El agua hace estragos en grandes porciones del territorio bonaerense y genera serias complicaciones en los productores. Las pérdidas preocupan y el rol del Estado está en la mira.
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En medio de los tironeos entre amplios sectores del campo y el Gobierno, nuevamente las inundaciones coparon la agenda entre las partes y las obligaron a comenzar a surfear la ola de conjunto. En la provincia de Buenos Aires el panorama es acuciante y pone sobre la mesa una discusión en torno a dos aspectos nodales: cómo lidiar con la naturaleza y la planificación de obras de infraestructura para contener situaciones límite.
Mientras tanto, los costos económicos son mayúsculos en el corazón productivo del país. El diagnóstico es preocupante, y así lo marcó la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) en un informe reciente. Allí dio a conocer que gran parte de la zona centro oeste bonaerense se encuentra en serios problemas por estar anegada. Los efectos del cambio climático también impactan de lleno en las previsiones y complejizan el panorama a poco más de un mes de iniciada la cosecha gruesa.
De hecho, tras la intensa ola de calor vivida a principios del año, luego se registraron lluvias por encima del promedio y en algunos sectores cayeron hasta 400 milímetros en apenas tres días. Las cifras arrojaron que más de 680.000 hectáreas en 15 distritos se encuentran afectadas (ver recuadro), y también se calcula que, indirectamente, hay una superficie de al menos 200.000 hectáreas complicadas debido a problemas en napas, falta de accesos y caminos rurales.
En tanto, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires detalló que en el noroeste quedan unas 850.000 hectáreas de soja y unas 500.000 de maíz por cosechar, pero las alarmas se encienden debido a que entre el 10% y el 15% se encuentran en la zona más afectada. Al respecto, el presidente de Carbap, Horacio Salaverri, en diálogo con La Tecla manifestó que “realmente la situación es compleja para la producción y, principalmente, para el traslado, que es uno de los elementos que hay que tener en cuenta sobre la situación que produce la inundación”.
Acerca de las pérdidas que implican explicó que es “complejo establecer ahora cuánto dinero estamos hablando”, pero ejemplificó: “Si tengo un campo de 100 hectáreas con 100 animales y está el 50 por ciento bajo agua debo mantener la producción en un espacio que es la mitad; entonces mi afectación económica es mucho más alta. Una cosa es la afectación territorial y otra la afectación económica”.
El dirigente rural añadió: “En el productor ganadero tiene una incidencia difícil de determinar, tanto por la alimentación, que disminuye la calidad del animal, como en el traslado. En el lechero la pérdida es del ciento por ciento”. También detalló que “las consecuencias financieras para el sector agrícola dependen de que cuando ingresa la siembra, muchos de los productos que se necesitan son sacados a valor cosecha, y si no se produce tiene una gravitación financiera grave o aumenta el grado de endeudamiento”.
Además remarcó que “los costos indirectos son los que implican los trabajos hidráulicos, el mantenimiento de caminos, sistema de drenajes de canales, alcantarillados y el atraso en obras de escurrimiento”. Luego, Salaverri puso el foco en la tasa vial municipal que pagan los productores en más de 100 distritos considerados rurales. “En 2022 estimamos que se abonarán alrededor de 20.000 millones”, dijo.
No obstante advirtió: “La utilización de los mismos no es la debida. El 70 por ciento debería estar destinado a la mantención de caminos rurales, pero en gran parte no sucede”. Por su parte, fuentes del Ministerio de Desarrollo Agrario bonaerense indicron que está vigente una línea propia a través del Fondo Fiduciario Agrario para pequeños y medianos productores de hasta dos millones de pesos.
También existe una línea de crédito de hasta cinco millones de pesos con una tasa fija del 37% y doce meses de gracia para el pago de intereses. A su vez recordaron que el Gobernador, Axel Kicillof, dispuso una asistencia financiera a los municipios para reparar o mejorar los caminos rurales. Sobre el Plan de Mejoras de Caminos Rurales expresaron que “a la fecha el programa lleva invertido más de 9.000 millones de pesos, que representan 267 obras en 75 distritos de la PBA”.
Con respecto al Plan Maestro Integral del río Salado confirmaron que abarca 640 kilómetros y se divide en cuatro tramos, con distintas etapas cada uno. “Las obras permitirán sanear un total de 8,5 millones de hectáreas. Más hectáreas productivas significan más trabajo en cada uno de estos distritos. La superficie total de su cuenca equivale a 170.000 kilómetros cuadrados y abarca a 59 municipios”, informaron a este medio.
Bajo estas condiciones el campo debe atravesar un momento clave para su producción. Por su parte, el Estado debe poner manos a la obra para garantizar un plan de contención ante la inundación, generar una infraestructura que permita maximizar los réditos económicos y evitar pérdidas incalculables.
Javier Rodríguez - Ministro de Desarrollo Agrario
“Se están elaborando los pasos para las declaraciones de emergencia”
En expresiones a La Tecla, el ministro de Desarrollo Agrario, Javier Rodríguez, manifestó que “desde la Provincia ya estamos brindando asistencia, y queremos que esa asistencia llegue, efectivamente, a los productores afectados, para lo cual es clave el trabajo conjunto con las entidades”.
Añadió: “Es fundamental la instancia de diálogo y estar presente en el territorio para entender de primera mano el alcance de los hechos, las necesidades, y llevar adelante las herramientas adecuadas para dar una rápida solución”. Más adelante sostuvo que “desde un primer momento, como Provincia estamos sobre el tema. Con mucha anterioridad creamos el Fondo Fiduciario Agrario, que hoy nos permite ante estos hechos brindar líneas de financiamiento específicas y con tasas subsidiadas a los afectados”.
Amplió el funcionario bonaerense: “En el mismo sentido, la articulación previa con el Banco Provincia nos está permitiendo ofrecer una línea de créditos para productores en emergencia. En paralelo se trabajó para brindar asistencia a los municipios para mejorar caminos rurales. Y, por supuesto, se están cumplimentando los pasos para las declaraciones de emergencia agropecuaria”.
Además, la cartera que conduce Rodríguez fue consultada sobre la relación con intendentes y el Gobierno nacional ante lo sucedido, por lo que dio a conocer que “nos encontramos permanentemente articulando con los municipios. La articulación con la Nación también es muy buena, y ya hemos conversado sobre la situación de emergencia”.
Las quejas de la oposición y los planteos al Gobierno bonaerense
El intendente de Lincoln, Salvador Serenal (UCR), dijo a La Tecla que “cuando suceden las inundaciones vemos que quedamos siempre en la falta de inversión en obras hídricas grandes en la Provincia”, y que “da bronca todo lo que se pierde en producción”. Luego resaltó que “las pérdidas son millonarias” y que “a diferencia de la sequía, a estas las podemos prever como Estado, y la Provincia puede hacer obras y que no hagan tanto desastre”.
Añadió que “las pérdidas terminan perjudicando al ciudadano y al Estado, porque sabemos que el motor principal es el campo”, y sostuvo que “siempre tratamos de trabajar junto a los productores y la Provincia en el tema de baja de impuestos según la afectación, ya que hoy es sencillo saber si un campo está inundado, tratar de ser más práctico”.
El diputado bonaerense Luciano Bugallo (CC-ARI) habló sobre las pérdidas de los productores y lo que debería realizar el Gobierno: “Cualquier presupuesto que digan, por más grande que sea, no es nada comparado a lo que el sector genera”. También dijo que “es la explosión de un problema que se viene tapando. A las obras hay que hacerlas cuando hay sequía. Hay que administrar el agua cuando hay mucha lluvia y retenerla cuando hay sequía”.
Por último el legislador opositor sentenció: “Desde el 2003 en adelante se aportaron 200.0000 millones de dólares solamente en retenciones de trigo, maíz y soja. Es una locura. No se bajó la pobreza, no hay mejor calidad de vida, mejores escuelas, hospitales, no hay infraestructura”.