26 de enero de 2012
ANALISIS
La tensión en torno a Malvinas
El analista Rosendo Fraga, titular del Centro de Estudios Nueva Mayoría, da su visión con respecto a las islas. “La afirmación del primer ministro británico acusando a Argentina de colonialista parece más bien una frase dirigida hacia la opinión pública británica, y en particular hacia sus sectores más nacionalistas, antes que una afirmación con base histórica, política y jurídica”, señala
Por Rosendo Fraga(*)
La afirmación del primer ministro británico acusando a Argentina de colonialista parece más bien una frase dirigida hacia la opinión pública británica, y en particular hacia sus sectores más nacionalistas, antes que una afirmación con base histórica, política y jurídica. Las resoluciones de las Naciones Unidas, y especialmente de su Comité de Descolonización, son claras en cuanto a cuál de los dos países está asumiendo una actitud colonial en el conflicto.
En lo militar, aunque en los próximos meses el Reino Unido refuerce la guarnición de las islas, en mi opinión no hay riesgo de un nuevo conflicto bélico en torno a Malvinas. Argentina hoy no tiene ni la intención ni la capacidad de atacar las islas. Lo que puede tener lugar es algún tipo de incidente en torno a los buques que van a las islas, en el cual participen elementos militares, pero no hay posibilidad de un conflicto militar.
No puede descartarse que si el conflicto escala en los próximos meses, pueda generarse algún tipo de alteración en la relación diplomática entre los dos países. Así como pienso que está descartada la posibilidad de una guerra, no puede descartarse la posibilidad de una crisis diplomática.
La estrategia argentina es aislar a las islas impidiendo su abastecimiento y al mismo tiempo aislarlas diplomáticamente del continente para obligar a Londres a dialogar sobre la soberanía. Pero que los países del MERCOSUR no acepten recibir buques con bandera de las islas es una medida más simbólica que efectiva para impedir el abastecimiento, dado que seguirán llegando buques de bandera británica y de otras banderas, incluso los que pescan con patente otorgada por el gobierno de las islas. No es una medida suficientemente eficaz para que el Reino Unido acepte negociar la soberanía, que es el objetivo político de Argentina en este momento.
En cuanto a la Argentina, no permite el paso por su territorio marítimo de todos los buques que van hacia Malvinas, de la bandera que sean, posición distinta a la de los países del MERCOSUR que apoyan su reclamo. Por esta razón, en diciembre hubo una diferencia con Uruguay a raíz de un buque de bandera española que se dirigía a las islas desde Montevideo y entró en aguas de jurisdicción conjunta de Argentina y Uruguay. Para Argentina, la cuestión es si los buques de bandera británica se dirigen a Malvinas o no.
En lo que hace al enfoque de fondo de los dos países, los habitantes de las islas quieren sin lugar a dudas ser británicos. Por esta razón el Reino Unido quiere la autodeterminación. Pero las islas fueron ocupadas por los británicos en 1833, cuando Argentina ya era un país independiente y la población que estaba en las islas terminó siendo expulsada y sustituida por población de origen británico. Por esto la posición argentina es la del derecho territorial.
(*): Titular del Centro Estudios Nueva Mayoría