9 de febrero de 2015
RENOVADOR
"Los narcos le dicen a la Argentina: la fría"
Expresa el diputado provincial Ramiro Gutiérrez, quien desarrolla las propuestas que tiene el Frente Renovador en materia de seguridad. La narcocriminalidad, la corrupción y las cárceles, en la mira
Plantea un “criterio de seguridad humana” y explica que “hay que ordenar las columnas institucionales y normativas que sostienen al país”. En diálogo con La Tecla, el legislador bonaerense Ramiro Gutiérrez despliega los fundamentos de las propuestas del Frente Renovador en materia de seguridad.
-¿Qué piensa del Código Procesal Penal que se aprobó el año pasado?
-Es un código acomodado a las necesidades del Gobierno. En primer lugar, lo que hay que aclarar es que no es un código; ahora están sufriendo graves problemas porque es la carrocería del auto, pero le faltan las gomas, el asiento, el volante. Toda la organización del poder judicial federal no está definida. Esto depende de una segunda ley, que todavía no está creada. Es simplemente una ley para suplantar jueces por
fiscales, que era la necesidad del Gobierno.
-¿Qué proponen desde el FR?
-Yo creo que en este momento hay mucha gente que está hablando temas sueltos. (Sergio) Massa es la persona que propuso una idea sistémica en materia de seguridad. Uno puede tocar pequeñas variables, puede corregir el Código de Procedimiento Penal, pero no está instrumentando una que perdure en el tiempo respecto del sistema de seguridad. Nosotros en Argentina tenemos dos grandes sistemas: el de defensa y el de seguridad. Los dos están regulados por ley. Esas dos grandes leyes son arcaicas, han quedado desfasadas en la realidad de los tiempos; tu-vieron otro origen, otras necesidades. A partir de esas dos leyes madre se constituye to-do el sistema de seguridad; cómo se entrelaza con las provincias, cómo el sistema provincial y federal interactúan, cómo se utilizan las nuevas tecnologías. Massa está transitando ese sendero, ha presentado por lo menos diez reformas legales trascendentales del sistema de seguridad interior. Estamos hablando de una concepción diferente, una idea sistémica. Massa intenta ordenar las columnas institucionales y normativas que sostienen este país.
-¿Cuáles serían esas diez reformas?
-Primero, una reforma integral a todo lo que se llama el delito contra la administración pública, que sigue la lógica del siglo XIX, fue hecho para favorecer al poder. El 90% de los delitos que comete un funcionario público hoy es excarcelable, sus penas son irrisorias, sus multas no son reparativas. Lo primero que estableció el líder del FR es traer a la concepción del derecho ar-gentino la figura de la corrupción. El delito de corrupción no existe en la Argentina, no está tipificado. Esto es un paquete de leyes que presentó Massa como legislador nacional. La reforma del Código Penal Argentino creando el capítulo de los delitos de corrupción, ya sea sistémica o simulada (cuando es una persona que no es funcionario público, pero toda su apariencia pareciese ser; ejemplo: el caso Schoklender). Toda esta le-gislación moderna que tiene que ver con compromisos internacionales que Argen-tina firmó, con tratados que regulan la corrupción y que no se cumplen. Massa fue el primer legislador que se animó a llevar transparencia y el delito de corrupción tipificado en el Código Penal.
-¿En qué estado se encuentran estos proyectos?
-Están durmiendo porque no hay voluntad, porque ataca la otra cara de la inseguridad, que es la impunidad. Otro paquete que es una ley que ha sido observada y está siendo seguida a nivel internacional es la ley de Extinción de Dominio. Massa fue el primero en seguir la tesis de que a la droga o a la narcocriminalidad hay que perseguir-la a través de sus activos, a través de su di-nero; es la única forma. Hay que quitarle la rentabilidad. Los narcotraficantes le dicen a la Argentina “la fría”, no les gusta para vivir pero les gusta para hacer negocios. Nosotros estamos teniendo una penetración que ya dejó de ser territorial, es cultural. Cuando esos fenómenos empiezan a trascender dentro del seno social es muy difícil sacarlos. Los narcotraficantes están trabajando en la Argentina lo que se llama áreas de confort; ya no están en la venta solamente de estupefacientes, sino que avanzan hacia otros negocios: la rentabilidad edilicia, los medios; avanzan y trabajan en los vacíos de Estado, donde no hay regulación o el Estado es complaciente o socio. Ahí se enquista y se produce una asimilación del narco al Estado de derecho, en lu-gar de la confrontación. Cuando el Estado de derecho es fuerte, confronta al Estado criminal. Son estados porque tienen presupuesto, están organizados y tienen un despliegue territorial muy fuerte. Sin embargo, nos quedamos en el Estado inmobiliario; hay una casita rosa, con una banderita argentina y ahí hay funcionarios. Pero el verdadero Estado es otro. En este proyecto de ley, en menos de 50 días se les extraen los bienes producto de la narcocriminalidad, del tráfico de personas, del tránsito de órganos, de la venta de armas, de los bienes destinados al financiamiento del terrorismo. Esta legislación, que tiene más de cien artículos, es un código directo al corazón de la narcocriminalidad. Embajadas de otros países han pedido esta ley, y esto nos cambia la imagen internacional como país. Cuando nosotros necesitamos trabajar la seguridad, la economía y la reconstitución de nuestra identidad nacional, lo tenemos que hacer a través de regiones. Nada podemos hacer en un país aislado, las soluciones son multilaterales.
Seguramente Massa va a desenchufar nuestro país de Venezuela y lo va a integrar al mundo. Va a cumplir con todos los acuerdos internacionales que nos otorgarán mayor seguridad jurídica interior, desarrollo tecnológico para nuestro país.