8 de octubre de 2023
CRISIS Y OPORTUNIDAD
Un problema electoral, ¿pero un camino allanado si Kicillof logra reelegir?
A dos semanas de las elecciones generales, en las que el Gobernador se juega su continuidad por cuatro años, el affaire Insaurralde (agravado por el caso “Chocolate” Rigau) impacta de lleno en la campaña, pero en el fárrago de disputas internas del oficialismo no deja de ser un atajo para que Kicillof se desprenda antes de lo previsto de una sociedad forzada, que nunca le resultó cómoda
Los posteos de la modelo Sofía Clérici, paseando en un yate por Marbella con Martín Insaurralde, llegaron rápido al teléfono de Axel Kicillof. Desde su equipo le avisaron cuando estaba en un acto de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), en la mañana del sábado. De inmediato, el Gobernador hizo una serie de llamadas que aceleraron la inevitable renuncia del intendente de Lomas de Zamora (en uso de licencia) a la Jefatura de Gabinete provincial. El escándalo había estallado en el Gobierno antes de que se convirtiera en una ola imparable en los medios y las redes.
Los primeros contactos que marcó Kicillof fueron Sergio Massa y Cristina Fernández. Después habló con Insaurralde y convinieron la renuncia, que el mandatario aceptó y difundió con celeridad.
A dos semanas de las elecciones generales, en las que el Gobernador se juega su continuidad por cuatro años, el affaire Insaurralde (agravado por el caso “Chocolate” Rigau) impacta de lleno en la campaña, pero en el fárrago de disputas internas del oficialismo no deja de ser un atajo para que Kicillof se desprenda antes de lo previsto de una sociedad
forzada, que nunca le resultó cómoda.
Insaurralde había llegado por imposición de Cristina y Máximo Kirchner a la Jefatura de Gabinete, tras el traspié electoral del Frente de Todos en las PASO 2021, lo que le costó el cargo a la mano derecha de Kicillof, Carlos Bianco, a quien compensó creando la Jefatura de Asesores. Ahora Bianco volverá a tener una mayor centralidad hacia fuera, aunque no volverá a ser formalmente el jefe de los ministros. Kicillof decidió mandar a la Legislatura una nueva ley de ministerios que suprime la Jefatura de Gabinete.
El escándalo que puede afectarlo en lo electoral, en paralelo le allanó el camino para armar
su nuevo equipo si logra la reelección. La relación entre el Gobernador y su ministro saliente nunca terminó de acomodarse, como tampoco mejoró -y de hecho ha empeorado- la relación
con Máximo Kirchner, socio político del lomense.
Con una crisis que excede cualquier tipo de crisis esperable para un gobierno, Kicillof puso en jaque mate al entramado político interno que más lo incomodaba. Si sigue al mando de la Provincia pondrá sus condiciones, ya que ahora tiene socios para contener con cargos que difícilmente alguien le pueda imponer.