La Tecla
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El intendente de Luján, Oscar Luciani, fracasó en un nuevo intento por habilitar definitivamente a la central termoeléctrica Araucaria Energy en el distrito en medio de una sesión escandalosa en la que la oposición no pudo retirarse durante varias horas.
Iniciada a las 17:30, el clima se enrareció en el momento en el que se aproximaba el tratamiento del proyecto del intendente: exceptuar a la planta de la prohibición de radicarse en el distrito y rezonificar el predio para la habilitación final.
La planta está ubicada en la intersección de las rutas 6 y 34, cerca de una planta cervecera y lindera a la subestación de Transba (Transporte de Energía de
La sesión se desarrolló en un clima de tensión. Varias personas identificadas con la postura de la empresa se aglutinaron tanto en el recinto como afuera, donde formaron un cordón. Hicieron sentir su presión al punto que pidieron que se tratara la rezonificación en primer lugar, una petición que fue denegada.
Entre cánticos, la sesión se volvió un descontrol. La oposición apuntó a Cambiemos por el grupo de personas que se movilizó a favor de la firma y que sería ajeno al distrito. Llegaron en dos camiones. Señalaron que la persona que los conducía tenía contacto con dirigentes del oficialismo a la vista de todos.
“De acá no se va nadie si no se vota”, se escuchó desde afuera del recinto en otros de los pasajes de la sesión.
A través de intervenciones, la oposición buscó demorar el tratamiento. Las personas que se habían aglutinado comenzaron a fastidiarse. En medio de gritos, el presidente del Concejo Deliberante, Fernando Casset, llamó a un cuarto intermedio a las 21:30 para intentar remontar la situación. No se pudo. Luego de una espera incómoda, levantó la sesión antes alrededor de las 00:30.
En un Concejo de 20 bancas, donde el oficialismo tiene 10, la única herramienta de la oposición para bloquear la iniciativa es no dar quórum.
"Con la complicidad del presidente del cuerpo, se permitió que nos sometan a una presión al punto que cuando nos levantamos de las bancas porque no quisimos tratar la termoeléctrica bloquearon la entrada y nos tuvimos que esconder en un bloque porque el clima estaba muy pesado", dijo a La Tecla.info el concejal Carlos Jurina del Frente Renovador.
La planta, pese a las restricciones existentes, tiene su obra avanzada, aunque necesita del aval definitivo del Municipio para tramitar la habilitación de
Representantes de la empresa como Geraldina Stornini, apoderada de la empresa; y Álvaro Estivariz, responsable legal, estuvieron en el recinto viendo cómo se desarrollaban los hechos.
Consultados por los medios presentes, los representantes de la firma se desentendieron de los hechos. “Hemos venido a dar explicaciones técnicas y legales”, dijo Álvaro Estibariz, abogado de Araucaria Energy, mientras la sesión se encontraba en cuarto intermedio. “Estamos dispuestos a demoler la planta si no cumple con todos los requisitos que la legislación ambiental decide”, enfatizó.
La declaración, sin embargo, no apaciguó los reclamos de los vecinos en contra de la planta, que se mostraron indignados por el desembarco, en virtud de la legislación vigente. Afuera, todavía permanecían quienes buscaban que se votara la rezonificación si o sí.
“Por horas estuvimos de rehenes. Aunque no pasó ayer, nunca pasó esto” en el distrito, señaló una fuente de Unidad Ciudadana a este medio. Incluso, en un momento personal policial se ofreció a escoltar a los ediles que buscaban retirarse. No lo aceptaron, de todas maneras. Se retiraron pasada la medianoche.
La instalación de la planta termoeléctrica se convirtió en un fuerte dolor de cabeza para el jefe comunal. Luciani fue denunciado por concejales de la oposición por los delitos de abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público, ante el Juzgado de Garantías Nº 2 de Mercedes, a cargo de Facundo Oliva. La fiscalía ya avanzó con medidas de prueba.
El Concejo Deliberante sancionó, en 2013, la ordenanza 6.224, que prohíbe la instalación de industrias denominadas de tercera categoría en todo el partido. Ese es el principal argumento que la oposición y los vecinos ponen sobre la mesa.