El peronismo no logra tocar fondo tras la derrota electoral de diciembre 2023 y atraviesa uno de los momentos más críticos desde que asumió la presidencia Javier Milei. La denuncia por violencia de género contra Alberto Fernández no solo pone prueba la capacidad de respuesta del justicialismo, sino también el rol de los principales dirigentes.
El escándalo que protagoniza el expresidente posee diferentes aristas sobre una lectura general que pinta de cuerpo y alma la deriva en la que se encuentra el sistema político tradicional. En medio de una crisis económica y social que se profundiza producto de las medidas del Gobierno nacional, la atención se centra en un aspecto en particular mientras la tormenta azota con fuerza en todo el territorio argentino.
La crisis de liderazgo en el peronismo retrasa la toma de decisiones sobre el futuro de Alberto Fernández y crece el malestar interno sobre la nula respuesta del Partido Justicia (PJ) nacional. La presidencia partidaria sigue en manos del acusado de golpear a su esposa, pero con la salvedad de que se encuentra de licencia en el cargo.
Sin embargo, hasta el momento no hay certezas sobre la presentación de una renuncia o del impulso de una expulsión. A pesar de los rumores que surgieron sobre una carta en la que se daba a conocer la dimisión, fuentes del PJ aseguran que no llegó el escrito que circuló por redes sociales.
El PJ hoy posee un organismo colegiado que se encuentra conformado por Cristina Alvarez Rodríguez (Buenos Aires), Axel Kicillof (Buenos Aires), Analía Rach Quiroga (Chaco), Juan Manzur (Tucumán) y Lucía Corpacci (Catamarca). Los actuales vicepresidentes quedaron al frente y se espera por la organización del proceso electoral que culminará con comicios internos para renovar autoridades el 17 de noviembre.
Durante las primeras horas del escándalo surgió el nombre de Eduardo "Wado" de Pedro como posible figura para presidir al justicialismo. De todos modos, otras voces dejaron trascender el nombre de Ricardo Quintela. El gobernador de La Rioja recibió a Kicillof la semana pasada y ambos tuvieron su foto -bastante particular por cierto- junto a Corpacci.
Desde la provincia de Buenos Aires llegó una de las primeras respuestas ante la consulta sobre el futuro de Alberto Fernández. El ministro de Gobierno, Carlos Bianco, deslindó al Gobierno de Axel Kicillof y aseguró que "son los espacios institucionales los que deben tomar una posición. Hay que dejar que actúen".
En ese sentido, sobre el caso de violencia de género, reiteró que "estamos muy shockeados por la situación" y añadió: "Condenamos cualquier acto de violencia o discriminación por razones de género, que existen a pesar de que el Presidente haya dicho que es ideología de género".
No obstante, lanzó que “pedimos que no sea tomado como una excusa como justificación de la eliminación de las políticas de género en el Gobierno nacional" y "mucho menos que sea utilizado para cubrir y tapar los problemas que tiene la Argentina de la catastrófica situación en materia social, económica y productiva".
Asimismo, Bianco recordó que se lleva a cabo el juicio por el intento de magnicidio de Cristina Fernández y puso énfasis en la importancia del caso. Por eso, explicó que “cuando Cristina era la acusada, más allá del lawfer y la falta de argumentos, estaba en el prime time y en tiempo real, pero cuando es la víctima del mayor acto de violencia política desde la vuelta a la democracia, hay total invisibilización del juicio, de los alegatos, de los responsables”.
“Lo que pedimos desde la provincia de Buenos Aires es que nos digan lo que intentaron hacer los autores materiales y quiénes son los autores intelectuales, quién mandó a matar a Cristina, quién financió eso. Hay evidencias, son públicas, lamentablemente no fueron investigadas”, agregó el ministro en conferencia de prensa este lunes.
Desde el entorno del Gobernador bonaerense admiten que “es una mala noticia para el peronismo” el caso que tiene como denunciante a la exprimera dama. Del mismo modo, afirman que la imagen de Kicillof no se verá afectada como así tampoco la gestión que llevan a cabo para garantizar medidas a los más de 17 millones de bonaerenses.
Sin embargo, la indefinición por el futuro de Alberto Fernández en el PJ nacional comienza a exasperar a más de uno. Si bien hay mayor preocupación por el avance de la investigación tras el secuestro del teléfono celular del expresidente, comienzan a escucharse las voces que denotan fastidio.
“Esto es una vergüenza”, sentenció un dirigente de peso del peronismo bonaerense a La Tecla tras ser consultado por la situación actual y el retraso en la toma de definiciones partidarias. Sin esconder su enojo por lo acontecido, disparó otra frase que describe el momento: “Están todos anestesiados”.
Un debate que comienza a resurgir con fuerza también es el poder de la birome en el 2025 a raíz de los resultados a la vista. Los tres últimos candidatos presidenciales del peronismo tuvieron suerte distinta, pero con resultados más que amargos para el espectro justicialista. El rol de conducción de Cristina Fernández otra vez es mirado con lupa y la tormenta revuelve las aguas nuevamente.