11 de julio de 2022
NOTA DE GRAFICA
Dividir a Juntos para reinar en la Provincia
El Gobierno bonaerense apela a una clásica receta para ensanchar las diferencias entre el PRO y la UCR. El factor Macri y la pesada herencia, las armas para minar el campo de la coalición opositora.
A diferencia de la guerra abierta en el ámbito nacional del Frente de Todos (FdT), en la provincia de Buenos Aires el oficialismo hace esfuerzos para sostener a todos sus soldados en la misma vereda. La injerencia de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, va en esa sintonía, y la orden se puede observar de manera expresa con las acciones promovidas desde el Partido Justicialista, liderado por Máximo Kirchner.
El objetivo es claro: retener la Gobernación y atrincherarse para lo que se viene. El despliegue táctico para no dejar el sillón de Dardo Rocha posee un sinfín de aristas, y en el medio también aparecen las aspiraciones de Axel Kicillof de ir por un segundo mandato. Desde el entorno del Gobernador no se cansan de insistir que el enfoque central será la gestión y quieren mostrarse alejados de la rosca interna. En ese camino apelarán a recetas clásicas.
Además de las mateadas, entre otros aspectos, apostarán a generar discordia en Juntos para ganar terreno en la carrera hacia 2023. La alianza opositora muestra sus peleas intestinas con un radicalismo fortalecido y el PRO enfrascado en rencillas. Un claro ejemplo fue la visita la semana pasada de Kicillof a distritos boinas blancas para mostrar obras; particularmente sobresalió el desembarco en Trenque Lauquen.
Allí, el mandatario hizo gala de su relación con el alcalde, y presidente del Foro de Intendentes de la UCR, Miguel Fernández. Ambos se tiraron flores y el mandamás bonaerense aprovechó la ocasión para diferenciarse del ala dura del PRO. Por supuesto, se encargó que remarcar que el jefe comunal no “es de esos”. “Axel va a hablar siempre de Macri porque consideramos que todos son sus empleados y van a hacer lo que él diga”, avisaron desde calle 6.
De todos modos, para diferenciarse de la gestión de Alberto Fernández, aclararon que no quieren “nacionalizar el discurso”, pero no dejarán de hablar del expresidente “para meterle presión al radicalismo”. “Lo que decimos es que Larreta, Vidal, Ritondo y Santilli son empleados de Macri, pero si el radicalismo se queda ahí adentro terminan siendo tan empleados como ellos”, arremetieron.
En esa línea recordaron que “el año pasado, sin el empuje de Manes y del radicalismo, Juntos por el Cambio no sacaba lo que sacó. La potencia electoral de Juntos por el Cambio en el 2021 fue Manes y el radicalismo. Por eso presionamos al radicalismo para ver qué van a hacer, si van a seguir siendo empleados de Macri o no”.
La jugada ya está en marcha y Juntos deberá surfear el camino para procesar tales diferencias. El clima electoral adelantado también obliga a las dos coaliciones a meter los pies en el barro de la política.
La "ventaja" de enfrentar a Macri
La reaparición de Mauricio Macri en los primeros planos de la política generó un cimbronazo, y no solo en la oposición. Algunas voces del Gobierno entienden que es un elemento a favor para explotar, debido a que consideran que la “pesada herencia” que dejó todavía cala hondo en la población.
“Cuando uno ve el ordenamiento de la oposición y mira quién se perfila como candidato a Presidente es un problema para el país, pero para el peronismo de la provincia de Buenos Aires puede ser ventajoso que el candidato sea Macri”, dejaron trascender desde el kirchnerismo. Al mismo tiempo manifestaron que “así como le va muy bien en distritos como Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza, en la provincia de Buenos Aires le va mal”.
De esta manera, mientras genera tensiones internas en Juntos por el Cambio, desde el sector del Frente de Todos (FdT) que expresa su acérrima defensa a la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, apuestan un pleno para que el expresidente continúe su juego con mayor exposición.
Los vínculos que se tejen desde la oposición con el oficialismo
La Unión Cívica Radical (UCR) viene entonada y proyecta sus objetivos tanto a nivel nacional como provincial. Al margen de las candidaturas que se discuten hacia el interior del partido, la intención es pararse de igual a igual ante el PRO. La disputa por la orientación política de Juntos por el Cambio está a flor de piel.
Al mismo tiempo, este vigor que muestra en el cotidiano es observado por el Frente de Todos (FdT), que toma nota al respecto y pone en práctica un plan para llevar agua para su molino. En territorio bonaerense, el oficialismo busca atajos que le permitan desarrollar su gestión sin tantos inconvenientes. Ante la oposición acérrima de los sectores más ultras del PRO intenta contrapesar con los sectores dialoguistas para consensuar medidas.
Fuentes del radicalismo consultadas sobre la relación que mantienen con el Gobierno bonaerense manifestaron que “en la Legislatura el rol está enmarcado dentro de un bloque, y sabemos la relevancia que tiene Maxi (Abad), como presidente del bloque de Diputados, a la hora de comunicarse con el Poder Ejecutivo”.
En cuanto al diálogo con los jefes comunales sostuvieron que “es una relación institucional”, y expresaron que “quizás al Gobernador le es mejor o más simpático relacionarse con los intendentes radicales”. “Nuestra relación es institucional y de temas de gestión, no es una cuestión política”, señalaron, y añadieron: “Nosotros tenemos claro que estamos dentro de una coalición y no tenemos ninguna duda al respecto”.
Además se refirieron a sus socios amarillos, describieron que “el PRO también tiene vínculo. Lo que pasa que ellos, en algunos casos, tienen diálogos más directos”. Por último, desde el centenario partido sentenciaron: “Sabemos que los intendentes del PRO hablan con el Gobernador, no tienen una voz única, como la tenemos nosotros”.