20 de marzo de 2013
A UNA SEMANA DE LA ELECCIóN
Calles y autovías con el nombre Francisco
A una semana de la elección del cardenal argentino Jorge Bergoglio como nuevo Papa, continúa siendo noticia. En este caso, quieren poner su nombre -Francisco- a calles, aeropuertos y autopistas. Destacan los cambios que traerá para nuestro país
Por un lado el diputado denarvaísta, Guillermo Britos propuso en la Legislatura Bonaerense, cambiar el nombre de la Autopista del Oeste por Jorge Bergoglio, mientras que quiere que el Aeropuerto Internacional de Ezeiza pase a llamarse Papa Francisco.
En tanto, desde la Ciudad Autónoma solicitaron que la avenida Carabobo, que atraviesa el barrio de Flores, pase a llamarse Avenida Papa Francisco. Mientras que otros dos legisladores porteños, Cristian Ritondo y Jorge Garayalde presentaron una iniciativa para denominar "Papa Francisco - Plaza Flores" a la estación a inaugurar en la línea A próxima a la Plaza Gral. Pueyrredón ubicada en Av. Rivadavia 6900.
Desde el Congreso Nacional, el diputado Alberto Aseff (Partido Nacionalista Constitucional UNIR) se refirió al Papa como una persona "inteligente y agudo como austero y frugal. Sapiente y con convicciones. La preferencia por los pobres – la opción retórica de la Iglesia que muchos como Bergoglio quieren que sea absolutamente tangible – lo llevó a las villas de emergencia, no para salir en una fotografía, sino realmente para decirles a los necesitados que la Iglesia se alinea con sus sufrimientos y se empeña en sacarlos de la marginalidad, comenzando por la moral. Porque está claro y es definitivo: la primera miseria, la que abre las compuertas a la otra, la material, es la degradación moral".
Aseff consideró que "Bergoglio fue elegido por el Colegio Cardenalicio por sus dotes de firme alineamiento con la sencillez, su agudeza para interpretar el tiempo que se vive y porque está habilitado como pocos para librar la batalla en el valle por el destino de los pueblos" y agregó que "la humildad del Papa no es sólo gestual, sino que responde a modo de ser. Es la antivanidad y es la forma de expresar la genuina opción por los pobres a partir de la verdad. Porque no se puede redimir a los necesitados desde la mentira o la hipocresía".
"La impronta de Francisco es devolver frescura a la Iglesia, ‘caminar con el pueblo’, rechazar el pecado de la vanidad del poder, resolver las formidables cuestiones sociales que nos embargan, limpiar la curia. Es una faena fenomenal", sostuvo el legislador al tiempo que agregó que "de las calumnias que intentan macular a Francisco sólo hago mías las palabras, de estos días, del teólogo de la Liberación – que Bergoglio combatió abiertamente, a mi parecer acertadamente, porque una cosa es reformar y otra revolucionar, cuestión sobre la que deberíamos discernir en otra ocasión– Francisco Jalics: -“Celebramos juntos una misa y nos volvimos a abrazar (con Bergoglio) solemnemente. Auguro al Papa Francisco la bendición de Dios para su oficio”.