17 de noviembre de 2024
AL CRUCE
“El Gobierno detesta la educación pública”: ministro bonaerense fustigó a la gestión libertaria
El titular de la cartera educativa bonaerense, Alberto Sileoni, sostuvo que la administración nacional “detesta a la educación pública” y expuso que “todo lo que propone” Javier Milei en esa materia involucra “ajuste”.
El director general de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires Alberto Sileoni sostuvo que la administración nacional “detesta a la educación pública” y expuso que “todo lo que propone” el presidente Javier Milei en esa materia “involucra el ajuste y la reducción del presupuesto”. Al mismo tiempo, resaltó que para la administración provincial la escuela “es motor del desarrollo”.
En una entrevista con Ámbito, el funcionario trazó un balance de la gestión en un área que cuenta con 5.200.000 alumnos, 400 mil docentes y 21 mil escuelas, lo que constituye el segundo sistema educativo más grande de Latinoamérica, después del de San Pablo, y el más grande de la Argentina.
Afirmó que se trabaja para mejorar los aprendizajes y para lograr “que todos los chicos y chicas terminen el secundario”, destacó que en territorio bonaerense existe una paritaria “absolutamente abierta” con los gremios, que apunta a que se preserve “el poder adquisitivo del salario”, por lo que se mostró confiado en que el ciclo lectivo 2025 comenzará sin conflictos.
En otro apartado, ante la pregunta sobre cómo se sigue financiando la educación en un contexto de ajuste, Sileoni expresó: “Con ciertas dificultades. La ausencia del Estado nacional se nota. En la provincia, hay mil obras paradas, 80 de las cuales son escuelas, y ausencias como distribución de tecnología y libros. La provincia es muy grande y estamos haciendo un gran esfuerzo para sostener la política salarial. Dimos aumentos todos los meses, menos en el del aguinaldo. En ese marco, hay cosas que cuestan. Terminamos quizá a un ritmo más lento en infraestructura, pero con renovaciones de la currícula en el nivel inicial, en el régimen académico en el nivel secundario y superior. Hay medidas que hablan de un sistema educativo en pie, trabajando”.
La polémica por los libros
P: ¿Qué balance hace sobre la polémica generada en torno al programa “Identidades Bonaerenses”, por el cual se distribuyen en escuelas bonaerenses libros de literatura de autoras como Aurora Venturini, Gabriela Cabezón Cámara o Dolores Reyes, que incluyen algún tipo de contenido sexual?
A.S.: Son escritoras son multipremiadas. No son libros para los estudiantes. Son herramientas para los docentes y los bibliotecarios. No se obliga a los estudiantes a leerlos y no son para niños. La colección lleva una guía. Hay libros para la secundaria básica, 12 a 15 años. Los libros que tienen una temática política, relaciones problemáticas o escenas de sexo o lenguaje, vocabulario soez, no van para la secundaria básica, sino para la orientada, de 16 a 19 años. Además, van con una inscripción que dice “Requiere acompañamiento docente”. Convengamos que los estudiantes están inmersos en el desarrollo de la sexualidad desde mucho antes. Los pibes y las pibas, están a un clic de la computadora acceden a la más brutal pornografía. Esto no es pornografía, sino literatura.
P: ¿Cuáles son los desafíos a futuro?
A.S.: El sistema educativo bonaerense está pensándose a sí mismo, tenemos que entrar en un momento en el que hay que poner el foco en la continuidad pedagógica y en los aprendizajes. El gobierno provincial trabaja en una revisión de los diseños curriculares, que no se actualizan desde hace 17 años. Sabemos que la sociedad no está del todo satisfecha con lo que aprenden sus hijos, por eso estamos dedicados a mejorar la enseñanza de la matemática, de la lectura y escritura. La nuestra es una provincia con 307 mil kilómetros, 18 millones de habitantes. El 70% de ellos vive en el 5% del territorio. Eso le añade a la gestión del sistema educativo una gran complejidad. Pero hay un Gobierno provincial y un gobernador con vocación de mejorar la educación. El Gobierno nacional detesta la educación pública, la agrede, no la valoriza, ni invierte en ella. El presidente no creyó que sea importante ir a una sola escuela pública en 10 meses de gobierno. Para nosotros, en cambio, la educación pública es el motor del desarrollo.