27 de septiembre de 2024
LA ACTUALIDAD DE LA UCR
Radicalismo: el rezo laico, Gualeguaychú, los transfuguistas y un rumbo incierto
La Unión Cívica Radical es otro de los partidos que atraviesa una crisis de liderazgo en función de la fragmentación que posee. Las discusiones internas que se arrastran hace años.
“Después de Gualeguaychú, el partido se fue a la mierda”, se quejaba amargamente un viejo militante boina blanca, de aquellos que recitaban el preámbulo de la Constitución en tiempos en que Raúl Alfonsín repetía como un mantra ese “rezo laico”. Es que la decisión de unir fuerzas con el PRO, la Coalición Cívica y otros espacios en 2015, bajo el sello de Cambiemos, atravesó la vida interna de la UCR, abriendo una brecha entre alfonsinistas (todos dicen serlo) y una versión menos ideológica y más aggiornada, con dosis de antiperonismo.
Las pujas por conducir al partido tuvieron un muestrario de caudillos, con más o menos seguidores, hasta que el cachetazo recibido por Juntos por el Cambio en 2023 hizo estallar esa bomba latiente que era el radicalismo. Llegaron los reproches y acusaciones hacia presuntos mariscales de la derrota, la autocrítica por haber sido “furgón de cola del PRO” y la fractura.
En el Congreso mantenían una forzada unidad las tribus que responden a Manes, Lousteau, De Loredo, Cornejo y otros. Hasta que, días atrás, cinco diputados se hicieron la foto con Milei y levantaron la mano junto a libertarios y amarillos para que el Presidente logre vetar un mísero incremento de las jubilaciones. Sólo uno de los “radicales con peluca” asistió al asado con el que se festejó el triunfo de la motosierra y el déficit cero, el tucumano Mariano Campero, dejando a la bancada que preside De Loredo al borde del colapso.
En la Provincia, los radicales hicieron honor al lema “que se rompa y no se doble”, luego de que la tropa de Manes partiera la bancada en la Cámara baja y se conformasen dos bloques rojos y blancos. La frutilla del postre fue la falta de acuerdo entre abadistas y opositores para hacer una lista de unidad que evite elecciones internas; así medirán fuerzas el 6 de octubre, con Miguel Fernández y Pablo Domenichini, respectivamente, como candidatos a suceder a Abad al frente del Comité Provincia. El no acuerdo y el cierre de listas dejó heridas en las dos facciones. Enojados que se fueron de grupos de whatsapp, alcaldes que jugarían a media máquina para no romper la paz en sus distritos y la incertidumbre sobre algunos dirigentes que podrían dar un salto. Además, sector de Lousteau quiere sumar al santafesino Pullaro a la campaña.
Amén de los consabidos enfrentamientos personales, la UCR busca definir el rumbo. A pesar de que todos aseguran querer un radicalismo protagonista y con candidatos propios en 2025 y dos años después, no faltan quienes ven una disputa entre continuar caminando junto a viejos socios o ir hacia un nuevo esquema socialdemócrata, construyendo una avenida del medio con socialistas, progresistas y peronistas no K. Así, cobran sentido las fotos de Manes Juan Schiaretti y la prédica por sumar actores a una alternativa alejada de kirchneristas y libertarios.