De acuerdo al estudio realizado por la consultora de Bacman, a febrero de este año, los oficialistas, es decir los adherentes al gobierno de Cambiemos, superaban a los opositores, 41 a 37 por ciento.

En marzo, los opositores comenzaron a ser más que los oficialistas, lo que llegó a un tope en mayo, cuando se anunciaron los abultados incrementos en las tarifas. Según los últimos datos, los opositores suman el 47 por ciento y los oficialistas el 33.

En esta línea, en seis meses, se incrementó la diferencia entre oficialistas y opositores, siendo que estos últimos registraron un incremento del 10 por ciento, que se significa en un achicamiento de la famosa “grieta”. Ahora, hay más detractores.

No obstante, la imagen del presidente Macri se mantiene en 46 por ciento, gracias a los fuertes adherentes al macrismo y una porción de los independientes. De acuerdo al estudio de Bacman, la administración del Presidente “se basa en el discurso de la pesada herencia y las denuncias de corrupción. Pero para que la crisis económica no derive en una crisis política necesita –paradójicamente– que sea la economía la que retome el camino del crecimiento”.

“El desafío que este gobierno debe asumir en tal contexto es importante: los tiempos se acortan, el segundo semestre no será lo que prometieron y solo falta un año para las elecciones legislativas de medio término, cuyos resultados posicionan al oficialismo frente a un nuevo reto”.