en la
residencia. La idea es defender esa capacitación para que, después, los profesionales se queden en el sistema público de salud y no exista un éxodo al sistema privado”.
Ambos funcionarios consideran que el problema de falta de profesionales posee diversas raíces y proviene de la estructura de formación del recurso humano.
“Nuestro concepto de la medicina es humanístico y social. Padecemos el resultado de 30 años de formación con otra filosofía, lo que hace que algunas especialidades sean críticas. Debemos cambiar la visión de médico que queremos desde la universidad”, expresan.
Las enfermeras
“El problema de la enfermería es mundial. Ningún país tiene la cantidad que necesita. En nuestro caso el problema se agudiza por una cuestión salarial”, asume Alejandré.
Es que mientras una profesional de ese rubro que se inicia en Provincia percibe un salario de alrededor de $ 1.100, en el sector privado o en dependencias sanitarias nacionales esa remuneración llega a $ 2.500.
“Pero estamos trabajando para revertir esta situación en todo sentido. Además, no sólo mantuvimos las escuelas de enfermería, sino que abrimos nuevas. E intentamos jerarquizar la profesión facilitando la posibilidad de que dentro de su lugar y horario de trabajo puedan terminar el secundario”, dice el director de Hospitales.
Las cifras dan cuenta del aumento de la precarización de la situación laboral del sector. En la actualidad, existe un plantel de 10 mil enfermeros en la Provincia. Si bien cuatro años atrás 9.600 de esos trabajadores eran plantel de planta permanente, el número descendió a 8.300.
Paralelamente, Acosta considera que el problema también se ve atravesado por otras cuestiones: “En cinco años, el 40% de los enfermeros que quedan en planta se jubila. Por lo que habrá 3.000 enfermeros nuevos para nombrar”.
Alejandré sostiene que ya se adoptaron medidas para revertir tal situación. “Si hoy hay una baja, puede pasar un año hasta que el trámite del agente que lo reemplaza se haga efectivo y pueda cobrar su salario. Estamos articulando mecanismos para que cualquier renuncia, baja o fallecimiento sean repuestos en forma inmediata”.
La emergencia administrativa
Desde Salud insisten en que al asumir se encontraron con un importante desorden administrativo, que aún intentan solucionar (ver El dictado...).
“Cuando nos hicimos cargo de la gestión, había un retraso de pago a proveedores muy importante, lo que ocasionaba que en los hospitales las empresas cortaran los servicios de provisión. Por ejemplo, los proveedores de prótesis y ortopedias tenían un atraso de 10 meses de pago”, expone Alejadré. De este modo, sostiene que tras el dictado del decreto 305 los proveedores lograron confianza en su administración y decidieron no cortar los servicios.
“Las empresas tienen la prueba de que cobraron a los 60 días de la entrega, que es lo que marca la ley. Estamos teniendo una provisión sin ningún problema en los 77 hospitales. Hay que recalcarlo, porque es un caballito de batalla en los paros. Ningún hospital tiene problemas con los insumos. No hay desabastecimiento”, afirma.
El viceministro de Salud, Alejandro Collia, finaliza: “Estamos trabajando intensamente para solucionar todos estos problemas y brindar el servicio de salud que los bonaerenses merecen. Las soluciones están, pedimos un tiempo prudencial para llevarlas a cabo”.