18 de septiembre de 2022
HARD SEX
Las prácticas sexuales más riesgosas
Experimentar un sexo duro implica afrontar algunas complicaciones. La Tecla te cuenta cuáles son las posturas más arriesgadas y menos recomendadas por los profesionales.
En algunos casos la calentura obliga a sacar un lado sexual más salvaje. Por eso están los que, por puro placer, experimentan con frecuencia ciertas prácticas que se consideran riesgosas. Y, pese a que en el sexo todo es válido, hay comportamientos de alto voltaje a los que se les debe prestar especial atención si se los quiere incorporar a la cama. El abanico de posibilidades en este sentido es amplísimo. Por un lado están las personas que eligen disfrutar de una sexualidad convencional, repleta de caricias, con penetración vaginal o anal, masturbación y sexo oral; y por otra parte las que buscan arriesgarse más.
Por eso, en el último tiempo, las prácticas sexuales como el dogging, el pegging y las que provienen del BDSM (bondage, disciplina, dominación, sumisión, sadismo y masoquismo) cobraron gran popularidad en distintos países del mundo.
En este sentido se comenzó a escuchar con frecuencia la aceptación de técnicas que mplican la aparición del dolor para obtener más placer, como, por ejemplo, la “asfixia erótica”, o el reconocido “wax play”, que consiste en derramar la cera de la vela en la piel de la pareja para causar distintas sensaciones. Si bien estas alternativas suelen sonar divertidas, lo cierto es que pueden resultar muy peligrosas y traer grandes consecuencias físicas.
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