“La lógica del sometido o traidor es una lógica que entró en crisis y que viene causando malos resultados”, aseguró Axel Kicillof en la carta en la que no hizo lo exigido por La Cámpora y profundizó la guerra en el peronismo. El reencuentro con Cristina Fernández en La Plata dejó en claro que la relación entre ambos está en su peor momento. La reacción posterior del Gobernador, la postura del camporismo y el desafío de sostener la gestión bonaerense.
El intento de Estela de Carlotto por recomponer el vínculo entre Cristina y Kicillof no hizo más que exponer las miserias que provocan las riñas internas en la política. Ni el aniversario 47 de las Abuelas de Plaza de Mayo fue motivo para dejar de lado las broncas y poner el foco en la lucha incansable por los 30 mil detenidos desaparecidos por la última dictadura cívico militar, sobre todo en un contexto en el que el Gobierno nacional reivindica a los genocidas. Que el eje de los derechos humanos no haya sido el ordenador para el kirchnerismo es todo un síntoma de la realidad que atraviesa.
La tensión que se vivió en el Teatro Argentino el miércoles todavía es motivo de análisis en los dos sectores implicados. Tanto desde el kicillofismo como desde el camporismo se culpan unos a otros por lo acontecido. Desde el cristinismo hablan de operaciones de prensa para defenderse de las acusaciones en referencia a la batalla de cánticos que se dio durante esa jornada.
“Milei desfinanció el programa para recuperar a los nietos apropiados y Axel en la Provincia puso todo para que vuelva a funcionar y Cristina tampoco hizo una sola mención sobre eso. Siempre hablando de ella”, se quejó una voz que acompaña al Gobernador. “Axel no le puede mentir a Estela y fue. Se expuso a una mamarrachada, muchos pensábamos que iba a ser así, y gracias que no fue peor”, afirmó
Quienes frecuentan a Kicillof contaron a La Tecla que el mandatario todavía asimila lo acontecido con la expresidenta y que la situación lo dejó afectado desde el punto de vista del vínculo personal entre ambos. Según cuentan, uno de los momentos que mayor desazón le generó fue cuando tomó la palabra al final del acto y Cristina comenzó a saludar a los presentes sin reparar en que él se dirigía hacia los presentes.
“Está todo roto”, es una de las expresiones que más se repiten en quienes ven a CFK como la única conductora. En esa línea, consideran que “hace más de un mes que Axel hace todo mal y decidió cortarse”. Todavía le pasan factura por las varias oportunidades que tuvo para pronunciarse en favor de la presidencia de Cristina al PJ nacional y no lo hizo.
En la misma línea fue Máximo Kirchner este viernes en una entrevista a Radio 10 cuando fue consultado sobre la proyección presidencial de Kicillof y si lo militaría. La respuesta confirmó que no bajan los ánimos: "Hasta el 17 de octubre en mi cabeza funcionaba de una manera, hoy habrá que debatir y discutir dentro de la fuerza".
Seguidamente, el presidente del PJ bonaerense -ante los reclamos del Gobernador en el que aseguró recibir “ataques públicos”- disparó: "Nadie los trata mal, inventan malos tratos. Entonces habrá que ver si tienen la capacidad y la consistencia espiritual". Luego, para completar, lanzó: “Alguien que no puede decidir entre Quintela y Cristina me obliga a reevaluar las cosas”.
Hasta ahora La Cámpora sostenía que el Gobernador es el principal candidato presidenciable en 2027 que tiene, pero el escenario cambio y la preocupación por un volantazo de Cristina existe en las filas del mandatario provincial. No sería la primera vez que la expresidenta cambie de opinión sobre una decisión tomada y enfile hacia otra dirección. Tres años faltan para tal decisión, pero el 2025 será clave y varios kicillofistas no ven con malos ojos armar su propia lista el año próximo.
Mientras tanto, sostener la gestión provincial en medio de las peleas internas es el mayor desafío en estos tiempos. No habrá salidas ni renuncias de ministros camporistas, manifestaron desde las dos facciones. En tanto, el Gobernador ya compartió actos este jueves y viernes con Florencia Saintout (Instituto Cultural) y Juan Martín Mena (Justicia y Derechos Humanos) como señal de continuidad.
Sin embargo, comienzan a emerger pedidos de distintos dirigentes kicillofistas hacia Calle 6 para ordenar y encuadrar por medio de la billetera a los dirigentes díscolos. La demanda comenzó a surgir luego del plenario realizado en Mar Chiquita y después del acto camporista en La Plata. El tiempo dirá cómo se llevará a cabo la relación con los distintos municipios y si tal acción también será trasladada con mayor mano dura a las carteras provinciales no alineadas. La inquietud existe en edificios provinciales de la capital bonaerense que ya se preparan -por las dudas- para gestionar con menos recursos.
En las altas esferas de La Libertad Avanza se frotan las manos por la carnicería en el peronismo y argumentan que les ayuda a tapar los errores del gobierno de Milei. Ya eligieron a su figura en la interna y es Cristina. Evalúan que si CFK continúa en la conducción a ellos le resuelve gran parte de la discusión y así evitan tener que lidiar con una figura nueva. No obstante, creen que difícilmente el kirchnerismo pueda prescindir de Kicillof, a quien ven como el dirigente adversario con mayores posibilidades en el 2027 y se sorprenden por el fuego amigo que recibe. "No pueden liquidarlo en el 2024, no tiene mucha lógica", consideraron.
Por lo pronto, Kicillof se encuentra a mitad de camino en su trayecto emancipatorio y el punto de retorno bajo el ala de Cristina está cada vez más lejos. El camino emprendido es en medio de un río correntoso con una fuerte tormenta en la que suma adeptos, pero también consolida detractores con el fantasma de Alberto Fernández que ronda en el ambiente.