La Tecla
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En Lincoln, el jefe comunal Salvador Serenal no atraviesa sus mejores días en la gestión y tendrá una despedida del año más complicada de lo esperado. Es que, la semana trajo varias turbulencias para el distrito de
En definitiva, el Concejo Deliberante de Lincoln no pudo sesionar para aprobar las ordenanzas impositiva y fiscal. Dicho punto, era un objetivo que se había fijado el intendente Salvador Serenal, quien había acelerado los tiempos para lograrlo.
Sin embargo, la sesión se cayó por el faltazo de los cinco concejales de Unidad Ciudadana, pero también hubo fuego amigo. Es que, la falta de quórum se concretó con las ediles María Inés Smith, Eugenia Bozzone y Mercedes Parma, pertenecientes a la bancada PRO-Cambiemos también se ausentaron.
Así, las diferencias internas en el oficialismo quedaron expuestas en un momento clave para Serenal al intentar debatir el Presupuesto y las modificaciones a los esquemas impositivas del año entrante.
A su vez, en la previa a la sesión, el jefe comunal boina blanca debió aceptar la renuncia del secretario de Salud, Gustavo Brusca, después de intentar frenar los ánimos de dirimir. Inclusive, fue la tercera vez que el ahora ex funcionario linqueño intentó dejar su cargo y en está oportunidad no fue contenido por el alcalde.
“Me dijo que me iba a acompañar durante un año de gestión para encaminar las cosas y que, más tarde, daría un paso al costado. Al final se quedó tres años”, comentó Serenal. Al tiempo que cerró: "Entiendo la decisión, porque hay cuestiones que son personales y, en estos lugares, muchas veces, lo laboral te excede y las personas lo terminan sufriendo”.