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Argentina
24 de junio de 2011
LEGISLATURA PROVINCIAL

Bancas en constante movimiento

Los frentes electorales no siempre tuvieron eco en el Parlamento, al igual que las mutaciones que sufrieron muchos legisladores. Ganadores y perdedores en esta “batalla del movimiento”

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Los triunfos y derrotas electorales no siempre tuvieron su correlato en la Legislatura provincial.

Cuando hablamos, por ejemplo, de frentes electorales opositores, podemos arriesgar que ninguno logró reproducirse de forma exacta en el Parlamento. Aun aquellos que habían logrado vencer al oficialismo. También se puede hablar de distintos rumbos del FpV, donde algunos lograron, pese a las derrotas, capturar a prófugos e indecisos. Y otros apenas pudieron contener las furias internas.

En el caso del Senado, en diciembre de 2009, tras el recambio, el FpV pasó de 32 a 19 senadores, sobre un total de 46, lejos de los 24 que se necesitan para tener quórum propio. Hoy tiene 21, más un aliado habitual, el massista Jorge D’Onofrio, del bloque unipersonal Unidad Peronista, y computa como doble el voto del presidente en ejercicio del cuerpo, Federico Scarabino. En julio de 2010 se sumó al bloque el senador Carlos Ferreyra. Este legislador, oriundo de Pergamino, había ingresado en la Cámara en las listas del FpV como parte del llamado radicalismo K en 2007, pero, tras la derrota de 2009, se sumó a la bancada de la UCR donde dijo que nunca terminó de sentirse cómodo, y consecuentemente, gracias a las gestiones de la jefatura del bloque, retornó a su espacio originario.

Pocos meses después, en noviembre del mismo año, se oficializó el pase del senador Armando Nieto. Este legislador había ingresado en la Cámara en representación de UniónPro en las elecciones de 2007, producto del acuerdo de Francisco de Narváez con sectores del peronismo de la Tercera sección. Viviana Arcidiácono, ex macrista, ya se había sumado al FpV en agosto de 2009, a través de las gestiones de Balestrini. La legisladora había retornado al PJ desilusionada de la conducción de Jorge Macri en el PRO de la Provincia. Con este escenario, la bancada de Unión- PRO, que era de siete miembros, pasó a cinco, y con modificaciones. Ahora se llama Unión-Properonismo y no reporta exclusivamente a De Narváez.

El titular del bloque, Alfredo Meckievi, y su compañera Cristina Di Rado se alejaron del espacio tras el acuerdo sellado con Ricardo Alfonsín. Julio Salemme, Ricardo Zamperetti y Aníbal Aseff son los únicos que siguen reportando al empresario colombiano. Algo parecido sucedió con la alianza Acuerdo Cívico y Social que, con eje en la UCR, salió tercera en la elección general de 2009 pero, por el sistema de cociente vigente en los comicios de legisladores provinciales, fue el espacio político que más diputados y senadores provinciales obtuvo. En el Senado, en diciembre de 2009 eran 19 legisladores; hoy son 18, repartidos en tres bloques diferentes: 7 en el GEN, 6 en la UCR y 5 en el ARI.

En la Cámara baja la situación del oficialismo fue más peleaguda. Aunque ya en 2007 la conformación de las listas del FpV había resultado algo complicada y el ingreso en el Parlamento de distintas vertientes del oficialismo había significado reforzar la tarea de consensos, fue en 2009 cuando la situación se volvió más traumática.

Con unas elecciones que no fueron favorables al oficialismo, ya que se perdieron las secciones del interior y apenas se pudo salvar decentemente la Tercera, el malestar que incluyó el disgusto de muchos por tener que jugar las candidaturas testimoniales tuvo su rebote en el Parlamento.

El FpV perdió 10 escaños, con lo que su mayoría de 47 miembros quedó reducida a 37 (había puesto en juego 26 y sólo logró recuperar 16). A diferencia del Senado, el bloque regenteado por Raúl Pérez no logró anexar ningún voluntario de otro sector, ni conseguir la vuelta de algún ex radical K; por el contrario, se puede destacar como proeza el haber mantenido el grupo entero, ya que con el correr de los meses se comenzaron a notar fuertes internas.

La aceptación de la candidatura a Gobernador de Martín Sabbatella, en adhesión a la reelección de Cristina Fernández, fue uno de los motivos de enfrentamientos.

En ese momento se especulaba con la posibilidad de que algunos legisladores se fueran al espacio progre del diputado moronense. El acuerdo que buscaba Luis D’Elía con Sabbatella (luego desestimado) motivó la posibilidad de que la diputada Alicia Sánchez, esposa del dirigente social, armara un bloque sabbatellista. A ella se podían acoplar otros, como el legislador del movimiento Evita Fernando Navarro, quien se mostró cercano al ex intendente de Morón. Muy conocida fue la jugada en la que Navarro, desde su sector, cuestionó la política de seguridad de Scioli. Otra posibilidad de mudanza fue la de los diputados que participaban del Grupo de los Ocho (intendentes díscolos del PJ), como el caso de la diputada Adriana Toloza. Pero aunque las aguas se agitaron, no se llegó a la división.

El presidente de la Cámara, Horacio González, nexo con el mandatario provincial, fue uno de los encargados de mantener al grupo unido, pese a las evidentes diferencias. La estrategia sciolista de seducir a los jefes comunales disidentes (como Sergio Massa) y cerrar filas con los híper K se vio en el Parlamento. En el caso del Acuerdo Cívico y Social, la situación fue distinta, ya que no pudieron capitalizar lo obtenido en los comicios de 2009. Fueron a esa elección con 27 bancas, integradas por la UCR, la CC, el GEN y el cobismo. Entre los que se fueron y los que asumieron, ganaron 16 escaños. Un bloque unificado hubiera quedado en 35 integrantes, pero finalmente se subdivieron en 11 de la CC, 10 UCR, 9 GEN-PS, y 5 de la Concertación. Ni los ex radicales K, que volvieron al partido, aceptaron integrarse.

En Unión-PRO se vio una danza de traslados sin consistencia. En principio, los cuatro felipistas -Marcelo Di Pascuale, Mario Cura, Juan Carlos Piriz e Ismael Passaglia- se ubicaron solos. Y los denarvaístas se acoplaron con el PRO, quedando un grupo de 16 integrantes. Pero los vaivenes electorales impidieron que la buena performance de 2009, donde juntos sumaban 19 bancas, se palpara en un solo bloque. Los PJ Federales se unieran con el PRO ubicando un grupo de 12, y los Celeste y Blanco, en soledad, con 8 integrantes.

Nada indica que este escenario se vaya a modificar por los acuerdos cerrados para las próximas elecciones, aunque la rotación de bancas siempre está como una tentación demasiado cercana en la Legislatura provincial.

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