29 de enero de 2019
ARMADO OPOSITOR
Hipocresía y egoísmo en el mundo del PJ
Sobran candidatos y faltan gestos que permitan acercarse a la aclamada unidad. Las divisiones y peleas a nivel nacional, provincial y en los grandes distritos bonaerenses que quieren recuperar
“Nadie incluye a todos, pero ninguno está dispuesto a ceder nada”. Así sintetiza ante La Tecla un exdiputado provincial la realidad del peronismo, incluso de la oposición toda. Y agrega: “Ni desde un consejero escolar hasta los candidatos a Presidente quieren ceder su lugar, todos se preocupan por lo propio y nadie por el colectivo. Está bien que sea una característica habitual del peronismo, pero las razones objetivas de la próxima elección no son parecidas a cualquiera”.
En rigor, todos sacan la misma cuenta: como mínimo, el 55 por ciento del electorado está distanciado, enojado o desilusionado con el Gobierno. Así y todo, Mauricio Macri podría ser reelegido, debido a la atomización de la oposición y porque su principal rival es la expresidenta Cristina Fernández, quien también cosecha más en el campo de la imagen negativa que en el de la positiva.
“Hoy podemos tener el 55 por ciento, pero si tiramos 30 para un lado y 25 para otro, no tenemos nada”, fue la reflexión de un bonaerense que trabaja en el Peronismo Federal. Sin embargo, la exactitud matemática choca con la filosofía política y los egos.
Hay una decena de posibles postulantes a la Presidencia con pedigrí peronista, y todos hablan de aunar fuerzas para derrotar al Gobierno; a la vez que cada uno atiende su juego y programa de manera individual sus actividades. Hay reuniones bilaterales entre diferentes sectores, pero hasta ahora no se ha producido -y parece muy lejana aún- una cumbre entre las principales cabezas para darle forma definitivamente a la tan aclamada unidad.
Claro que dentro del PJ están también aquellos que ven las cosas totalmente rotas con el kirchnerismo, y trabajan por una tercera posición, que los K tildan de “funcional al Gobierno”. Por ejemplo: bastó que el diputado nacional Diego Bossio dijera que Sergio Massa le podría ganar a Macri sin Cristina Kirchner para que, vía Twitter, Aníbal Fernández le contestara “qué nabo, Dios”. Las chicanas y los pases de factura les ganan por goleada a las propuestas de política de estado para convencer a un electorado cada vez más escéptico.
En la Provincia, una media docena de dirigentes peronistas quieren quedarse con la banda de María Eugenia Vidal. Presos de las indefiniciones en la macro- estructura, tampoco pueden avanzar en la formación de un frente común.
El Peronismo Federal, que tiene en Sergio Massa al principal referente bonaerense, quiere esquivar el diálogo con el kirchnerismo, pero las encuestas siguen sin darle buenas señales. A la vez, los intendentes justicialistas de la Provincia se dividen en grupos, de acuerdo a sus propios intereses personales. Mientras la mayoría del interior reconoce que la figura excluyente es Cristina pero que a ellos, en el distrito su candidatura les es contraproducente, en el Conurbano conviven los ultra-K, los que se acercaron nuevamente a la expresidenta y los que hablan de ella por conveniencia.
Los sondeos en el Gran Buenos Aires marcan el pulso de la ilusión kirchnerista. Por eso, los alcaldes “dialoguistas” con el Gobierno de Cambiemos no tienen más remedio que subirse a la ola, aunque íntimamente pugnen por otro escenario. En esa circunstancia se enmarca el grupo que tiene como cabeza principal a Martín Insaurralde, y del que el resto desconfía.
Aunque públicamente se muestre contrario al desdoblamiento de las elecciones (distinto del massismo, que apoya abiertamente), este sector no vería para nada mal que los comicios provinciales fueran escindidos de los nacionales y con boleta única. Lo primero para separarse de Cristina aun diciendo que se está con ella. Y el cambio del sistema de votación les permitiría evitar la lista sábana, y para el elector sería más fácil, por ejemplo, tildar el casillero de María Eugenia Vidal junto con el del intendente del PJ.
La hipocresía y el egoísmo conviven peligrosamente en este momento del PJ. ¿Habrá una etapa superadora para dejar eso atrás? Los últimos días de este verano tendrán la respuesta.
Roberto Bacman: “El peronismo no supo ser oposición”
-En estos tres años de gobierno de Cambiemos, ¿el peronismo supo ser oposición?
-No, al peronismo le cuesta ser oposición. No supo serlo. Ser oposición es establecer un proyecto alternativo y plantearlo permanentemente y votar en función a la conciencia y al modelo que tenés. Ser oposición es oponerse a las tarifas y pedir un congelamiento que lo obligue Gobierno a vetarlo. Eso es parte de ser oposición. Esto se confunde con la trampa de Cambiemos de dar gobernabilidad. Dar gobernabilidad es sentarse en el recinto y discutir, sabiendo que después lo van a vetar, pero no darle leyes. La gobernabilidad es una cuestión institucional, respetar el mandato, la república; no es especular con no ir al recinto. Eso lo hacen todos, y está mal. Al recinto hay que ir a discutir.
-¿Se va a poder dar la unidad del peronismo como oposición en las urnas?
-Es la pregunta del millón. Lo veo más cercano que hace un año. Cuando el peronismo pierde las elecciones, por lo general, sufre bastante; y tuvo dos derrotas electorales: en 2015 y en 2017. Hoy empezó a moverse un poco más y ha terminado en dos grandes grupos. La unidad del peronismo, sí puede existir. Parece que sin Cristina es imposible, y con Cristina habrá que ver cómo, porque su rol juega con doble interpretación. Pasa entonces por el massismo la posibilidad de unidad. Quizás se necesitarían dos grandes renunciamientos: el de Cristina y el de Massa.
Qué esconde la jugada de Insaurralde
El grupo de intendentes denominado “dialoguista” empuja la candidatura a Gobernador de Martín Insaurralde. Lo hacen con la intención de empoderar al grupo de cara a las negociaciones por las listas, además de “primerear a los de La Matanza”. Pero detrás de la jugada se escondería otra maniobra, sobre todo cuando se reconoce que, a la larga, Insaurralde se va a bajar de esa candidatura. Por eso, en el PJ bonaerense sospechan que la buena sintonía entre el jefe comunal de Lomas de Zamora y el gobierno de Vidal pueda tener otro capítulo en esta estrategia.
“Proponen a Insaurralde para mantener la división del PJ y, así, ayudar al gobierno con el que les ha ido muy bien”, acusó un allegado a otro candidato. En el interior del peronismo no cae nada bien la tendencia del intendente a impulsar operaciones de prensa contra sus eventuales rivales. Por caso, una de esta semana contra Axel Kicillof en diarios nacionales y provinciales.