“Resolvé tu circuito de poder”, la demanda de los propios para Alberto Fernández
En el momento de mayor convulsión interna en el FdT, los dirigentes más cercanos al Presidente piden acciones inmediatas que permitan enderezar la gestión y atender más las demandas de la sociedad, fundamentalmente con un ataque concreto al flagelo de la inflación.
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La permanente convulsión interna del oficialismo y la abulia de Alberto Fernández para tomar las riendas de la conducción de su propio gobierno, llevan a que por estas horas el albertismo (término forzado de un espacio que busca crecer pero aún es no nato) le exija al Presidente el trazado de un proyecto concreto de hacia dónde se va y con quién se transita esa carretera. Todos tienen en claro que la inflación es el mayor problema a resolver si la coalición gobernante aspira a continuar en el poder, entonces exigen accionar con más contundencia en ese sentido.
El Jefe de Estado enfrenta cuestionamientos de quienes se muestran más cercanos y sobre quienes no necesita pruebas de lealtad, y que buscan una reacción rápida antes que sea demasiado tarde. La cuestión va más allá de cambios o no en el gabinete, que los habría. “Alberto tendrá que resolver cómo se imagina para llegar a 2023 sin ser pato rengo, independientemente de si tiene reelección o no”, le dijo a La Tecla un funcionario ligado al Presidente desde la primera hora.
“Resolvé tu circuito de poder”. Es la frase que resume la demanda interna de los más cercanos al Jefe de Estado, que se extiende a sectores sindicales y a gobernadores peronistas deseosos de ver un Presidente proactivo en la conducción del gobierno y, fundamentalmente, en la intención de cortar con la anarquía de un gabinete que actúa más por voluntad propia que por organización.
Wado con Alberto tras su regreso de España
Hoy, luego del desplante de La Cámpora en Diputados al proyecto de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, todos los ojos se posan en qué va a pasar con integrantes de la Orga residentes en oficinas que dependen del Ejecutivo. ¿Qué hará Alberto con Eduardo “Wado” de Pedro, el funcionario camporista con mayor rango en el Gobierno? Es una pregunta recurrente, pero el dilema excede a una persona e incluso a un espacio interno claramente enfrentado con el mandatario. De hecho, Wado mostró su apoyo al acuerdo con el FMI.
El problema radica en la proliferación de librepensadores en una tropilla renuente a alinearse al sonido del cencerro y mantenerse en el rumbo, acertado o no, que marca el Presidente. Para graficarlo, un funcionario nacional puso como ejemplo a dos ministros de bandos antagónicos: “No puede ser que el ministro del Interior esté en España en la semana que debe consensuarse en el Congreso el acuerdo con el Fondo, y no puede ser que el ministro de Economía esté en Houston (para participar de un evento mundial sobre energía) en el momento en que se vota ese acuerdo. Son cosas que no nos pueden pasar y dan malas señales acerca de las prioridades”.
Guzmán en Houston
Ese orden debe partir de la autoridad máxima, o en su defecto del encargado de coordinar la tarea ministerial. Pero, a poco de andar, la relación entre el Presidente y su Jefe de Gabinete se destempló. Hoy Juan Manzur se siente incómodo en un Gobierno cuyo responsable no se anima a cortar el cordón que lo une a quien le permitió calzarse la banda, y con subordinados que no le reportan.
El siempre incipiente albertismo le pide a Fernández reperfilar la gestión. Los más talibanes exigen limpiar de impuros el gabinete y las empresas del Estado, que con generosidad forzada se concedieron fundamentalmente a La Cámpora. Aunque no solo apuntan a los muchachos y muchachas conducidos por Máximo; hay otros socios en la alianza que se opusieron al acuerdo con el FMI. Los moderados, en cambio, apelan a un reordenamiento para hacer comprender a todos que separados serán carne de cañón en las próximas elecciones, y que debe unir al gobierno un objetivo claro y concreto sin el cual la posibilidad de continuar al mando del país será muy difícil.
“Hay mucha gente gastando energía en alquimias electorales en vez de dedicarse a atacar el verdadero problema que tenemos, que es la inflación”, sostuvo un funcionario para quien el tema primordial y casi excluyente a resolver es la suba constante de precios. Dicen en la Casa Rosada que Alberto reconoce que atacar la inflación debe ser la prioridad absoluta en el futuro inmediato; sin embargo no se aprecia una determinación consecuente con ese reconocimiento.
“Hubo mucha puja política esta semana y Alberto se da cuenta que la sociedad quiere salir de eso, que nos quiere ver concentrados en los verdaderos problemas”, aseveran cerca del Jefe de Estado. Aceptan, además, que el gobierno debe fijar un rumbo concreto para atender la demanda de una sociedad cada vez más renuente a la política.
“Hay poco discurso público hacia la gente. Hay que dejarse de joder; o nos ponemos las pilas o el Frente de Todos fracasa, y si fracasa es un fracaso de todos, no solo del Presidente o de un sector”. Con esa premisa los hombres y mujeres leales a Alberto Fernández le piden corregir el rumbo, determinar con quiénes a su lado va a encarar ese rumbo, dejar de procrastinar cambios necesarios, y armar un circuito de poder que le permita arribar a destino sin más daños y con el auto más o menos en condiciones.