En un año electoral, el complejo enfrenta al gobierno bonaerense y la comuna. Con una causa judicial y vencimientos en 2026, su administración genera debate.
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La disputa territorial por el complejo balneario de Punta Mogotes vuelve a estar en el centro de la escena. Con una causa judicial sobre su municipalización, un año electoral en curso y el vencimiento de las concesiones actuales de los balnearios en 2026, el tema promete ocupar un lugar clave en la campaña de los próximos meses.
Punta Mogotes, con sus 2,5 kilómetros de playas y una superficie de 930 mil metros cuadrados que incluye 24 balnearios, es el complejo costero más grande de Mar del Plata. Desde su inauguración en 1979 ha sido motivo de recurrentes disputas entre la provincia de Buenos Aires y el municipio, en torno a su administración.
Los pedidos de municipalización han sido constantes a lo largo de distintas gestiones comunales, pero bajo el gobierno de Guillermo Montenegro cobraron mayor impulso, con iniciativas presentadas tanto en el Concejo Deliberante como en la Legislatura Provincial. Sin avances concretos, Montenegro dio un golpe de efecto el 22 de agosto, durante una conferencia de prensa junto a funcionarios y legisladores. Allí expresó: “Nuestro objetivo principal es recuperar Punta Mogotes para todos los marplatenses”.
“Ya hubo varios intentos para lograr esto. Tengo miedo de confundirme, pero estoy casi seguro de que todos los políticos de nuestra ciudad, en algún momento, han intervenido en este tema a lo largo de estos años”, señaló. “Se puede rescindir el contrato cuando se pague la deuda. Hicimos los cálculos y la ciudad debe 14 millones de pesos”, agregó.
El intendente anunció entonces que intimaría al gobierno bonaerense para que aceptara el pago de la deuda. También advirtió que, de no obtener una respuesta favorable, consignaría judicialmente el monto y “denunciaría el convenio de creación de la administración”.
Días después, envió una carta documento al gobernador Axel Kicillof exigiendo que aceptara el pago de la deuda de la Administración Punta Mogotes (APM), otorgando un plazo de 15 días y advirtiendo que, en caso contrario, procedería a la consignación judicial.
La respuesta llegó desde la subsecretaría de Turismo provincial, a cargo de María Soledad Martínez, quien señaló en una carta documento: “El departamento ejecutivo del Municipio de General Pueyrredón carece de competencia administrativa para afectar recursos del erario municipal para realizar pagos y/o subrogarse en el ejercicio de las obligaciones de la Administración de Punta Mogotes”.
Montenegro, a través de la red social X, calificó de “disparate jurídico que el deudor quiera pagar y el acreedor no quiera cobrar”. Aseguró además que no le importaban las “chicanas legales” y firmó un decreto para “proceder a la modificación presupuestaria correspondiente y, de esa manera, realizar la consignación judicial”.
El decreto instruyó a la Secretaría de Legal, Técnica y Hacienda a gestionar el traspaso de la jurisdicción del área, y autorizó al titular de la cartera, Mauro Martinelli, a realizar las acciones necesarias para cancelar la deuda.
El Concejo Deliberante aprobó la adecuación presupuestaria para consignar los 14 millones de pesos, y el Juzgado Contencioso Administrativo N° 1 de Mar del Plata, a cargo del juez Simón Isacch, aceptó la demanda del municipio. El magistrado ordenó la apertura de una cuenta judicial en el Banco Provincia, donde el municipio depositó los fondos mientras se resolvía el conflicto. Además, instruyó a la Provincia a responder en un plazo de 45 días.
La Provincia intentó trasladar el caso a los Tribunales de La Plata, pero en diciembre el juez Isacch desestimó el pedido, ratificando su jurisdicción y otorgando un nuevo plazo de 30 días para que la Provincia respondiera. Con el inicio de 2025, la subsecretaría de Turismo dio otra señal en contra de la municipalización, con el anuncio, durante una visita a la ciudad, de que lanzaría una nueva licitación para extender la administración del complejo, ya que los contratos de los balnearios vencen en 2026.
El traspaso de Mogotes será un tema central en la campaña para las elecciones legislativas, junto con otros conflictos como los relacionados con La Rambla y la Avenida Jorge Newbery. La municipalización del balneario, ya sea por vía judicial, legislativa o en redes sociales, se perfila como uno de los debates más relevantes del año. Sólo el tiempo dirá si los 2,5 kilometros de playa con sus 24 balnearios vuelven a manos de los marplatenses y batanenses o seguirán siendo un enclave provincial.
La primer señal en contra
En medio de la pulseada por la transferencia del balneario a la comuna, la Provincia realizó dos nuevos llamados a licitación para la explotación publicitaria del predio por un plazo de cinco años. La Administración de Punta Mogotes (APM) convocó a licitación para la adquisición del derecho de uso y explotación de la actividad publicitaria en el sector parquizado de las lagunas del Complejo, sobre la Avenida de los Trabajadores, con un precio base de $37.500.000, actualizable de acuerdo con la inflación.
Por otro lado, la otra concesión es para la explotación de los tótems ubicados en la calle colectora Cleto Ciochini, los pasillos públicos y el área de las lagunas, con un precio base de $12.500.000. Tras la apertura de sobres realizada en noviembre, la APM firmó los contratos que adjudicaron ambas licitaciones públicas a la firma GSN. Estas tendrán una duración de cinco años y generarán un ingreso total de $90 millones para el ente.
La elevación de la línea costera, antecedente trunco
Los planes de modificar el aspecto edilicio de Mogotes no son nuevos. En 2010, el radicalismo lanzó un proyecto de Ordenanza para modificar los indicadores urbanísticos de la línea costera entre Castro Barros y Vértiz. La iniciativa establecía nuevos límites para tres tipos de edificios que permitían 6,10 y 12 pisos respectivamente. La presión de la comunidad mandó al cajón el envío, que pretendía reformular el Código de Ordenamiento Territorial de una zona preciada por la vista y cercanía al mar. El actual debate, ¿lo traerá de vuelta a la mesa?