La Tecla
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El inicio de la gestión presidencial de Alberto Fernández quedó fuertemente marcada por la denominada Ley de Solidaridad que generó, casi por igual, adeptos y críticos en el mundillo político. Con dicho antecedente, desde los distritos de la provincia de Buenos Aires se hicieron eco de la “solidaridad” y del reclamo de cierto sector social que exigió a la dirigencia política que la actitud fraternal también la encuentre como parte interesada.
La exigencia fue tal que, Sergio Massa y Cristina Fernández de Kirchner, tomaron la decisión de congelar el salario de la planta política de la Cámara de Diputados y el Senado de la Nación. Claro está, antes, en los municipios comenzaron a tomarse medidas similares.
Por caso, el único jefe comunal de Consenso Federal, Guillermo Britos alcalde Chivilcoy, fue el primero en anunciar el congelamiento salarial por seis meses. La medida abarcó a su salario y a toda la planta política. “La austeridad empieza de arriba hacia abajo. Esto es una obligación moral que tenemos todos los que ganamos más, en defensa de los empleados que menos ganan, y también de las cuentas municipales”, lanzó Britos.
La medida fue copiada en uno de los distritos vecinos en la Cuarta Sección y aún se debate legislativamente. El concejal peronista de Bragado, Germán Marini propuso disminuir el salario de la planta política en el mismo orden que el incremento de tasas, es decir en un 39 por ciento. Según lo explicó el propio Marini, la ordenanza apuesta a acompañar "las medidas y acciones que desde el gobierno Nacional y Provincial que impulsan con el objetivo de reactivar la economía y acompañar a quienes más lo necesitan. Los ejemplos deben comenzar por quienes tenemos mayores responsabilidades".
En la misma región, el jefe comunal de Chacabuco, el radical Víctor Aiola, decretó la emergencia económica y en el Concejo Deliberante se debate el congelamiento salarial por seis meses."Que el trabajador nunca sea una variable de ajuste", sentenció Aiola.
Rápidamente la medida rompió la barrera de la Cuarta Sección donde tuvo sus primeros paladines y llego hasta la Segunda, Tercera y Quinta Sección electoral. En Mar del Plata, el intendente PRO, Guillermo Montenegro, oficializó una reducción salarial del 20 por ciento para su dieta y del 15 por ciento para los funcionarios. Asimismo, donará el dinero a las cuentas municipales. En Berisso, el peronista Fabián Cagliardi decidió bajar un 20 por ciento su sueldo, hasta el 15 por ciento en los cargos de secretarios, subsecretarios y delegados, 10 por ciento para directores y 5 por ciento para coordinadores de menor rango. La medida se aplicará por el lapso de un año.
En Castelli, Francisco Echarren, anunció que donará el 30 por ciento de su salario a instituciones sociales del distrito. Además, congelará el salario de la planta política y pedirá el mismo ejemplo a los integrantes del Concejo Deliberante. Mientras que en Salto, Ricardo Alessandro informó que tanto él como los funcionarios comunales congelaron su salario "por tiempo indeterminado". Asimismo, detalló que conversará con los concejales de Todos y Juntos por el Cambio para que avancen en la misma sintonía.
En tanto, en el sudoeste de la provincia, en Coronel Pringles, el ex vecinalista devenido a integrante de Juntos por el Cambio, Lisandro Matzkin, congeló su salario, el de los funcionarios y concejales oficialistas por 180 días. A su vez, el peronista Alberto Gelené, quien volvió a conducir los hilos de Las Flores, solicitó al Tribunal de Cuentas de la Provincia que le permita no cobrar su salario debido a que “la situación es dramática”.
En Baradero, junto con el Presupuesto 2020 enviado por el alcalde del Frente de Todos, Esteban Sanzio, consiguió el congelamiento salarial por 180 días para todos los cargos políticos del distrito. En Cañuelas, se dio similar situación y el legislativo local votó en unidad el freno a los aumentos salariales por el mismo lapso de tiempo. En Campana, el macrista Sebastian Abella esquivó el Concejo Deliberante y decretó el congelamiento de la planta política sin alcanzar a los ediles.
En tanto, en Luján, el peronista Leonardo Boto, tomó el mismo camino y decidió no incrementar los salarios políticos. Por su parte, en Azul, distrito gobernador por Hernán Bertellys, los concejales estudian tomar el mismo camino por 180 días. Asimismo, en General Rodríguez, Mauro García, anunció que tanto él como sus funcionarios cumplirán sus cargos de manera ad honorem. “Está medida solidaria de la dirigencia política es en respuesta a la difícil situación económica que supera los 40 millones de déficit”, explicó el peronista.
Los concejales de Arrecifes votaron en unanimidad el proyecto para congelar los salarios propios, de funcionarios y del alcalde por 180 días; la misma situación se dio en San Pedro, conducido por el “momista” Cecilio Salazar. En Necochea, el intendente Arturo Rojas no cobrará su salario por tiempo indeterminado y los ediles de su bloque reducirán la dieta en un 15 por ciento. En General Pinto, el flamante alcalde Alfredo Zavatarelli, congeló por decreto todo tipo de sueldo político por 90 días.
En Tigre, la concejala peronista Micaela Ferraro, que ya había renunciado a su salario, propuso que la planta política al menos congele su salario por 180 días; aún no se votó. En Pilar y en Tres Arroyos, desde Juntos por el Cambio, se realizó la misma presentación en el Concejo Deliberante. Mientras que en Punta Alta, algunos concejales (Bien Común) decidieron donar su salario al Fondo de Becas Estudiantiles Coronel Rosales. En tanto, en Balcarce, el radical Esteban Reino, optó por congelar el salario político por 120 días.