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Argentina
30 de abril de 2015
ALIANZAS

El capítulo que quisiera y no puede borrar

"Quiero y puedo", se denomina la biografía del gobernador cordobés, que tiene varias páginas dedicadas a su flamante aliado. Dice que "usa frases vacías", cuenta una insólita anécdota y habla de "estar bien con Dios y con el Diablo".

El capítulo que quisiera y no puede borrar
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Hace algunos días, orgulloso, el gobernador cordobés presentó su biografía política. "Con Dios y con el Diablo" se titula el capítulo 24, segmento que hoy, seguramente, debe querer borrar de la publicación. En él, apunta que el precandidato presidencial de Tigre apela a "lugares comunes" en su campaña. Dice que sus opiniones son "mensajes para la tribuna sin la más mínima profundidad" y que no expone "ni una idea" de cómo solucionar temas como la inseguridad y los problemas económicos.

Ayer formalizaron un frente electoral y ahora son aliados. En su libro, "Quiero y Puedo" De la Sota revela un insólita anécdota que tuvo lugar en Tigre.

Eran tiempos en los que Massa dudaba si dar el salto político que al final dio en 2013. Cuando todavía no era un hecho que dejaba las filas del kirchnerismo, el diputado invitó al gobernador a comer: "Si era verdad que ya había abandonado las filas kirchneristas eso nos pondría, al menos, en una sintonía similar".

El escenario del encuentro fue una casona antigua que quedaba frente a uno de los canales del Delta, pero De la Sota la pasó mal: "Él no paraba de hablar por celular. Tampoco dejaba de chequear WhatsApp y su cuenta de Twitter. Y yo, que había apagado el mío, me sentí incómodo. Soy de los que piensa que el que tenga uno en frente merece atención, a menos que quieras, justamente, hacerlo sentir extraño".

El cordobés recuerda que en ese cara a cara Massa casi no lo miraba a los ojos, pero que pudo detectar, con apenas algunos cruces de miradas, que su divorcio con los K no era real, algo que, escribe, confirmó a la hora del postre.

¿Qué pasó? De repente, fogonazos de un flashes los iluminaron. "Parecía que apuntaban a nuestra mesa", detalla De la Sota y cuenta cómo reaccionó Massa: "Sergio, como movido por un resorte, se levantó para atender una llamada telefónica que solamente él escuchó y, al mismo tiempo, se puso de espaldas como para evitar la foto".

En realidad, los flashes no eran para ellos, sino que había un casamiento en el restaurante y los fotógrafos estaban retratando a los flamantes marido y mujer.

"Massa no estaba tan seguro de querer sacar los pies del plato. De pasarse al post kirchnerismo, como solía explicar a quienes le preguntaba si iba a ser anti kirchnerista", sentencia De la Sota, tras desmenuzar la insólita anécdota.

"Puro cálculo", se queja el gobernador. "Pura jugada a dos bandas", agrega. "Puro arte de estar con Dios y con el Diablo", repite sobre Massa, con el que, hace pocas horas, se lanzó a competir por la Presidencia.

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