Inflación sin freno: consultora pronostica más de 7% en abril
Un informe de Ecolatina señaló que el índice de Precios al Consumidor (IPC) del mes pasado, que será dado a conocer la semana próxima por el Indec, superará el 7%. Cuál es la cifra real y a qué motivos responde.
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Según lo relevado por Ecolatina, en abril el IPC en el Gran Buenos Aires (GBA) trepó 7,2%, sumando un aumento del 109,9% interanual. Si bien desaceleró respecto a marzo —principalmente por una menor incidencia de Regulados (+3,2%)— el promedio del segundo bimestre de 2023 se ubicó 0,8% por encima de Enero-Febrero. acumulando en el año un alza del 30,7%, cuando en el primer cuatrimestre de 2022 el aumento era del 21,8%.
En esa línea, la firma indicó que la suba en los dólares paralelos en los últimos días del mes incidió. “Producto del momento en que se capturaron la mayor cantidad de los precios en nuestro relevamiento, el traslado a precios del estrés cambiario de la última semana de abril no tuvo un impacto relevante en nuestra medición para el promedio del mes. Por esta razón, es posible que INDEC entregue un registro superior al de nuestro IPC”, se aclaró.
“No obstante, esperamos que el arrastre que dejó esa semana sea capturado más plenamente en Mayo, mes para el que proyectamos una inflación superando el 8%, donde incidirán una mayor cantidad de aumento puntuales”, vaticinaron.
Asimismo, el informe señaló que el IPC nacional se aceleró al 8% mensual (+1,5 puntos por encima del promedio), dando cuenta de la fuerte inercia que arrastra el proceso inflacionario.
El rubro que encabezó la suba fue Alimentos y Bebidas, que registró una variación del 8,9%. Al interior, los mayores aumentos se vieron en pollo (+27,3%), huevos (+23,9%), verduras (+14,1%), pescados y mariscos (+15,0%), arroz (+10,1%), frutas (9,0%) y quesos (+7,9%).
Perspectivas El reporte indicó que saliendo de mayo, en los próximos meses se seguirá viendo una inestable inflación consolidándose en escalones cada vez mayores, dejando como resultado una cifra superior al 115% en 2023. “El proceso se ve alimentado por una fuerte inercia, creciente indexación y acortamiento en los plazos de los contratos, junto a la incertidumbre propia de la transición electoral, la falta de credibilidad para coordinar expectativas y la ausencia de anclas: nuevas subas en tarifas de servicios públicos, un crawling peg que no podrá ralentizarse y paritarias que ejercerán presión en el año electoral”, enumeró.
A ello se le suma “el impacto de las restricciones a las importaciones, precios más sensibles a los movimientos de los dólares libres, incidencia de las expectativas de devaluación y el impacto del “dólar agro” sobre ciertos alimentos, con un programa “Precios Justos” con escasa influencia”.