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Lunes, 25 noviembre 2024
Argentina
4 de septiembre de 2019
INFORME

Perdidos: la improvisación del Gobierno

Las consecuencias de haber decidido primero reperfilar los vencimientos de deuda para terminar, igual, en el cepo. Los efectos de las medidas. El temor a tener que adelantar las elecciones. Los paliativos que utilizan los intendentes.

Perdidos: la improvisación del GobiernoPerdidos: la improvisación del Gobierno
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Agosto, el mes más catastrófico para Mauricio Macri desde que es Presidente, terminó con una decisión que va en contra de la visión económica del propio jefe de Estado: el control de cambio. Después de probar con el anuncio de “reperfilamiento” de la deuda, a lo que el mercado respondió negativamente, al Gobierno no le quedó otra salida que recurrir a una receta por la que había criticado con dureza al kirchnerismo, y cayó en el cepo.
 
La sangría en las reservas del Banco Central no les dejaron alternativa al presidente de la entidad, Guido Sandleris, y al ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, de aplicar la restricción cambiaria. Lacunza quiso imponerla desde el primer día, pero el Presidente se negó, hasta que la realidad volvió a darle otra bofetada. 

El caos reinante en el Gobierno, agravado tras la derrota en las PASO, se traduce en espasmódicos programas económicos que buscan paliar una tormenta cuya intensidad aumenta desde las elecciones del 11 de agosto.

Sostener a Macri en el poder al menos hasta el vencimiento legal de su mandato pasó a ser el objetivo principal de una fuerza política que hasta hace apenas un mes soñaba con quedarse al mando del país, por lo menos, cuatro años más. Ahora: ¿Qué consecuencias políticas y económicas tienen las medidas en el corto y largo plazo?, ¿De qué manera afectan o repercuten en los sectores económicos del país en general y de la provincia de Buenos Aires en particular?

“La única persona que creía que la Argentina no tenía que tener ningún tipo de control de cambio era Macri. Chile tiene control de cambio, Brasil tiene control de cambio, Colombia tiene control de cambio. Finalmente llegó el pragmatismo al Gobierno”, ironizó en entrevistas radiales Emmanuel Alvarez Agis.

El viceministro de Economía de Axel Kicillof y uno de los asesores económicos de Alberto Fernández agregó: “Veníamos enfrentando una corrida cambiaria tras las PASO, y la demora del Gobierno en to-mar decisiones la transformaron en cambiaria y bancaria. Ahora tenés las dos co-sas: gente sacando depósitos y queriendo comprar dólares”. 

“No hay un argentino que no tenga claro hoy en día que el responsable es Macri. La herencia que va a recibir Alberto Fernández empeoró sustantivamente”, alertó Alvarez Agis, además de pronosticar que “esto va a tardar años en solucionarse”, porque “las medidas que se tomaron pueden llevar a un dólar paralelo muy grande”.

El control de cambio vino para quedarse. Sea quien sea el próximo Presidente, al menos en los primeros tramos de su gestión, difícilmente pueda volver al libre mercado cambiario. Las en-flaquecidas reservas del Banco Central, los vencimientos de deuda (más allá de cómo se renegocien, si es que finalmente se “reperfilan”) y las dificultades que tendrá la Argentina para conseguir financiamiento externo a partir de esta crisis, presagian un escenario complejo para los próximos años.

En el entorno de Alberto Fernández advierten que es imposible manejar la economía bimonetaria de la Argentina sin una regulación del Estado. Podrá ser más laxo, como prometen algunos, pero la compra de moneda extranjera ya no quedará liberada a los humores de un mercado esquizofrénico y alterable ante cualquier movimiento, por mínimo que sea.

La intervención del Banco Central para contener, sin éxito, la suba del dólar provocó que en agosto se evaporaran unos 12.711 millones de dólares de reservas desde las elecciones primarias. Solamente el último día hábil del mes le costó al Central 387 millones de dólares sin poder retraer la divisa a menos de 61 pesos. Al final del mes, las reservas quedaron en 54.098 millones de dólares.

El maremágnum de medidas lanzadas por el Gobierno luego de haber perdido las PASO, en muchos casos aparece como acto reflejo sin un análisis frío de las consecuencias. Por caso, la suspensión del IVA a algunos alimentos (una de las últimas resoluciones de la gestión Dujovne), prácticamente no tuvo impacto en los supermercados, por lo que tampoco se tradujo en un beneficio para los consumidores. Sí, en cambio, tiene consecuencias para las arcas provinciales y municipales, por lo que pierden en concepto de coparticipación.

La Provincia perderá unos 6.000 millones de pesos hasta fin de año, y eso conlleva 
a que María Eugenia Vidal se vea condicionada para avanzar en medidas económicas favorables para los bonaerenses. Algunos paliativos para las Pymes, insuficientes, no alcanzan para revertir el mal humor con el gobierno bonaerense ante la falta de un anuncio que compense a los empleados públicos, mejore la asistencia social y les dé a las pequeñas y medianas empresas más aire para seguir operando pese a la retracción del consumo. Sí hubo en la Provincia un aumento de la jubilación mínima del IPS.

En tanto, los municipios, pese a que muchos atraviesan dificultades financieras, apelaron a distintas medidas para tratar de mejorar la situación local. En rigor, en la mayoría de los casos se trata también de una salida electoralista en la búsqueda de los intendentes de mejorar en octubre su performance en las urnas respecto de las PASO.

La imposición del control de cambio establecido por Lacunza desde el primer día de este mes aparece como el último y desesperado intento por contener el alza del dólar y detener una devaluación cuya consecuencia directa es una disparada inflacionaria con más pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores. De todos modos agudiza la desconfianza de los ahorristas, que hicieron largas colas para retirar sus dólares de las cuentas bancarias. 

Pese a que el ministro descartó un corralito como el de 2001, es evidente que los ciudadanos son escépticos de las promesas del Gobierno. Por otra parte, la prohibición sin autorización de la salida de divisas (largamente reclamada por la oposición) y el pedido de liquidación a los exportadores generan incertidumbre en los sectores concentrados. 

El combo es demasiado grande e inflamable, y volverá a estallar con la menor chispa. Parece ser esta la última chance para aquietar la tormenta y poder llegar a las elecciones generales y al cambio de mando sin alteraciones políticas. De lo contrario se intensificarán algunos focos ígneos que podrían adelantar los acontecimientos (ver página 18). Hay intendentes del Conurbano que afirman que se contuvieron desde los propios municipios algunos intentos de saqueos a supermercados. A estas horas, a nadie le convendría una crisis política mayor, porque quien herede el poder recibiría peores acreencias. 

Lo concreto es que desde hace un largo tiempo, el Gobierno perdió la brújula del rumbo económico. Ahora convocó a un nuevo timonel, que trazó una ruta sobre la cual el propio capitán nunca quiso transitar. El objetivo de Lacunza es “estacionar el barco en el muelle”, y que Macri llegue a destino. El buque está demasiado dañado, difícilmente resista otra tempestad, y es casi una utopía que los pasajeros lo dejen retomar otra travesía con el mismo jefe. 

Perdidos: la improvisación del Gobierno

“Son las medidas que debió tomar un gobierno débil para poder mantenerse”

El economista Orlando Ferreres apuntó que “es difícil saber si el FMI le soltó la mano a Macri, son muchos directores de allá y de acá. Pero creo que desde el punto de vista técnico, las metas están cumplidas. 

El Gobierno se maneja de una manera efectiva dentro del poco poder político que dispone. No tenían mucha opción y decidieron reprogramar. No podían cumplir con los compromisos que se habían asumido”.

Respecto de las últimas medidas del Gobierno, subrayó: “Acá, todos los días tenemos un cambio nuevo. Además, la reestructuración de la deuda la va a tener que pagar el próximo Gobierno, que probablemente va a ser otro”. Ferreres agregó: “Creo que se estabilizó el tipo de cambio a partir del lunes, y se va a mantener unos días en estos niveles. Está alrededor de 60 pesos y el tipo de cambio negro está a 64 o 65 pesos; así que tenemos este mercado dividido y el control de los vencimientos de corto plazo. Son las medidas que tuvo que tomar un gobierno que estaba débil para poder mantenerse”.

Asimismo remarcó: “Nosotros pensamos que iba a haber tres escenarios para la parte económica y política. Desde el punto de vista político, uno en el que Macri quería gobernar todo; otro en el que, queriendo gobernar todo, no podía controlar la situación y se le 
desbarrancaba; y el último, que se pusieran de acuerdo el Gobierno y el Frente de Todos”.

Por último, el especialista aseveró que “hay que ir a un acuerdo por escrito, bien hecho, entre Macri y Alberto, para que no haya tanto vaivén y oscilaciones. Porque estas variables complican también al Gobierno que viene, porque las oscilaciones son por lo que haría el que gane; entonces, tampoco es bueno que se encuentre con una situación muy difícil. Porque para un gobierno que quiere poner plata en los bolsillos, es importante tener la plata”.


Moreira: “Estamos viendo cómo vamos a hacer para subsistir”

El presidente de la Asociación Pyme, Daniel Moreira, dialogó con La Tecla sobre los alcances de las últimas medidas económicas en el sector de las pequeñas y medianas empresas. 

“La verdad que las Pymes están absolutamente destruidas, y si algún golpecito de gracia faltaba, era esto (el cepo). Al parate que venimos teniendo desde hace 21 días estamos sumándole este desastre”.

Moreira, quien además es miembro del Frente Productivo Nacional, denunció que “hoy no tenemos números para la materia prima ni números para la venta, y, por otro lado, no tenemos mercado. El mercado está absolutamente parado porque nadie vende ni compra nada. 

El único movimiento que hay, por una cuestión lógica de subsistencia de la población, es la comida; después, todo lo demás está muy, muy parado”. 

Sobre la caída de empresas del sector sostuvo que “hasta hace quince días cerraban 56 Pymes por día, dicho por el Indec; hoy deben ser muchas más. También se perdieron 200.000 puestos de trabajo; cerraron casi 2.000 Pymes en lo que va del año. Es un desastre total y absoluto lo que hicieron, que no se reduce al sector, lo han hecho con todo 
el país”. El empresario agregó que la crisis atraviesa a todos los rubros de las pequeñas y medianas industrias. 

Para finalizar, Moreira fue categórico: “Lamentablemente estamos viendo cómo vamos a hacer para subsistir en estos casi 55 días que quedan hasta que se legitime Alberto Fernández como Presidente y ver cómo llegamos a diciembre. Esperemos que estos muchachos (el Gobierno) lleguen a diciembre y entreguen el mando como corresponde, si no, después van a decir que la población los hizo irse antes. Realmente están demostrando que no sólo son unos ineptos, sino que, aparte, tienen una irresponsabilidad total y absoluta para con el pueblo”.


La deuda de Provincia, sin refinanciamiento

Mientras el Gobierno nacional manda al Congreso un proyecto para extender los plazos de la deuda bajo jurisdicción local e inicia un proceso de reperfilamiento de plazo de los bonos bajo legislación extranjera, la administración de María Eugenia Vidal, por el momento, no evalúa la posibilidad de modificar los plazos en los vencimientos de la deuda bonaerense.

En 2019, la Provincia todavía no tomó toda la deuda que tiene aprobada en el Presupuesto, quedan disponibles 25.000 millones de pesos. En tanto, el gran vencimiento de capitales e 
intereses de este año, ya fue afrontado a fines de junio, cuando se abonaron 750 millones de dólares.

No quedan grandes compromisos a enfrentar en lo que resta del año. En cuanto al futuro, desde el Ejecutivo bonaerense aseguran que por ahora no está en evaluación sentarse con los acreedores para modificar los plazos de vencimiento. Los compromisos de la provincia de Buenos Aires en moneda extranjera para el año 2020 es de alrededor de los 2.000 millones de dólares. 


“Por primera vez identifican al dólar como el problema central”

El economista Hernán Letcher manifestó a La Tecla que “en términos generales, el conjunto de medidas va en un lineamiento correcto, en el sentido de que por primera vez identifican al dólar como el problema central de la economía y no al déficit fiscal. Es una medida claramente tardía, con lo cual corrés de atrás y con un problema profundo de desconfianza, y eso es un limitante significativo y puede afectar el impacto de la medida”.

En la misma sintonía, el director de CEPA apuntó que “la iniciativa de establecer plazos para la liquidación de la cosecha me parece central. Me sorprende que la limitación a la compra minorista de dólares haya sido tan estricta, a contramano de lo que el Gobierno había dicho tantas veces. Pero bueno, lo tardío de la decisión ha llevado a que sea así”.

Agregó: “Creo que el Gobierno ha to-mado esta decisión porque tenía temor de que se convirtiera en una corrida bancaria y terminara en un corralito”.

Asimismo, el especialista apuntó: “No sé si el FMI dijo o no lo del vacío de poder, pero es cierto que en la Argentina vivimos hoy en una especie de limbo. Hay un Presidente y un espacio político como Cambiemos que acaba de perder estrepitosamente las elecciones, y un escenario económico de mucha tensión cambiaria que va en camino a una reestructuración de deuda planteada por un Gobierno que se está yendo. A la vez hay un candidato que no es más que eso”. 

Además, el especialista manifestó que “lo más importante es que ellos descomprimen la presión del uso de reservas, que era un problema grave de acá al final del mandato”. Y sentenció: “La situación era más problemática antes de los últimos anuncios, estos apuntan a que no haya una corrida ni una situación de caos. Ojalá que sean exitosos. Pasa que una corrida bancaria no se puede prever. Si todos entramos en pánico y queremos ir a buscar nuestra plata, no hay sistema financiero que funcione, ni el de Alemania”.


Capitales financieros: más del 95% se fugó

Un informe realizado por el Observatorio de Coyuntura Internacional y Política Exterior (OCIPEX) reveló que desde la asunción del Gobierno de Cambiemos, el 95,3% de los capitales financieros se fugó del país. Según datos oficiales, de diciembre de 2015 a julio de 2019, un total de 37.126 millones de dólares “golondrina” entraron en el mercado local de letras y títulos de deuda. De ese monto, US$ 35.389 millones ya se fueron del país. En lo que va del 2019, por cada 1.000 millones de dólares financieros que arribaron se fugaron más de 1.400 millones. 


La industria bonaerense pide estabilidad para sortear la crisis

En charla con La Tecla, Martín Rappallini, presidente de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA), dijo que desde el sector piden “que se estabilice la situación económica-financiera”. 

Y aclaró que desde agosto tienen grandes problemas de funcionamiento porque no hay precio, ya que “nadie quiere contratar porque no sabe con qué dólar se va a encontrar”. 
Con respecto al impacto de la crisis dijo que “la caída de las ventas y la incertidumbre por el precio del dólar es lo mismo tanto para las empresas grandes como para las chicas. La diferencia es que las grandes pueden soportar mucho más un proceso de este tipo y una Pyme se cae cuando se le corta la cadena de pagos”. 

Rappallini, quien además es presidente del Departamento PyMI y Desarrollo Regional de la UIA, reveló que la provincia de Buenos Aires contiene a cerca del 45% de las empresas del país. Asimismo aclaró que “en la Provincia se encuentran casi el 75 u 80% de las empresas textiles y de calzado, sobre todo en el Conurbano bonaerense, y, por ende, ahí se nota mucho más el impacto”.

“Tener un REPRO (Programa de Recuperación Productiva), que no le suban la tarifa de energía, poder entrar a un plan de facilidades tributarias y tener una tasa de descuento de cheque un poquito mejor, les va a ayu-dar a las Pymes a poder sobrellevar un poco mejor este difícil momento”, mencionó el titular de la UIPBA como algunas de las medidas paliativas.

“Desgraciadamente, en la industria, cuando una empresa se cierra, cuesta muchos años que se vuelva a restablecer. No es como un comercio o un servicio. Por eso hay que tratar de tomar medidas para cuidar las empresas y las industrias, porque si hoy te-nemos problemas de empleo, después de esta crisis va a ser muy difícil generar empleo formal y en el sector privado”, finalizó Rappallini.


El campo mantiene preocupación por “trampas” y la falta de crédito 

El campo tomó distancia respecto de las restricciones cambiarias. Las entidades recalcaron que los productores cobran en pesos y son, en todo caso, los exportadores los que ven afectada su operatoria con un plazo para liquidar. “Como maneja el exportador los dólares, esto no toca la producción”, aseveró el titular de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires-La Pampa (CARBAP), Matías de Velazco.

El productor agregó que no es lo ideal el plazo para liquidar los dólares, pero consideró que “muchas veces, la realidad impera sobre lo ideal, y éste es un caso así”.

Asimismo advirtió por una problemática que los afecta, en medio de la incertidumbre cambiaria. “Hay una resolución de la Secretaría de Agroindustria por la cual los exportadores tienen que pagar con el tipo de cambio del día anterior cuando se les vende granos. Sin embargo, ellos están metiendo cláusulas en los boletos de compraventa para pagar con el dólar de una semana antes, que en este contexto es complicado”, recalcó.

Por su parte, José Luis Mammarella, productor de General Alvear y miembro de la conducción nacional de Federación Agraria, señaló que se han fugado “un montón de capitales a destiempo”, y sostuvo que “es fuerte” el límite de tiempo para liquidar los dólares. “Siempre, los exportadores llevaron las de ganar”, afirmó, y añadió que “en algún momento tienen que aportar”.

“Lo que me preocupa es la falta de crédito, las altas tasas y el avance en dólares. Antes se compraba una bolsa de semilla de maíz con dólar pesificado a 45 pesos con cheque a enero; hoy, eso no está más. Se está hablando de un dólar a 70 pesos y no se sabe lo que se va a terminar pagando”, agregó. 

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