La Tecla
Todos los derechos reservados
Por Hernán Sánchez
El mito (historia imaginaria que altera las verdaderas cualidades de una persona) construyó en derredor de Mauricio Macri la falsa visión de que el Presidente es un apolítico alejado de las maneras tradicionales de conducción. Macri podrá prescindir de las costumbres conocidas, pero es un animal político, y de los más peligrosos: ambicioso, voraz y taimado.
Quienes ningunean sus cualidades en ese sentido remiten a las acciones de Jaime Durán Barba. “Estos no hacen política, pagan por política”, reflexionaba un amigo peronista en una rueda de café, ensalzando las cualidades del gurú ecuatoriano, quien cobra sus buenos honorarios para asesorar al primer mandatario y cranear sigilosas operaciones, que muchos le atribuyen y ninguno le comprueba.
Durán Barba es una pieza clave del PRO, pero no es el único ladino de ese tridente compuesto, además, por el propio Macri y el jefe de Gabinete, Marcos Peña. La astucia y disimulo con que actúa el Gobierno para conseguir sus propósitos tiene muchos disfraces, y la permanente negación de que la mano oficial se esconde detrás de maniobras insólitas y, sin embargo, efectivas.
Sólo como ejemplo: el papelito de Luis Caputo enviado a la diputada K Gabriela Cerruti mientras era interpelado en el Congreso, lejos estuvo de ser una chiquilinada. Cayó el kirchnerismo -una vez más- en la trampa, y arrastró a toda la oposición a desviar la atención de lo concreto; se levantó la sesión y el ministro de Finanzas zafó de quedar atrapado en sus propias respuestas sobre el crecimiento de la deuda pública y su participación en empresas offshore.
Mientras el Gobierno dice emprender una lucha contra la corporación judicial, es
Los dirigentes del oficialismo se es-fuerzan en desmentir cualquier vinculación con la intervención al Partido Justicialista Nacional ordenada por la jueza María Romilda Servini de Cubría. Y mientras todo el arco peronista acusa, sin pruebas, que hay una mano negra de
Elegir a Luis Barrionuevo como interventor se asemeja a un guión de Wes Craven, que sumerge al justicialismo en una nueva pesadilla, como si le faltaran aditamentos de terror a un partido que desde hace varios años conoce más de escisiones y rupturas que de acuerdos y abrazos.
“Al Gobierno le sirve, pero tampoco pueden quedar pegados con una porquería así”, decía a un cronista de
Desde el PJ advierten que, más allá de cómo termine la película tras la actuación de
Quizá no sea con los métodos más conocidos, pero el alumno que se hace el distraído aplica fórmulas diferentes para llegar a los resultados buscados. Podrá no ser aplicado, pero, hasta acá y en la materia estrictamente política, Macri sacó 10.