30 de septiembre de 2010
TENSIóN CON KIRCHNER
Scioli no se bancará otro ataque
Desde el entorno del Gobernador salen a advertir que el enojo con Kirchner persiste y que, si bien continuará alineado al proyecto nacional, no tolerará otra afrenta pública. Promueven que se lo respete "como es" y que no busquen "posturas inmodificables"
“Lo que queremos es cuidado, debe haber una relación de cuidado mutuo”. Herméticos, los sciolistas sólo se permiten pequeñas señales demostrativas del enojo vigente con Néstor Kirchner. Enojo puntual con el pingüino, no necesariamente con el Gobierno nacional, donde algunas usinas también hacen esfuerzos por bajar el nivel de tensión.
Uniformes en el discurso de seguir ligados al mismo proyecto, Scioli y sus principales operadores políticos comienzan a ver cierta luz más allá del kirchnerismo. Encuestas alentadoras, clamores y evidente apoyo de los intendentes en los lugares que visita, aliento de referentes políticos de adentro y de afuera, y agotamiento de los modos, confluyen para instalar en el sciolismo la idea de “hay límites”.
Kirchner tensó demasiado la cuerda en La Boca, y no aflojó la presión en una serie de actos sucesivos en los que compartió palco con el Gobernador. Es más, en Merlo, por lo bajo, se habría dirigido a un par de dirigentes con una frase soez y reveladora. “¿Este p… busca congraciarse conmigo?”, dijo, según la versión de uno de los presentes. Scioli no lo escuchó, pero seguramente se enteró.
Desde el gobierno provincial dieron todas las muestras posibles de alineamiento sin salirse del libreto, y sin entrar en las confrontaciones en las que el santacruceño pretende embarrar al bonaerense. Kirchner no recogió el guante. La distancia jamás se achicó.
Cuidado mutuo piden desde la Provincia. Y a decir de funcionarios, cuidar a Scioli “es respetarlo como es, asumir que tiene posturas inmodificables, que las tuvo siempre y no son de ahora”. Para tomar como ejemplo, así como defiende la no intervención de Santa Cruz en línea con el Gobierno nacional, se muestra contrario al ataque de sectores K a la Corte Suprema de Justicia.
En su medición de palabras, casi extrema, el Gobernador esboza pequeños cambios sintomáticos de una realidad política distinta de la precedida por el ya famoso acto de La Boca.
“Seguimos siendo parte del proyecto nacional, y continuaremos así”, dicen en el entorno de Scioli, para desterrar versiones de ruptura definitiva. Pero esa lealtad tiene ahora un límite: el Gobernador no se bancará otro ataque.