12 de diciembre de 2024
COMPLICADO
La jueza Arroyo Salgado pidió el desafuero y la detención de Edgardo Kueider
En el marco de la causa por enriquecimiento ilícito que tramita la Justicia Federal, la jueza le envió un oficio esta mañana a Victoria Villarruel para que el cuerpo trate el pedido. Además, la magistrada pidió también la detención de la secretaria, Iara Guinsel Costa.
La jueza federal Sandra Arroyo Salgado pidió esta mañana el desafuero del senador Edgardo Kueider en un oficio enviado a la presidenta de la Cámara alta, Victoria Villarruel, con el objeto de “proceder a su detención por los canales diplomáticos correspondientes”. Lo hizo en el marco en el marco de la causa contra el legislador por enriquecimiento ilícito que tramita en la Justicia Federal de San Isidro.
La magistrada no puede pedir su extradición directamente porque Kueider tiene fueros como senador nacional, por lo que la solicitud deberá ser tratada por el pleno del cuerpo y requiere los dos tercios de los votos. El Senado tendrá hoy una sesión especial en la que la Cámara alta tiene que resolver si lo expulsa, como reclama el kirchnerismo, o si lo suspende en sus funciones como promueve el ofiailismo y aliados. Cabe recordar que Kueider fue detenido en Paraguay por tratar de ingresar con USD 211.000 y $600.000 en efectivo sin declarar desde Brasil en un camioneta la madrugada del 4 de diciembre.
En el marco de la causa, Arroyo Salgado pidió, además, la detención de Iara Guinsel Costa, la secretaria que lo acompañaba cuando fue detenido en Paraguay, para lo que pedirá su extradición por la vías diplomáticas correspondientes.
Ambos están con prisión domiciliaria detenidos en un departamento de lujo en Asunción, Paraguay, mientras la Justicia de ese país avanza en la investigación en la que están imputados por presunto contrabando, por el intento de ingresar una cantidad de divisas muy por encima de lo permitido por la ley sin declarar, monto fijado USD 10.000.
La ley de fueros le impide a la Justicia detener a los legisladores nacionales, allanar sus domicilios o lugares de trabajo, o interceptar sus comunicaciones.