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Argentina
23 de febrero de 2012
SALUD Y POLITICA

El mal momento de Carrió

Recién llegada de sus vacaciones continúa con los estudios médicos que había empezado a realizarse antes de partir hacia la costa uruguaya. Por ahora se muestra lejos de la política

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“Si hoy pedí hablar sola es para que el resultado eventual del domingo de la fórmula recaiga sólo sobre mí”, advertía Elisa Carrió al cerrar su campaña de cara a las pasadas elecciones de octubre. Sabía lo que le esperaba unos días después. Para esto ya habían pasado las también contundentes primarias.

En su discurso, la diputada nacional admitía que “quizá sea éste mi último llamado como candidata a presidente o porque voy a ser presidente o porque no lo voy a ser jamás”. Poco tiempo después iba a quedar bien en claro que, en caso de cumplir con su palabra, Lilita nunca más irá por la presidencia de la Nación.

Desaparecida de los medios -hasta hace muy poco-, la legisladora intentó sobrellevar la escandalosa derrota rodeada por sus íntimos. Pero no le fue para nada fácil.

Apesadumbrada y buscando convencerse de que definitivamente el pueblo no la había elegido para presidir el país, cayó en una especie de estado depresivo, del que según alguien muy allegado, recién está empezando a salir.

En lo que respecta a su estado de ánimo, y no así en lo estrictamente vinculado a la salud física, de mucha ayuda fue su amigo Héctor “Toty” Flores, quien la invitó a brindar charlas de lo que su sector denomina “nuevo humanismo”, en la cooperativa que el ex diputado lleva adelante en el barrio La Juanita, de Gregorio de Laferrere.

Más allá de las ganas que le pone y de lo bien que le viene distraer su mente, la ex candidata presidencial no se muestra motivada. Muy por el contrario, le cuesta sonreír y deja ver un desgano inusual en ella. Ni siquiera las vacaciones en Punta del Este lograron llenarle el alma. Política, poco y nada; aunque a partir de marzo empezaría a recorrer el país.

¿Por qué empezaría y no empezará? Todo dependerá de los resultados que arrojen los diferentes estudios médicos que se está realizando por estos días y que había empezado a realizarse antes de irse de vacaciones. Si bien oficialmente se informó que se trata de chequeos de rutina, lo cierto es que Carrió siente que algo no anda del todo bien y los análisis son más exhaustivos de lo normal.

Lilita está preocupada por su salud y si bien eso no se nota a simple vista, los que la conocen bien se dan cuenta con tan sólo verla. “Ella conoce su cuerpo, y cada vez que surge alguna falla enseguida comienza con los análisis de orina, de sangre”, relata a La Tecla uno de los dirigentes de la Coalición Cívica, que por estos días dice estar disgustado con la chaqueña.

El eterno inconveniente del sobrepeso, que a veces lleva un poco mejor y otras veces bastante peor, sería otra vez la razón del malestar de Carrió. Sus amigos de la intimidad le recomendaron, en ciertas oportunidades con insistencia, que se someta a un tratamiento especial, se anime a dar el paso y se coloque el by pass o cinturón gástrico. Hasta el momento la respuesta siempre fue negativa y habría estado acompañada de un extendido mal humor.

Lo cierto es que Lilita ya no es la de hace un tiempo, esa rubia bronceada con el look llamativo y bastante juvenil. En sus últimas apariciones se la vio desarreglada y con algunos kilos más que antes de las elecciones. “Su salud la tira abajo, tiene que decidirse y hacer algo de una vez. Es una mujer joven, inteligente y que tiene todo para salir adelante”, cuenta un allegado.

LEA LA NOTA COMPLETA EN LA EDICION Nº455 DE LA TECLA

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