El intendente de General Pueyrredón, le pasó factura a su antecesr, Gustavo Pulti, tras ser increpado por cooperativistas que reclamaban pagos atrasados.
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"Este hijo de puta me dejó nada, una deuda de 760 millones de mangos", afirmó el intendente de General Pueyrredón, Carlos Arroyo, en referencia a su antecesor al dar explicaciones a un grupo de cooperativistas que protestaban frente al palacio comunal en reclamo de pagos atrasados.
Si bien Arroyo, evitó dar nombres propios ante los manifestantes, la acusación coincide con el déficit heredado de la gestión de su antecesor, Gustavo Pulti. Según la auditoría que realizó durante los últimos días y hoy hizo público el actual secretario de Hacienda, José Cano, las cuentas municipales tienen un rojo de 743.494.531 pesos.
Arroyo, que desde la fuerza Cambiemos ganó las últimas elecciones, asegura que recibió un municipio con una pesada deuda. "A mí me da vergüenza ajena", dijo. Pero intentó transmitir tranquilidad y vocación de respuesta a partir de ayuda financiera solicitada a niveles superiores del Estado, tanto provincia como Nación. "Si los tipos me cumplen, va a entrar [dinero] y lo obligo al secretario a pagar".
También dejó un margen a la resignación: "Si no, que Dios nos ayude a todos".
Arroyo pidió disculpas a quienes llevaban adelante el reclamo y los alentó a tener esperanzas, en particular una vez que se supere la coyuntura de fin de año. "A partir de enero se viene la gran revolución, vamos a dar vuelta todas las cosas", auguró el intendente.