7 de julio de 2011
NEGOCIOS DEL MUNICIPIO
Parsa y Altec estacionan en Bahía Blanca
La empresa Parsa SA recibió -otra vez- una prórroga del servicio por el estacionamiento medido en Bahía Blanca, además de que incorpora bajo su órbita a la Terminal de Omnibus y el aeropuerto. La responsabilidad del municipio gobernado por Cristian Breitenstein. Quién es el empresario Gustavo Damiani
La empresa Parsa SA tiene el parquímetro atado en Bahía Blanca. Es que la municipalidad le prorrogó por otros cinco años el contrato por el alquiler de los parquímetros y del software utilizado para el servicio del estacionamiento céntrico de la ciudad a la proveedora estatal Altec SE que, desde 1994, subcontrata a Parsa para sus trabajos. Mediante contratación directa, también se amplió el alcance del contrato hacia la Terminal de Omnibus y la aeroestación Comandante Luis Espora. El pago mensual a Parsa asciende a 250.000 pesos, es decir, 3.000 millones de pesos mensuales.
El punto es que desde ese año hasta la actualidad, en las sistemáticas renovaciones y ampliaciones de contratos con el municipio que comanda Cristian Breitenstein, la estatal rionegrina Altec no se hace cargo directamente de los servicios sino que los terceriza, subcontratando a Parsa.
La pregunta que decanta de esta situación, es ¿por qué el municipio no abre el juego a otras empresas, por qué no hace licitaciones públicas, y así puede dejar de contratar directamente a Altec, empresa que, se sabe, subcontratará una y otra vez a Parsa aumentando así el costo de la prestación?
En Bahía está instalado el rumor de que la empresa privada Parsa, gerenciada por Gustavo Damiani -quien es, además, el presidente de la Unión Industrial de Bahía Blanca-, gozaría de algunos beneficios. En Bahía Blanca, dicen, es un hecho que los gobiernos municipales pasen, y Parsa quede.
Según el concejal Raúl Woscoff (Integración Ciudadana), “es evidente que hay algún acercamiento” entre Breitenstein y Damiani. En tanto, para el candidato a la intendencia Andrés De Leo (CC), la contratación directa “tiñe con sospechas” el procedimiento, y agrega que Damiani, “a través de la contratación de Altec, se ha hecho un empresario importante”.
Consultados por Desafío, la principal justificación esgrimida por los funcionarios alineados detrás del intendente Cristian Breitenstein es que “hay consenso” y que la comunidad está conforme con el servicio que presta la empresa.
Además de la situación -por lo menos- irregular, del contrato directo a una firma estatal que le otorga sistemáticamente la prestación del servicio a una privada, sin abrir el juego a otras compañías, se suma el hecho de que Parsa implementaría en 180 días nueva tecnología al sistema de parquímetros, ante lo que no se descarta un aumento del costo al público. Y, en tanto, en otras ciudades del país, el estacionamiento medido se implementa a partir del sistema SMS, como por ejemplo en La Plata. En Bahía, la tecnología propuesta es el sistema de tarjeta por aproximación, que atrasa tecnológicamente.
Tan “bien” representada está Altec SE en Bahía Blanca que figura en la web con la misma dirección postal y teléfono que Parsa SA. Ante la consulta de Desafío, el secretario de gobierno, Fabián Lliteras, se despega de esta situación y se defiende: “Nosotros con Parsa no tenemos relación”.
Para confirmar o negar esta grosera irregularidad, Desafío llamó al número telefónico en cuestión:
-De la revista Desafío Económico. Busqué el número de teléfono de Altec, y me dio este mismo.
-Es el mismo...
-¿Cómo?
-O sea, esto es Altec, lo que pasa es que esta empresa se llama Parsa.
La justificación
No es extraño que Altec y Parsa escondan, detrás de diferentes fachadas, una misma cara: la razón de ser de Parsa es proveer al municipio de Bahía Blanca. Tras 17 años de trabajar para la comuna bahiense, la empresa ha asegurado su rentabilidad a futuro.
Lliteras, que niega cualquier tipo de relación del gobierno municipal con Parsa, le dice a Desafío: “Nosotros estamos tranquilos, porque esto está funcionando bien, no hay necesidad de cambiarlo”. Y, mientras Lliteras asegura que “está todo consensuado”, el concejal Raúl Woscoff (Bloque Integración Ciudadana) y el candidato a intendente por la Coalición Cívica, Andrés De Leo, dicen que no.
Cómo determinar un consenso si en esta ocasión los concejales no han tenido acceso al contrato. De Leo sostiene que “respeto de determinados contratos emblemáticos, el municipio tiene poca predisposición a la participación y la apertura de terceros”.
La argucia que cubre legalmente a la municipalidad de Bahía Blanca, y a Parsa, son los contratos con Altec, que por ser una empresa del Estado, puede celebrar contratos directos con municipios, sin tener que presentarse a licitaciones y tener que competir con otras firmas. Pero en el caso de Bahía Blanca, Altec subcontrata a una empresa privada para cumplir con los contratos, encareciendo así los costos para el municipio.
Desde la administración Breitenstein niegan que la tercerización de los servicios encarezca los contratos, diciendo que con el estacionamiento céntrico, puntualmente, Altec estaba asumiendo un riesgo empresario “que nadie más quiso correr”. Aunque esto nunca se pudo comprobar, ya que no hubo un llamado a licitación pública o privada que lo corrobore.
Pues bien, el 12 de mayo, el municipio gobernado por Breitenstein le aseguró a Parsa -o Altec- una ampliación del contrato por el alquiler de los parquímetros en el centro de la ciudad por otros cinco años. Pero hay otros datos nuevos, y es la ampliación hacia la Terminal de Omnibus y el aeropuerto.
Lliteras dice que “todo esto está todo consensuado y en el caso este puntual, se ha hecho lo mismo que se ha venido haciendo desde 1994 a la fecha, cuando nosotros no éramos gobierno”.
En el caso del estacionamiento del aeropuerto, se estableció un canon de 24.000 pesos mensuales por el mantenimiento de los parquímetros. Este fue el único servicio que pasó por una licitación. Pero, llamativamente, quedó desierta.
Con respecto al estacionamiento de la terminal, Lliteras dice que “el riesgo corre por parte de la empresa”, y que estuvieron hablando con otras firmas, pero que “no se quisieron hacer cargo”.
Las gestiones municipales se suceden, y Damiani queda. Los intendentes pasan, y Damiani se perpetúa en su empresa y amplía sus beneficios.