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Argentina
13 de mayo de 2018
ENTREVISTA

Por más apoyo y más alegría: "Las fiestas tienen que ser acompañadas"

El senador bonaerense, Juan Manuel Pignocco, presentó un proyecto de ley para dotar de un marco legal a las festividades que se realizan en el territorio provincial. “Puede ser una política de estado para el turismo”, remarca

Por más apoyo y más alegría:
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Desde el Senado de la provincia de Buenos Aires buscan dotar de un marco normativo a las fiestas que se desarrollan a lo largo y ancho del territorio. El proyecto lleva la firma de Juan Manuel Pignocco (Unidad Ciudadana - FPV) y da cuenta de más de 500 celebraciones que carecen de reglamentación alguna que establezca pautas a seguir por las comisiones. En el medio, la posibilidad de fomentar el turismo con participación estatal en los 135 distritos.

-¿Cuál es la importancia de darles un marco legal a las fiestas?
-Es importante, primero, porque las fiestas tienen una relación idiosincrática muy grande con los pobladores, con la ciudadanía en general, pero también con las anteriores generaciones de las ciudades. Y muchas de esas generaciones fueron formando fiestas populares, provinciales y hasta nacionales.

-¿Qué aporta este marco?
-Si nosotros le damos un marco normativo, donde se destaca qué se celebra, llamamos a las partes que actúan y convocamos a la ciudadanía, nos damos un ejercicio de revalorización cultural de las fiestas. Es importante e interesante no sólo con el fin de reivindicar las raíces culturales, sino también por los fines turísticos, esa gran industria sin chimenea. Como todo marco normativo, establece la situación a la cual uno se tiene que atener para poder contar con ese nombramiento.

-¿El marco es el primer paso?
-Sí. El segundo paso es generar realmente un programa de reivindicación y revalorización de fiestas provinciales. Cada una de las fiestas tiene que ser acompañada por la Provincia; es una cosa que bien hace Capital Federal. Hay una reivindicación y una promoción permanente del estado de la Ciudad para con las fiestas y algunos eventos. Hay una laguna que hay que cubrir y hay que ayudar desde el Estado provincial, que esto genere un ida y vuelta para todos. La Provincia tiene un potencial enorme, no sólo en fiestas populares, provinciales o nacionales, también internacionales, para mostrarle al mundo nuestras raíces.

-Es revalorizar la cultura
-Exacto. Por ejemplo: la Fiesta de la flor, en Escobar, tiene una historia muy rica, es de la 
colectividad japonesa, y eso se sigue reivindicando. Porque si no se hace una fiesta nacional porque va un artista o un grupo conocido, y termina siendo más un evento de rock, folclore o cumbia que la reivindicación de ese hecho cultural.

-¿Hay una industria importante detrás de las festividades?
-En el mundo también se da una búsqueda de las particularidades culturales, de monumentos históricos, fiestas tradicionales; y hay una búsqueda de ese turismo perceptivo particular de ver la idiosincracia y el porqué de algunas fiestas. En eso tenemos que dar un pasito adelante; si no, organizamos un baile y vamos todos.

-¿Algunas fiestas son sólo por una cuestión marketinera?
-Hay muchísimas. Hoy, en la Provincia hay más de 500 fiestas. Muchas tienen una  periodicidad anual; otras, no; y otras, lamentablemente, se fueron perdiendo. Es una  enormidad de fiestas y creemos que puede faltar coordinación con la Subsecretaría de 
Turismo. Entonces se van dando algunas iniciativas que son parte del intento de atraer 
turismo, y por una cuestión económica, que no está mal; pero darle a eso el carácter de fiesta provincial, en algunas circunstancias es complicado. Es un beneficio para todos porque le da otra dimensión. 


La letra del proyecto de ley

En sí, el proyecto se denomina “ley de régimen de fiestas provinciales” y, entre sus artículos, apunta a que desde la sanción de la misma solamente se llamen “fiestas provinciales a aquellas fiestas que cuenten con al menos cinco años de antigüedad y que por su jerarquía, permanencia y repercusión dentro del ámbito provincial o regional, sumado a su futura proyección nacional, justifiquen tal denominación oficial”. Además sostiene que “las fiestas provinciales deberán promover actividades turísticas, culturales, sociales, deportivas, productivas y afines que tengan relación con la actividad que se desarrolla en la zona y podrán organizar espectáculos, conferencias o seminarios de capacitación”.
En el articulado, la normativa prevé pautas para que sean cumplidas por los organizadores a fin de no perder el rótulo de Fiesta Provincial. “Será indispensable para obtener y permanecer” con dicho carácter “integrar la programación de la misma con un porcentaje, como mínimo, del 60 por ciento de artistas y creadores de la provincia de Buenos Aires”.
A su vez. “será desestimado el reconocimiento oficial cuando la fiesta provincial cuyo reconocimiento se solicita no cumpla con los requisitos establecidos en la norma y/o cuando se comprobare que la misma desvirtúa los fines para los cuales fue organizada y/o a toda aquella que tenga igual o similar denominación que otra ya existente y reconocida”.
Por último, el proyecto apuesta a crear un Registro Unico de Fiestas Provinciales, que nuclee a todas y cada una de las celebraciones bonaerenses.


Los nombramientos de algunas fiestas y el lobby turístico

Brindar un marco legal a las festividades en el territorio bonaerense no es el único objetivo 
del proyecto del senador Juan Manuel Pignocco. Sino que, conforme a lo explicado a La Tecla por el mentor de la normativa, se apuesta a acabar con los negociados de los lobbistas y la política en materia de nombramientos y designaciones de fiestas populares. 
Parece mentira, pero es algo que ocurre, y las relaciones intrapersonales entre dirigentes y 
figuras detrás de las celebraciones son claves para definir algunos nombramientos. 
Un claro ejemplo de esto es Cruz del Eje, en Córdoba, ciudad dueña de la Fiesta nacional del olivo, cuando la mayor producción de olivas -y casi la de todo el país- se encuentra en La Rioja. Sin embargo, para las fiestas, la cuna está en el territorio cordobés. 
En ese sentido, Pignocco remarca que “es muy importante darle un marco normativo para 
evitar el lobby”. De esa manera, explica que con la legislación bonaerense se apuesta a “que no sea la relación con algún diputado, senador o algún funcionario de peso lo que defina la posibilidad para que una fiesta pueda por sí misma adquirir un carácter de fiesta provincial o nacional cuando quizás no lo amerita, o sí”. Por eso, uno de los deseos del senador es que la medida sea tomada a nivel nacional.

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