El cierre de 2023 trajo algo de alivio a las arcas municipales. El pago de las deudas por parte de la Provincia y el establecimiento de un fondo para los 135 distritos calmaron los nervios de los jefes comunales, jaqueados por la incontrolable inflación y la caída de los recursos.

Año nuevo, plata fresca: los intendentes respiran tras el “toma y daca” legislativo

El incesante peregrinar hacia la ciudad de La Plata; la sucesión interminable de charlas, videoconferencias y mensajes de texto redundaron en noticias aliviadoras para los intendentes bonaerenses en esta salida y entrada de año.

Es que la desenfrenada inflación, sumada a la caída en la coparticipación y, en algunos casos, un retaceo en el pago de las tasas de parte de una porción de la sociedad, amenazaban con poner a los jefes comunales al borde de la hecatombe.

Con el senador Agustín Máspoli y el diputado Diego Garciarena como estandartes, por parte del radicalismo (también el senador provincial Maximiliano Abad fue hombre de consulta permanente), y los legisladores Agustín Forchieri y Alejandro Rabinovich del lado de los amarillos, los jefes comunales de la oposición pudieron cerrar un acuerdo con beneficio para todas las partes, liderados por el amarillo Diego Valenzuela y el radical Maximiliano Suescun.

Angustiados desde hace meses por los desequilibrios económicos y financieros que provoca la inflación, los últimos días de 2023 respiraron algo más aliviados tras la llegada de su propio Papá Noel.

Alejandro Rabinovich y Agustín Máspoli, espadas del PRO y la UCR en el Senado.

Es que, en virtud del toma y daca que los legisladores entablaron con el Ejecutivo, deseoso de que el parlamento le apruebe -como finalmente sucedió- las leyes Impositiva, de Endeudamiento (por más de 1.800 millones de dólares) y de prórroga de las Emergencias, vieron ingresar fondos frescos a sus alicaídas tesorerías.

Por un lado, el gobierno de Axel Kicillof cumplió con el pago de las deudas que mantenía con los territorios, un requisito sin el cual no hubiese habido luz verde para la toma de deuda.
Desde la UCR y el PRO, actuando ahora sin el paraguas de Juntos por el Cambio, evaluaron que la cifra superaba los 8.000 millones de pesos para sus intendentes, aunque fue necesario pasar el tamiz para determinar la cifra consolidada.

Desde el día anterior a la votación, producida el jueves 28, los alcaldes confirmaron que el flujo de transferencias se aceleraba, completándose el mismísimo día de la febril jornada legislativa.

Un segundo elemento que provocó alivio fue la postergación del dinero adelantado por la Provincia para el pago de la suma extra de $ 60.000 a los trabajadores municipales, dispuesta por el exministro de Economía de la gestión anterior, Sergio Massa.

A ello se suma que diputados y senadores volvieron a “patear” hacia adelante el reintegro de los créditos otorgados por el Banco Provincia para atender situaciones de emergencia en tiempos de la pandemia de Covid-19.

Fondo aliviador

Un tercer elemento para calmar las ansiedades de los jefes comunales estuvo dado por la inclusión en el texto del Fondo de Fortalecimiento Fiscal (antes Fondo de Infraestructura Municipal y el año pasado programa Municipios a la Obra), que dispone $ 116.000 millones para distribuir entre los 135 municipios.

De este total, unos $ 35.000 millones correspondería a distritos gobernados por antiguos socios de Juntos por el Cambio, mientras que el resto se asignará a comunas de Unión por la Patria.

Según el texto de la normativa, “la asignación del Fondo de Fortalecimiento Fiscal Municipal a cada municipio se realizará mediante el Coeficiente Único de Distribución (CUD) previsto en la Ley 10.559 para el ejercicio 2023”, ajustado por inflación, como la nueva Ley Impositiva indica para los impuestos patrimoniales, a partir de la segunda cuota.

De acuerdo al cálculo previo, de los $ 116.000 millones que conforman el fondo, unos 35.000 millones irían a parar a las arcas opositoras, mientras que el resto ingresará a las tesorerías de los municipios de Unión por la Patria.

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