26 de septiembre de 2018
EL TRASPASO DEL PUERTO
La pelea política por el millonario negocio
[Revista Qué] El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, busca quedarse con el control del Puerto de Buenos Aires, pero en esa empresa se cruzó con el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, que no quiere dejar de tener esa enorme caja en su esquema.
Fue una de las apuestas de gestión de las cuales más hablaban los diferentes funcionarios del PRO durante la campaña presidencial del 2015, junto con el traspaso de la Policía Federal y el de la Justicia. La administración sobre el Puerto iba a ser uno de los tres ejes para darle mayor autonomía a la Ciudad.
Pero lo que se dijo, y que hasta se anunció con bombos y platillos, lejos se encuentra de concretarse, por un tema netamente de caja. Paralelamente, la novela suma un condimento especial, ya que el principal opositor a dicha transferencia es una de las personas más cercanas y fieles al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, desde la creación de Compromiso para el Cambio, en 2003.
Se trata del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, con quien el alcalde suele correr de forma asidua por los parques de Recoleta. Pero su relación cercana no hace que cada uno proteja al máximo su posición. El funcionario nacional no quiere dejar de tener los fondos de los amarres de todos los barcos, y Rodríguez Larreta pretende sumar la caja y el control sobre el tránsito que hay en la zona.
Incluso hay una paradoja. Tal y como sucede con la Justicia de primera instancia nacional, que es la única de sus características en todo el país, ya que se trata de un Poder Judicial que depende de la Corte Suprema pero que tiene atribuciones provinciales, el Puerto de Buenos Aires es el único de todos los que hay en Argentina que se mantiene bajo tutela de la Casa Rosada. Incluso fue el único que Nación no incluyó en la ley de Puertos de 1992, con la cual les pasó el manejo de los mismos a las respectivas provincias.
Es más: la Ciudad, a fines de 2016, buscó iniciar el pedido formal del traspaso mediante una carta enviada al subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Jorge Metz, titulada: “Requiere transferencia puerto de Buenos Aires”. Ese era el primer paso para que se la deje de excluir de la mencionada ley. No obstante ello, aun cuando las autoridades tienen un plan de ruta trazado, no se avanzó en los papeles.
“Hay cero, pero cero chances de que se avance con el traspaso. Dietrich lo tiene más que claro a eso, y es el mensaje que baja. Más aún en tiempos de crisis, ajustes y un posible boom de exportaciones como se espera el año que viene”, graficó una importante fuente de la administración portuaria.
En 2017, la Administración General de Puertos (AGP), cuyo interventor es Gonzalo Mórtola, tuvo un superávit de $680 millones. El año pasado fueron $500 millones. Las formas de recaudación que tiene son tres. La primera es lo que les cobra a los barcos por amarrar en él; los de más largo porte (como los cruceros) llegan a pagar UD$ 500.000. La segunda son las multas que se cobran por los contenedo-res no retirados, que también se abonan en dólares. Y la tercera son los ingresos por la concesión de algunas de las terminales, entre ellas la de cruceros.
Para el año que viene, además, se tiene pensado darle curso a una nueva licitación para cinco terminales que, según Mórtola, traerán una inversión de UD$ 1.800 millones. De allí la intención del jefe de Gobierno de poner sus manos en dicha administración.
Dietrich maneja ahí una carta que por ley lo hace aún más tentador de retener. Si bien esa plata puede ser reinvertida en obras ligadas al Puerto, está prohibida su transferencia al Tesoro Nacional. Quien maneje las decisiones del Puerto dispondrá del dinero para ubicarlo donde crea conveniente.
La Ciudad, para presionar incluso un poco más, puso en funcionamiento una oficina que depende del Ministerio de Gobierno, a cargo de Bruno Screnci Silva. Se trata de la Unidad de Proyectos Especiales (UPE) Puerto de Buenos Aires. “Bajo la metodología de un proceso abierto y participativo convocamos a dialogar para conocer las opiniones y necesidades del sector. Obtener la mayor cantidad de enfoques de forma plural y participativa nos permite manifestar los puntos de conflicto, encauzarlos y generar alternativas para construir el proyecto de ley de Puertos mediante una co-creación colectiva”, contaron desde dicha cartera para explicar lo que fue el proyecto el año pasado.
La iniciativa porteña -que contó con el apoyo de la Subsecretaría de Reforma Política y Asuntos Legislativos- tuvo cuatro “mesas de diálogo”: lanzamiento de la ley de puertos, geografía y situación de la CABA respecto de la explotación de puertos, autorizaciones y sanciones, y autoridad portuaria. De allí salió un documento que también fue referido a Rodríguez Larreta y al ministro Dietrich.
Este último, según recuerdan, tuvo una forma particular de responder a esa convocatoria. No sólo no envió a ningún funcionario de la administración, sino que, además, en la misma fecha de lanzamiento contrató a la española Indra para que elaborara cuanto antes el contrato de las mencionadas licitaciones.
Para concretar el traspaso, también se deberán aplicar otras medidas: la Ciudad de Buenos Aires tiene que sancionar una ley de Puertos, y definir sus límites sobre el río, entre las más importantes.
“Que la Ciudad tome el mando del Puerto es algo que puede pasar, pero antes debería tratarse como ley en el Congreso nacional y en la Legislatura porteña. Los puertos más importantes del mundo funcionan como un ente tripartito. Incluso puertos vecinos, como los de Chile, Uruguay y Brasil”, explicaron desde el Ministerio de Transporte.
“En una coordinación ideal, el gobierno local podría encargarse de vincular el Puerto con la Ciudad, hacerlo amigable con el entorno y en relación a los vecinos; una pata internacional privada podría operarlo; y el Gobierno nacional hacerse cargo de la operatoria portuaria, coordinar y auditar toda la administración”, agregaron en la cartera conducida por Dietrich.
Para intentar “endulzar” al ministro y no forzar las cosas, Horacio Rodríguez Larreta no se opondrá a la licitación, pero pedirá que la Ciudad sea incluida en ella.
La disputa entre amigos ya está por llegar al final del primer round; habrá que ver quién tiene más músculo para tirar de la soga.
La estrategia de Dietrich
Desde hace tiempo es un rumor que nadie se anima a confirmar, pero el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, tendría pensado hacer el traspaso del Puerto de Buenos Aires a la órbita de la Ciudad una vez cerrada la licitación que se realizará el año que viene.
Los motivos, dicen, son varios. Entre ellos, la intención de no desfinanciar al Estado nacional, ya que los ingresos por el costo de las amarras es algo de lo que no se puede dar el lujo de prescindir en un momento de ajuste. Otros dicen que quiere tener injerencia directa en el que será el único oferente que se quedará por tres décadas con el proyecto. El año que viene se verán las cartas.
Un organismo que siempre gana
En épocas de mucha competitividad, como también de apertura de importaciones, el Puerto de Buenos Aires aumenta siempre sus ingresos de forma constante. Es que la única forma de que merme el dinero que cobra por amarrar buques es que no haya movimiento alguno. En el último tiempo, como consecuencia de la caída de las exportaciones por la sequía, el grosor de las remesas entraron por los permisos de buques que traían bienes importados. Con el nuevo escenario, en 2019 esperan que las exportaciones sean el motor central.
Los otros traspasos en danza
La Justicia Nacional Ordinaria, las empresas de distribución eléctricas y de agua son los otros traspasos que el gobierno porteño tiene en su horizonte. El primero de los mencionados es el de más difícil resolución, debido a la resistencia que ejercen algunos jueces en el Congreso.
El segundo dependerá de cómo se instrumente en la votación del Presupuesto, aunque varios aseguran que ya es un hecho.
Concesiones: Una millonaria licitación
Para principios del año entrante, en la Administración General de Puertos (AGP) esperan que se logre cerrar la licitación para cinco terminales del Puerto que quedarán en manos de un solo oferente, según consignó el titular del organismo, Gonzalo Mórtola.
“Estamos hablando de inversiones por entre 1.200 y 1.400 millones de dólares, donde el Estado pone la plata por 15 años y el privado pone plata durante 15 años. Pero lo que desembolsa en un principio el adjudicatario son 80 millones de dólares“, afirmó.
La licitación será por tres décadas, y para hacerla se decidió que las que están en funcionamiento caduquen en 2020.
Cesiones: los pocos terrenos del traspaso
La Ciudad recibió de Administración General de Puertos (AGP) sólo el 32% de los terrenos que posee la terminal portuaria. La cesión fue para la construcción de la obra del Paseo del Bajo. Sin embargo, esos terrenos ni siquiera eran utilizados por la AGP. “Ni les costó darnos los terrenos”, remarcan en Uspallata. Lo que sí está en la mente del jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, son algunas de las terminales abandonadas y en donde por ahora no hay edificaciones. Esos terrenos tienen un valor comercial de, al menos, 200 millones de dólares, por su ubicación privilegiada en Puerto Madero.
Fuente: Revista Qué.