3 de noviembre de 2015
EN LESVOS
El argentino que salva vidas
Nicolás Migueiz Montán dejó las playas de Cataluña para socorrer refugiados en Grecia
La imagen recorrió el país y también el mundo: Nicolás Migueiz Montán, un guardavidas argentino radicado en Barcelona, con un chico en brazos y en las frías aguas frente a la isla de Lesbos.
"Lo que se está viviendo acá es desesperante, cómo cruza esta gente, lo que se arriesga. Todos los días llegan cadáveres y se está normalizando una situación que es tremenda", dijo Migueiz Montán ayer en una entrevista con radio Vorterix.
Nacido en Zelaya, en el partido de Pilar, Migueiz Montán es uno de los muchos voluntarios que viajaron a diferentes puntos del Mediterráneo para asistir en el salvataje de los refugiados en el mar, que arriesgan todo para escapar de sus países, afectados por la guerra civil, el extremismo y la pobreza.
"Al principio era muy gratificante, porque entrábamos al agua y hacíamos lo que nos gusta, pero ahora se está complicando cada vez más y se hace cada vez más difícil. Las condiciones se complican. Está haciendo mucho frío y se viven situaciones muy dramáticas", contó durante la entrevista radial. "Hace tres días se desplomó el fondo de un bote y teníamos 50 personas agarradas de los flotadores, y no teníamos manera de sacarlas".
Junto con un amigo uruguayo y la también argentina Fiorella Crotti, dejó este año las playas de Cataluña para ayudar en el Egeo. Su conocimiento del mar y sus habilidades para nadar son un valor agregado, ya que pocos de los voluntarios están capacitados para entrar al agua.
"Por las fotos de nenes ahogados, como profesional de esto no podés hacer la vista al costado, y dijimos: «Bueno, a ver si podemos colaborar», y nos encontramos aquí, donde realmente nos recibieron y nos sentimos muy cómodos. Nos están apoyando mucho porque dentro del agua no había nadie que actuase", relató ayer al canal CN23.
Migueiz Montán y sus compañeros son parte de Proactiva Open Arms, una ONG española dedicada a salvar vidas en el mar. "A partir de estas situaciones y del boom mediático está entrando mucha ayuda", explicó, en referencia a las donaciones.
La historia de este profesor de educación física de 34 años se expandió rápidamente en los medios y las redes sociales, pero resonó sobre todo en Zelaya. "Él siempre fue un tipo comprometido con la realidad social, en este caso eligió ir porque es su profesión. Junto con sus compañeros son prácticamente los únicos que están haciendo esto en Lesbos", contó la madre del guardavidas, Lidia Montán, a El Diario de Pilar. "Lo seguimos con orgullo y con angustia", confesó, aunque también explicó que no cree que su hijo corra grandes peligros, pues es un profesional.
También su hermana, Luciana Migueiz, habló con el mismo medio y dio una idea del impacto del drama de los refugiados en su hermano: "Cuando lo vi en una foto sacando a un joven que no sobrevivió, noté su cara desencajada y sentí la impotencia que habrá sentido él".
Casi en sintonía, Migueiz Montán concluyó ayer en Vorterix: "Yo sé que pasan un montón de cosas en el mundo, y uno intenta estar donde puede".
Fuente: LaNación